viernes, 30 de diciembre de 2011

Hicimos todo lo que se pudo y si mas no hicimos es porque no nos dio la nafta

Número 691 | 
diciembre 29/12/11 |
 Año 6º

a propósito del libro 

"VOLVERÍA A HACERLO"

(mensaje de su autor)




”GRACIAS A LA VIDA QUE ME HA DADO TANTO”...




(…) gracias a todos aquellos queridos e inolvidables compañeros en esta amplia ruta que juntos nos ha tocado recorrer y que más allá de acuerdos y desentendimientos (casi al final del vital camino) aún hoy podemos llamarnos y sentirnos “compañeros”:


… digo compañeros en el más sincero y profundo significado de esa hermosa palabra que por encima de puntuales desentendimientos nos exige comprensión y respeto… también -y sobre todo- solidaridad, cuando de humanitarias y compartidas motivaciones se trata:




“Gracias a la vida que me ha dado tanto”…y a todos aquellos que me han dado fuerzas para sincerarme tanto crítica como autocríticamente y -de tal forma- han estado ayudándome a fortalecer los sueños de “un mundo nuevo para un hombre nuevo” cuya construcción habrá de cimentarse en el sacrificio… en la renuncia a banales propuestas del sistema dominante que alguna vez se estuvo dispuesto a renunciar y combatir… y que hoy se negocian al vil costo de la traición y del olvido sembrado a la sombra de la memoria de nuestros compañeros caídos en pie de lucha… de aquellos queridos e inolvidables compañeros que ofrendaron sus vidas por una “patria para todos o para nadie” anunciada por el Bebe Sendic: mensaje y compromiso de lucha sostenido hasta su último grito de resistencia… “¡soy Rufo y no me entrego, carajo!







(…) digo “compañeros” -y les agradezco- a todos aquellos que estuvieron (y también a los que no pudieron estar) en ocasión de la atrevida ocurrencia de presentar“mi libro”… insuficiente reconocimiento en memoria a todos aquellos que dedicaron y ofrendaron su vida a la causa revolucionaria… cuya reivindicación jamás habré de abandonar!





… digo “compañeros” a quienes siempre han estado alentándome a escribir estas humildes memorias de experiencias vividas… vividas junto a tantísimos otros que hoy ya no están entre nosotros… pero que viven y por siempre vivirán en nuestra memoria alentando nuestros reclamos por verdad y justicia!




… poder llamarles “compañeros” a los lectores de este libro -(sus legítimos destinatarios)- para mí significa expresar el enorme y reconfortante reconocimiento de que no estamos tan solos como pretenden hacernos creer… significa que la memoria de quienes entregaron sus vidas por ese mundo nuevo anunciado por el Che Guevara, tiene lugar también en lo más profundo de nuestros corazones y nunca habrán de ser olvidados… como tampoco habrá de ser olvidada -(antes y bien siempre condenada)- la venalidad y la traición consumada por tantos viles abandónicos de las más justas y legítimas causas populares.





Por fin: a quienes han estado alentándome a expresar mi mensaje y confesión de lucha y compromiso… a quienes día a día -con el ejemplo de su inclaudicable prédica militante- refuerzan mi determinación de continuar en la pelea… a todos ellos les reitero: junto a ustedes “volvería a hacerlo”!





Hébert Mejías Collazo





 


MEJÍAS COLLAZO - postaporteñ@ nº691 - 2011-12-29







 

TODOS LOS CAÍDOS

 SON NUESTROS COMPAÑEROS





Información sobre CECILIA GIANARELLI



Estimados,


En el sitio (POSTAPORTEÑA Nº 690)  hay un pedido de información de Ricardo Ferré sobre Cecilia Gianarelli (Carla) donde me nombra; fuimos compañeros (no sentimentalmente, aunque la quería pila) de militancia y caímos presos junto a otros compañeros el 8 de diciembre de 1970.


Les ruego le pasen este email a  Ricardo Ferré para ponerse en contacto.


Es cierto que no se la nombra y yo siempre que puedo lo digo, sospecho que puede deberse a la actitud de su familia.


Abrazos y muchas felicidades
 

Pablo Harari


Ediciones TRILCE  -  trilce@trilce.com.uy
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SALUDOS


BUENAS COMO ESTÁN SALUDOS Y FELIZ AÑO
Carlos Kalenikoff
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FELICIDADES PARA TODOS LOS QUE INTEGRAN LA POSTA Y TAN BIEN INFORMADOS NOS TIENEN TODO EL AÑOS!
 VAYA PARA UDS. Y FAMILIA UN MUY,  MUY FELIZ 2012!!!!

PATA
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Consejos Consultivos Comunales  de la Ciudad de Bs. As.

 
Compañeros Vecinos de la Ciudad de Bs. As.
Está abierto el registro de inscripción para integrar los Consejos Consultivos Comunales.
Para inscribirse sólo hace falta tener en el DNI la dirección en esa Comuna.
Otros datos: Nombre y Apellido, Teléfono, Celular y Mail.
En el caso de organizaciones éstas deberán presentar: Nombre de la misma, Tipo de organización, Estatuto, Acta con Designación de autoridades, domicilio legal dentro de la comuna, Datos de un representante y poder que acredite su representación.
La ciudad de Bs. As. está dividida en 15 comunas. Acercate a la tuya.
Involucrémonos y copemos los Consejos.
Aprovecho para desearles un Muy Feliz 2012.
Un abrazo
Alicia P




 
POSTA - postaporteñ@ nº691 - 2011-12-29







 

LA IMPUNIDAD
Y
LA COMPLICIDAD 

"INCONSCIENTE"




Estimados / as,





Enviamos a ustedes una respuesta  a la nota que saliera publicada el viernes 23 de diciembre en el semanario Brecha; "Uso y Abusos de la herramientas contra la Impunidad" "Torturas, denuncias y efectos


En la misma se hace una dura crítica a la  acción de denuncia masiva emprendida por todos / as nosotros / as el pasado mes de octubre.
 Ante tal agresión "periodística", decidimos contestar con una nota (también se  adjunta) que enviamos en el día de ayer al semanario con la intención de que  sea publicada en la próxima edición.


 Sin tener certezas sobre cuál será el destino de nuestra respuesta, es que  compartimos con ustedes (protagonistas de la acción ciudadana) a través de este  medio para que si creen conveniente la reenvíen a sus contactos y seguir de  esta manera la lucha contra "la impunidad y la complicidad inconsciente".


 Por último, desearle a todos un muy buen comienzo de año y esperamos  reencontrarnos en el camino de la verdad y la justicia.
 Abrazo fraterno!





Colectivo de denunciantes




LA IMPUNIDAD Y LA COMPLICIDAD 

“INCONSCIENTE”


El viernes pasado Brecha nos sorprendió con una nota pequeña, sin firma, en la que se cuestiona duramente las jornadas de denuncias ciudadanas realizadas durante el mes de octubre en Montevideo, Canelones y Maldonado, en las que se presentaron más de ciento cincuenta denuncias de delitos de lesa humanidad cometidos durante el terrorismo de Estado.


Más de ciento cincuenta denuncias y más de ciento cincuenta denunciantes, que nunca antes se habían presentado a la Justicia.


El notero de Brecha supone que algunas de éstas no llegan a adquirir el “estatus” de denuncias habilitadas para ser presentadas, en la medida en que no brindan elementos suficientes como para ajustarse a “las posibilidades reales que el Ministerio Público o el propio Juzgado tienen en Uruguay para desentrañar la verdad mediante los métodos de investigación habituales”.


De allí en más desarrolla su argumentación crítica ante las acciones ciudadanas de referencia, depositando, otra vez, sobre la víctima y/o el denunciante, la responsabilidad de la investigación previa, no habiendo bastado, para quien escribe la nota, con ser torturado, encarcelado o asesinado, sino que además es necesario que quien denuncia o fue víctima se encargue también de aportar datos.


Datos que en muchos casos no es posible aportar por las propias condiciones de detención o porque el propio Estado – aun conociendo los delitos – decidió en su momento no investigar.


No es necesario, entendemos, fundamentar a través de esta breve respuesta, lo realizado.


No es necesario explicar por qué todos tenemos derecho a realizar una denuncia con más o menos información sobre lugares y victimarios, lo que sí resulta necesario es señalar las marcas inconscientes e invisibles de la cultura de la impunidad que se traducen en complicidades también inconscientes, que nos han atravesado el alma durante demasiados años.


El compromiso asumido al organizar estas acciones fue contribuir a dar mayor visibilidad a la masividad de los crímenes de terrorismo de Estado, restableciendo el derecho de cualquier ciudadano a reclamar la intervención de la justicia ante la presencia de un delito, siendo de cargo del Estado la investigación y la búsqueda de información, y es en ese sentido que nos duelen los “usos y abusos” del fantasma del miedo, los “usos y abusos” que terminan en el juego siniestro de culpabilizar a las víctimas por los errores y omisiones de un sistema judicial y político demasiado tiempo cómplice de la impunidad.


Nos duele por eso el cajoneo de denuncias, el destrato a denunciantes, la desinformación jurídica y la miopía ética de algunos “integrantes del sistema de justicia”, la crítica pseudo periodística pueril y facilonga que como único argumento usa el de la confrontación entre buenos y malos abogados.


Nos duele la chacra pequeña, la mira estrecha, el ombliguismo intelectual de los dueños de la visión “estratégica” del mundo, entre otras tantas calamidades.


Nos duele la basura que aparece entre “la luz que trata de filtrarse por los agujeros que han quedado en la cortina de la impunidad”.


 Nos duele porque somos de los que pensamos que esa luz no se filtra sola ni por arte y gracia del iluminado de turno, hay que encenderla lenta e insistentemente entre todos.


Como dijimos al principio, la nota era demasiado pequeña.




Colectivo de denunciantes de delitos de lesa humanidad



http://denunciaportodos.blogspot.com/



Mariana Risso / Fabiana Larrobla /Soledad González /Carla Larrobla /Melissa Ardanche / Damián Payotti / Erika Van Rompaey /Mariana Felártigas / Olga Fernández / Adriana Alfonso / Jimena Alonso





 

Colec de denunciantes - postaporteñ@ nº691 - 2011-12-29








 

SIN RETORNO




Una reflexión personal sobre 

la ley “(anti)terrorista”


por Eduardo Grüner





1. Cuando ocurrió el conflicto con “el campo”, en el 2008, una de las consecuencias “íntimas” o “cotidianas” que más lugar ocupó en los comentarios registraba la división  (ideológica, política, y aún “actitudinal”) en el interior de las familias, los grupos de amigos, los compañeros de trabajo, los colegas de la facultad, los vecinos, incluso las parejas.


Los que hasta entonces estaban afectivamente cercanos se alejaban, y aún se enemistaban.


En las reuniones familiares o los cumpleaños se evitaba prudentemente el tema, hasta que alguien no aguantaba más; entonces bastaba el más tímido o alusivo de los enunciados, para que estallara la bronca contenida de uno u otro lado, y ahí “se pudría todo”.


Se comparaba ese estallido de las redes que hasta allí parecían indiscutibles con lo que había sucedido durante el primer peronismo, o incluso durante la guerra civil española: una manifiesta exageración, sin duda.


Pero exagerada o no, era una interesante micro-sociología  a lo Erving Goffman, o algo así.


¿Pasará lo mismo ahora?


¿Soportarán nuestros amigos, colegas, vecinos, etcétera, que les digamos que lo que veníamos percibiendo como “giros a la derecha” aparecen condensados  en este verdadero volantazo  que ya deja cerca de cero resquicios a la duda?


¿Valdrá la pena, aún así, la discusión?
Miguel Briante (alguien a quien siempre recuerdo con enorme cariño) solía decir –creo que citando a Chesterton- que “por un buen chiste, vale la pena perder un amigo”.



Pero, claro, esto no es un chiste, ni bueno ni malo. Y, pensándolo bien, tampoco es en nada comparable a lo del 2008.


Porque aquello –que algunos pensábamos que era una “interna” de la burguesía- de todas maneras parecía ser en contra  de lo que se ha dado en llamar (no por primera vez en la historia) el gobierno nacional y popular.


Esto no. Esto viene del  gobierno nacional y popular.






2. El gobierno nacional y popular tiene ahora, para empezar, y entre muchos otros, un problema “semántico”:


¿puede ser “nacional” un gobierno que resigna su soberanía nada menos que para dictar leyes, sometiéndose a las presiones de un organismo económico internacional como el GAFI, comandado a control remoto por el Imperio?


¿puede ser “popular” un gobierno que propone leyes “antiterroristas” que, en manos de jueces conservadores o simplemente desaprensivos, podría castigar con severas penas de cárcel a unos obreros que ocupen una fábrica, unos campesinos que protesten por la contaminación de la minería a cielo abierto, unos maestros que instalen “carpas blancas” demandando aumento de salarios?


¿se puede seguir diciendo que un gobierno que hace eso no “criminaliza” o no “judicializa” la protesta social?


La réplica de que la ley introduce una cláusula explícitamente aclaratoria de que ella no está hecha para eso no resiste el menor análisis, y además insulta nuestra inteligencia: si hay que aclarar eso ¿para qué se incluyó la duda en primer lugar?




Si la ley está hecha únicamente para los delitos económicos de las grandes empresas concentradas, o lo que fuere, ¿por qué no se dijo eso clara, directa e inequívocamente desde el principio?




La respuesta no puede ser más que una: unas cosas hacen pasar  las otras.


A los representantes “populares” que la han votado –y cuya obsecuencia ha sido realmente vergonzosa, precisamente porque son representantes “populares”- se les sirvió en bandeja una coartada , bajo el argumento de que la ley contiene también cláusulas presuntamente “progresistas”.




Para colmo, se la hace pasar en voz baja, poco menos que “traspapelada” entre otras leyes dizque asimismo “progresistas” (el estatuto del peón rural, papel prensa). Mientras tanto, por supuesto, en las cláusulas “puramente” económicas se siguen evitando cuidadosamente medidas realmente progresivas –que no es lo mismo que “progresistas”-, como sería una serie de profundas reformas financieras, fiscales e impositivas (¡no digamos, Dios mío, una reforma agraria, ya que de “ruralidades” hablamos!) que podrían hacerse perfectamente sin “patear” ningún tablero ni flamear banderas rojas, o siquiera rosaditas desteñidas; ¿cómo se explica que –en una situación de infinita mayor debilidad que la actual- el gobierno, como no deja de refregársenos por la cara constantemente, pudo bajar el retrato de Videla, rechazar el ALCA o reestatizar las AFJP, y después del 54 % se produce este grandioso retroceso ?




¿O será que no es ningún “retroceso”, sino la tan mentada profundización  del “modelo” (que profundiza, por ejemplo, la ya bastante siniestra ley antiterrorista del 2007)?


Lo de los “representantes populares” no es ninguna broma: hay entre ellos –y ellas- antiguos luchadores por los que, más allá de diferencias políticas, podíamos guardar algún respeto.


Ya no. Ver a esas personas (con alguna de las cuales varias veces hemos tomado café, o cenado, o conversado, o discutido) votando afirmativamente esta barbarie, eso  es de por sí “terrorífico”.




Este es, como se dice, un punto sin retorno. Qué lástima.


Para mí, digo, no sé si para ellos.






3. Pero los problemas “semánticos” continúan.


Usar una palabra como “terrorismo” en un país con la historia reciente de la Argentina, ¡hay que atreverse!


Quizá haya sido finalmente eso  (entre muchas otras cosas, se entiende) lo que ha decidido a personas con posición política tan inequívoca como Horacio Verbitsky, Mempo Giardinelli o el juez Zaffaroni , a manifestar su enérgica oposición a la ley.


Ni qué hablar, como era dable esperarse, de todos  los organismos de DDHH (con la excepción, hasta ahora, de Hebe).


La enorme ironía –habría que decir, más bien, sarcasmo – es que este gobierno, que se precia con razón de haber impulsado tantos juicios por crímenes de lesa humanidad, sólo había empleado el término “terrorismo” para hablar del… terrorismo de Estado .


Habría mucho que decir sobre esta verdadera perversión  lingüística que viene a sumarse a la legal, invirtiendo el uso de palabras “sagradas”: hasta ahora, los “terroristas” eran ellos  (Videla y Cía.), ahora podemos serlo también nosotros, casi cualquiera.


Sobre todo cuando –como han insistido todos los que se oponen a la ley, incluidos los simpatizantes del gobierno- el contenido semántico de la palabra es por lo menos “difuso”. Y esa “difusión”, esa indeterminación, esa “incerteza”, es el fundamento  verdadero del Terror.


En alguna parte, Hanna Arendt habla de la diferencia entre los campos de concentración nazis y los franceses de Vichy.


En los primeros, es sabido, se cosía una estrella amarilla en el uniforme a los judíos.


Eso servía para fracturar  la solidaridad: los otros prisioneros –gitanos, comunistas, opositores políticos, lo que fuera- sabían que los de la estrella estaban peor  que ellos, si eso era posible (y lo era).


Los franceses, en cambio –siempre tan cartesianos y atentos al valor de los signos- cosían en el uniforme de sus prisioneros muchas diferentes imágenes arbitrarias sin sentido preciso.


Ya no se trataba entonces de la fractura, sino del estallido  de la solidaridad: cualquiera podía estar peor que yo, o yo peor que cualquiera.


Así funciona el Terror: cuando no se sabe  exactamente cuándo nos va a tocar, y por qué.


Así funcionó durante la dictadura de esos que, hasta antes de ayer, eran los terroristas 
(estatales). Pero ahora no estamos en dictadura.


No es un gobierno nazi.


Es el gobierno “nacional”, “popular”, “democrático” y “progresista” de los Derechos Humanos.


Nos lo van a tener que explicar.


Muy despacio y con mucha claridad.




4. Nos van a tener que explicar, muy despacio y con mucha claridad, pero ahora, e imperiosamente, cómo es que esto era necesario ahora.


Cómo es que era necesario, con la fuerza del 54 %  de los votos, someterse sin discusión al mandato de ese Imperio siniestro que –los que votaron a altas horas de la noche, casi en la clandestinidad, rapidito para no “hacer olas”, no ignoran esto; al contrario, lo han denunciado muchas veces, y eso hace más insoportable  lo que hacen ahora-, ese Imperio siniestro, decíamos, usó y sigue usando la palabra “terrorismo” para justificar verdaderos genocidios como los cometidos en Afganistán o en Irak, y antes en Vietnam, en Nicaragua, en Chile, en la Argentina.




Nos lo van a tener que explicar muy  cuidadosamente a todos los ciudadanos argentinos, pero muy particularmente, en este caso, a los que en su momento, equivocados o no (y ahora, lamentablemente, sabemos que sí), salimos a defenderlos contra la soberbia “destituyente” del “campo”, y sin ahorrarnos nuestras críticas ni identificarnos irreflexivamente con un gobierno al que no habíamos votado, del cual sabíamos desde siempre cuáles eran sus límites y sus posibilidades, sin embargo privilegiamos la necesidad de posicionarnos contra lo que considerábamos “lo peor”. Pero, sobre todo, se lo van a tener que explicar muy claramente a los que desde el principio confiaron , y trabajaron arduamente para llevarlos al poder, para transformarlos en sus  representantes.




A todos esos jóvenes honestos de la “nueva militancia” con los que se llenan la boca.


A los obreros, los piqueteros, los miembros de los movimientos barriales, los pobres, los “tercerizados”, que a veces pusieron el cuerpo por ellos , y que si ahora cortan una calle podrán ser considerados “terroristas”.


Y no sabemos si no correrán algún riesgo los miles que fueron espontáneamente al velorio de Néstor o a los festejos del Bicentenario, cortando muchas  calles.


Y no es que el terrorismo no exista, no somos ingenuos: es algo de lo que siempre estuvimos enfáticamente en contra, porque considerábamos que ninguna vanguardia iluminada que ejerciera la violencia indiscriminada, con el riesgo tantas veces realizado de masacrar inocentes, iba a “liberar” a ningún “pueblo”.




Que esa era una tarea del propio pueblo, de las masas trabajadoras organizadas y en conjunto.


Que “sólo el pueblo salvará al pueblo” (una antigua consigna peronista ¿la recuerdan?). Todo esto lo sabíamos. Pero ya no lo sabemos más.


Porque ya no sabemos qué quiere decir “terrorista”.


Esos votos nos han quitado hasta el lenguaje


Y, como advertía Freud: se empieza por ceder en las palabras, y se termina entregando todo .


Nos lo van a tener que explicar.






5. Que se nos entienda bien.


Esas “explicaciones” no se las estamos exigiendo al gobierno .


Eso sí que sería una flor de ingenuidad. No.
Se las estamos exigiendo a nuestros “representantes” (porque son nuestros  aunque no los hayamos votado ni nos sintamos “representados” por ellos), muy sobre todo a aquellas ex militantes de la “patria socialista” y aquellos ex comunistas, que tienen compañeros desaparecidos, asesinados, torturados, secuestrados, arrojados de los aviones… por “terroristas”.  


Ellos ya no están en condiciones de pedir explicaciones.


¿O sí? ¿No se las deben, por lo menos, a su memoria , que tanto les gusta honrar en los actos oficiales, como en ese acto oficial en que honraron a las Madres de Plaza de Mayo media hora antes  de entrar al recinto del Congreso de la Nación (aunque ahora nos preguntamos de cuál) a votar este mamarracho –así lo llamó Zaffaroni, pero se olvidó de agregar:- monstruoso ?


A ellos se las estamos exigiendo, e incluso por su propio bien.


¿O necesitamos una vez más caer en el ya cansado sentido común de recordarles el viejo poema de Brecht (“Primero vinieron…”)?


¿No se dan cuenta del potencial instrumento  que acaban de poner en manos de este o de cualquier gobierno futuro, y del que no pueden garantizar que se les vuelva en contra a ellos  mismos?




Porque podrán decirnos –aunque quién sabe con qué argumentos, a esta altura- que este  gobierno no va a usar “mal” ese instrumento.


Pero entonces, ¿para qué lo quieren?


¿Para el próximo, que podría ser, por ejemplo, Macri?


Y si están confiados en que el próximo va a ser del mismo signo que este, que “no reprime”, entonces ¿para qué?


¿Nos toman por idiotas?


A ellos se las estamos exigiendo, las explicaciones. Se las estamos pidiendo, también, a los intelectuales progresistas que saben recitar a Benjamin, por ejemplo aquello de que “si el enemigo sigue ganando, ni los muertos van a estar a salvo”.


Y que ahora se están dando cuenta –suponemos- de que no, no están, los muertos, a salvo.


No están a salvo, ya, aquellos desaparecidos, etcétera.


No están a salvo los muertos  del 19 / 20 de diciembre del 2001 que –porque el círculo de perversiones no parece tener fin- fueron conmemorados “oficialmente” el mismo día  que se votaba esto.


No están a salvo Kostecki y Santillán, ni Julio López, ni Luciano Arruga, ni “los Ferreyra” (Mariano y Cristian), ni los qom , ni los del Indoamericano, ni los campesinos jujeños del Ingenio Ledesma.




Tampoco están a salvo esos queridos, llorados, amigos y maestros que podrían habernos ayudado a encontrar esas explicaciones: León Rozitchner, David Viñas, Nicolás Casullo, tantos otros.


Todos, pero para este caso especial León, para quien el Terror era justamente uno de sus  temas que más le desgarraban el pensamiento.
Muertos, están, todos ellos; pero no a salvo de que –porque la ley no tiene efecto retroactivo, pero el lenguaje sí- ahora sean todos ellos “terroristas”.


De que sean, pues, equiparados –porque el círculo de perversiones no parece tener fin- con los que asesinaron a las víctimas de la Embajada y de la Amia, dos actos terroristas incalificables que ahora están siendo usados  -porque el círculo de perversiones no parece tener fin- para justificar esto .




A ellos, a todos ellos, y ellas, se las estamos exigiendo, las explicaciones.




6. Y estamos esperando –“desesperadamente”, si se disculpa el mal juego de palabras- la próxima Carta Abierta. Que no dudamos llegará rápidamente
 



¿Verdad que sí?


 

POSTA - postaporteñ@ nº691 - 2011-12-29


 

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