martes, 19 de mayo de 2015

1402*basta de impunidad...pero hasta cuando seguiremos amordazados y callados frente a los que nos demuestran que los DDHH no les importa nada

Número 1402 | lunes 18 mayo 2015 | Año X

Horacio 'el perro' Verbitsky:

 Con Dios y con el Diablo


17/05/2015

Por Gabriel Levinas (@Gabylevinas) y Sergio Serrichio (@sergioserrichio)
en plazademayo.com

El presidente del Cels y su trabajo para la aeronáutica durante la dictadura militar entre 1978 y 1982

“Hemos vencido con las armas. Mostremos también que nuestras almas no se han contaminado con la pestilencia que debimos limpiar” Brigadier Orlando Ramón Agosti, comandante en jefe de la Fuerza Aérea y miembro de la Primera Junta de Comandantes de la dictadura militar, 25 de enero de 1979 en Córdoba, al poner en funciones a su sucesor en la Fuerza Aérea y en la Junta Militar, Brigadier Omar Domingo Rubens Graffigna.

“Estamos unidos en sociedad por las grandes coincidencias del amor a Dios, a la Patria, a la Libertad, a la Propiedad, a la Justicia, a la Paz, Derecho y al Orden, que son los grandes valores aglutinantes cuyo culto permitirá? que se mantenga indestructible la unidad de nuestra Patria, de nuestros hogares, y de nuestras familias, todavía no afectadas en sus partes vitales por el cáncer de la disolución totalitaria que las Fuerzas Armadas hemos venido a extirpar”.     Horacio Verbitsky, manuscrito para un discurso de Graffigna en ocasión del Día de la Fuerza Aérea, 10 de agosto de 1979

Susana Viau, esa gran periodista, algo sabia. En su última columna antes de morir, publicada el 17 de marzo de 2013, a propósito del desconcierto que, en corta sucesión, la muerte del presidente venezolano Hugo Chávez y la elección del cardenal Jorge Bergoglio como Papa de la Iglesia Católica, provocaron en el gobierno de Cristina Fernández, escribió?:   Hace apenas una semana se dijo desde esta columna que la Presidenta estaba perdida en el escenario internacional. Muerto Hugo Chávez, su valedor, su papel se esfumaba en el bloque regional (……) Al mismo tiempo, la posibilidad de que fuera Jorge Bergoglio el elegido la dejaba frente a una dura realidad: “Con la Iglesia hemos topado” (…..) El cristinismo tenia su pesadilla, el hombre que sin oponerse al Gobierno se oponía a sus prácticas y por eso había sufrido el desprecio kirchnerista, que le daba la e spalda a sus homilías. Dijeron, a modo de proscripción, que su pasado era Guardia de Hierro. ¿Y el del consejero favorito de los patagónicos, Juan Carlos el Chueco Mazzo?n, no? Se dijo también que había colaborado con la dictadura, ¿acaso Alicia Kirchner no?; el Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel negó? el colaboracionismo bergogliano. La ex defensora de Horacio Verbitsky, Alicia Oliveira, también. Los Kirchner, en ese plano, no eran una voz autorizada haciendo una fortuna gracias a la 1050, en aquel contexto un pecado capital. 

En cualquier caso no fue la mano de Bergoglio la que escribió? para que Orlando Ramón Agosti pusiera en funciones al brigadier Graffigna: “Hemos ganado la batalla de las armas, que ellas no se contaminen de la pestilencia que vinieron a limpiar”. Algún día, tarde o temprano, se sabrá? quien fue el autor de sem ejante brutalidad

Pues bien, a casi 40 años de los hechos y poco más de dos del texto de Viau, podemos afirmar con certeza que el cerebro y la mano detrás de “semejante brutalidad” fue Verbitsky, escriba permanente, junto al comodoro Juan Jose? Güiraldes y otro colaborador de nombre Pedrerol, de los discursos de los comandantes en jefe de la Fuerza Aérea
Verbitsky gozo? de la protección de Güiraldes, un militar retirado pero muy ligado a las fuerzas armadas e “intelectual orgánico” de la dictadura, sobre la cual tuvo una fuerte influencia.

Insuficiente para encarrilarla, como quería, en la represión legal de la llamada “subversión”, pero suficiente para proteger a Verbitsky, ex miembro de Inteligencia de Montoneros, gestionar la liberación y salida del país de algunos militantes revolucionarios detenidos por hechos de sangre y actuar como consejero de la alta oficialidad militar y organizador y anfitrión de importantes eventos del “Proceso de Reorganización Nacional”

En los 14 meses que llevamos trabajando en la biografía no autorizada de Verbitsky hemos constatado esa protección, que se manifestó? muy tempranamente, al punto que el hoy presidente del CELS paso? las semanas posteriores al golpe militar del 24 de marzo de 1976 “guardado” en la Estancia “La Santa María”, en San Antonio de Areco, como nos confirmaron a lo largo de la investigación tres fuentes independientes entre sí?.
Fue en esa Estancia donde Pedro Güiraldes, uno de los hijos del comodoro, encontró? a fines de abril pasado un manuscrito de 34 páginas, cuya autenticidad pudimos confirmar mediante peritajes caligra?ficos que contrastaron aquellos textos con manuscritos de autoría “indubitable” de Verbitsky, el mismo que, a principios de este mes, abrió la cacería kirchnerista del juez de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt
Una segunda revisión a los voluminosos archivos que Güiraldes, quien murióen 2003, dejo en su estancia de Areco, nos permitió? descartar la versión Heidi que Verbitsky brinda de sus años en la dictadura y del carácter de su relación con la Fuerza Aérea.

Por empezar, pudimos confirmar la autenticidad de las Memorias del Instituto Argentino de Historia Aeronáutica Jorge Newbery, un “alter ego” del Comando en Jefe de la Fuerza Aérea, de cuyo financiamiento dependía casi por completo, que indican que Verbitsky firmo? un contrato por el que recibió? durante 6 meses una retribucio?n mensual de 700.000 pesos (a valores de hoy, unos 40.000 pesos al mes) entre octubre de 1978 y marzo de 1979. La contratación fue autorizada y pagada con un subsidio directo del Comando en Jefe. La reunión del Instituto donde se informa del contrato con Verbitsky fue el 5 de octubre de 1978. 
Al día siguiente, la Regional de Inteligencia Buenos Aires (RIBA) de la Fuerza Aérea secuestro? a Patricia Roisinblit y a su esposo, Jose? Manuel Pérez Rojo, ambos militantes de la “Columna Oeste” de Montoneros. La RIBA tuvo como epicentro el centro clandestino de detenci&oacu te;n y tortura “Mansión Seré?”, en Castelar, a cargo de la Fuerza Aérea. Roisinblit y Pérez Rojo fueron luego derivados a la ESMA, el principal centro de detención y torturas de la Armada, y al día de hoy continúan desaparecidos.

Documentos posteriores precisan también que Verbitsky firmo un nuevo contrato en marzo de 1981, indicativo de que su colaboración con la Fuerza Aérea se extendió? durante al menos cuatro años, entre 1978 y 1982
Para entonces, el Instituto había sumado a los subsidios que recibida del Comando en Jefe los del Banco de la Ciudad de Buenos Aires, por gestio?n de uno de sus directores, el Brigadier Roberto Bortot
Güiraldes no fue, como pretende hacer creer Verbitsky, un militar retirado lejano a la cúpula de la dictadura. Sus archivos muestran intercambio epistolar y gestiones exitosas, que le permitieron en algunos casos salvar vidas, con altos jerarcas de la dictadura.

En la misma estancia de Areco donde estuvo “guardado” Verbitsky se realizo, en noviembre de 1978, una recepción y homenaje a Juan Carlos y Sofía, los reyes de España, a la cual asistieron, entre otras figuras del gobierno militar, el ministro del Interior, general Albano Harguindeguy y el gobernador de la provincia de Buenos Aires, general Ibérico Saint Jean, uno de los jefes militares más sanguinarios, a quien se puede ver en varias fotos en amable charla con Güiraldes.
En mayo de 1979, semanas después de que Verbitsky completara su primer trabajo para el Instituto Jorge Newbery de la Fuerza Aérea y mientras se imprimía la obra “El Poder Aéreo de los Argentinos” -que en una carta a “Horacito”, como lo llamaba, el comodoro Güiraldes llama “nuestro libro”- a la Estancia también concurrió?, como parte de su “visita oficial” a la Argentina, el director del Servicio de Inteligencia de Arabia Saudita, Turki Bin Faisal al Saud.
En noviembre del mismo año fue el turno del canciller árabe, Saud bin Faisal bin Abdulaziz Al Saud. Turki y Saud son hermanos de padre y madre y forman parte del poder permanente de Arabia. Turki fue luego embajador en EE.UU. y Saud, que asumio? en 1975, lleva 40 años como canciller del reino Saudita.
Esas visitas y homenajes estaban lejos de ser excentricidades de Güiraldes, un cultor de la literatura y las tradiciones gauchescas. Rendiciones de gastos posteriores muestran que tenían financiamiento oficial. Esto es, eran actos de gobierno. Uno particularmente significativo fue la Conferencia de Jefes de Fuerza Aérea de las Américas (Conjefamer), realizada en La Santa María el 14 de abril de 1982, apenas doce días después de que las fuerzas armadas argentinas retomaran el control temporal de las Islas Malvinas.

La derrota militar en Malvinas fue, precisamente, el momento que eligió? Verbitsky para reaparecer “en público” y volver a incursionar en el periodismo.
La historia de esos zigzagueos y desmemorias y también la de las mejores páginas de Verbitsky, como implacable denunciante de las violaciones a los Derechos Humanos cometidos durante los años de la dictadura y de la corrupción en los años del menemismo, es la que contaremos con mayor detalle en su biografía no autorizada, de próxima aparición.

Nota de la redacción de plazademayo. com:

 Gabriel Levinas intentó en varias oportunidades una entrevista con Horacio Verbitsky pero el presidente del CELS se negó a hacerla personalmente. Solo accedió a algunas respuestas por mail a través de su secretaria para el libro que estamos escribiendo.

En los últimos correos se le mencionó la existencia de la documentación existente, parte de la cual está en el presente adelanto del libro para conocer su opinión. Lamentamos que HV no haya tenido la voluntad de aclarar o explicar la documentación que acompaña esta nota


- postaporteñ@ 1402 - 2015-05-18
 


El divorcio social y la voluntad popular



El Sr. Comandante en Jefe del Ejército, Guido Manini Rios, ha hecho uso de la palabra en el 204 aniversario de la batalla de Las Piedras. Pegadito como “culo al calzón” alzó su voz un antiguo traidor y tupamaro el Sr. EFH.

El primero –nos atenemos a la versión periodística- señaló que los militares “piden que no se les humille” ni se los “desprecie con soberbia” por “prejuicios del pasado”.

El segundo –buscando como siempre protagonismo, egotista hasta la náusea- agregó que la “estigmatización” que sufren los miembros del cuerpo militar es “organizada” y advirtió que de eso tanto participan organizaciones sociales como sectores del Frente Amplio.
La versión periodística –reiteramos- señala que las palabras fueron vertidas en el estadio  “Coronel Álvaro Gestido” en presencia del actual Presidente de la República.

Como se ve la versión periodística es escueta, una especie de apertura de paraguas –estamos en medio de un veranillo soleado, con seca en gran parte del territorio nacional y emergencia en algunas regiones- antes de la marcha tradicional del 20 de mayo. Marcha que además –y es característica de la misma- se realiza en el más completo y absoluto de los silencios.
Nadie entonces “humilla” a los militares. Pero la corporación militar, que humilló y enlutó los hogares de casi todos los hogares orientales, cuando se salieron de madre, se alzaron contra los poderes constituidos y utilizaron las armas que no compran ellos, que les compra el pueblo para la defensa nacional, usando, esas armas, contra el pueblo, particularmente contra los trabajadores y jóvenes consientes, torturaron a mansalva, violaron hombres y mujeres, robaron las casas de sus víctimas, impusieron el terror y la censura más abyecta, durante una decena larga de años y, finalmente, se retiraron del poder arbitrario dejando el saldo de una economía arruinada como si nos hubiera invadido una potencia extranjera.

Es natural entonces, que el recuerdo de sus tropelías y atropellos esté vivo en la memoria de la ciudadanía y del pueblo laborioso. Pocas veces se vio una plaga como la que protagonizaron los hombres de la corporación militar, contra sus conciudadanos. Por mantener esa memoria colectiva nadie humilla a la corporación militar. Pero es posible que ellos se sientan humillados. Lo lamentamos, pero fueron tan criminales sus acciones que no pretenderán que la ciudadanía les “compre caramelos” y les festeje los crímenes y atropellos. Es más, celebramos que la  corporación militar “sienta” la humillación, aunque no pueda constatarla.

Y lo mismo decimos del “desprecio”. No es visible en las calles, no está escrito en las paredes, ni siquiera se manifiesta en los grandes medios de comunicación (radio, prensa y televisión) pero los militares o la parte de la “inteligencia” de la corporación militar, se siente en la obligación de comunicársela a sus superiores para que la tengan en cuenta cada vez que en una ceremonia pública alcen su voz.

Lo que es una calumnia, del Sr. Comandante en Jefe es señalar –para reforzar su argumento- que todo eso es por “prejuicios del pasado”. No hay entonces ni “humillación” visible, ni siquiera “desprecio” que pueda constatarse. Pero tampoco hay “prejuicios del pasado”. Hay en cambio sí recelo manifiesto, y un divorcio que es evidente. El pueblo siente que este ejército no es su ejército. Y señalemos que está muy justificado que así sea.

El tema es grave porque ningún ejército puede ejercer “la defensa nacional” si la población no les es afecta y no los siente como “el destacamento en armas” del país, de la ciudadanía. La guerra de “defensa nacional” no puede justificarse entonces, y además, todo el presupuesto de la existencia de las fuerzas armadas “nacionales” se derrumba.

 Ese sí, nos parece, es un problema serio para la corporación militar, particularmente para un segmento de ella: el cuerpo de oficiales y, dentro de él, el estrecho círculo de los oficiales superiores, los mandos.
Permítasenos señalarle a estos caballeros, que la culpa o la responsabilidad por esa evolución que ellos detectan –sin elementos probatorios válidos- es posiblemente de ellos mismos. 

Si se hubieran depurado internamente de todos los criminales retirados y jubilados que hoy se agitan en las asociaciones militares, si hubieran –las nuevas generaciones- esas que se autoproclaman “inocentes” pedido disculpas por atropellos que la corporación cometió –aunque con otras personas físicas- contra la ciudadanía, si las fuerzas armadas hubieran dado pruebas fehacientes de repudiar el pasado, modificar planes de estudio de las camadas de nuevos oficiales y depurado todo lo podrido, reaccionario y viejo, que aún se agita dentro de la corporación, otro gallo cantaría.
Las fuerzas armadas están divorciadas de la sociedad civil, mejor dicho de la inmensa mayoría de la sociedad civil, porque hay un estrecho círculo de la misma –la más conservadora y burguesa- que les es adicta. Y hasta les concedemos la ventaja de que una parte muy importante de las jerarquías gubernamentales actuales, las frente amplistas, los miran con indulgencia. El mismo jerarca gubernamental al frente del ministerio de defensa –aunque políticamente sea un cadáver que no representa a nadie- les es adicto (como todo perro fiel que ha sido educado a palos, cuando era rehén en las mazmorras cuarteleras). Y ni aún así les basta.

Los demás –la inmensa mayoría- cumpliremos nuestro deber moral y cívico: manifestaremos el 20 de mayo, como todos los años, porque una parte muy importante del programa de regeneración nacional – los derechos humanos básicos, las violaciones realizadas a los mismos- está por cumplirse.
No lamentamos para nada ese divorcio de la mayoría de la sociedad civil uruguaya, con la corporación militar del uniforme. Es absolutamente necesario. Y debe mantenerse, porque se trata de un problema muy serio: la imposición de nuestra voluntad colectiva, ante el puñado de criminales de uniforme que todavía se escudan en la corporación militar.

La guerra -en su esencia- es justamente eso: la imposición de la voluntad de un bando sobre otro. Tema que conocen bien los señores oficiales superiores de la corporación militar. Nosotros lo intentamos haciendo uso de las libertades civiles vigentes, en forma pacífica y no beligerante. No nos apartaremos ni un ápice de esa, nuestra decisión y seguiremos manifestando en las calles de nuestro país, en medio de las libertades que nosotros mismos conquistamos con el esfuerzo de los mejores de todos nosotros, que Uds. asesinaron vilmente.

Por un 20 de mayo masivo!!!!

 "Ni olvido ni perdón: JUSTICIA!!!!

Arriba los que luchan!!! 

c.e.r.
postaporteñ@ 1402 - 2015-05-18 


 

Es peor hacer trampa en el juego que disimular un genocidio


Fútbol y política:entérese de lo que dijo Alabarces

El 16 de mayo se publicó en el diario digital del PTS un reportaje al “sociólogo del deporte” Pablo Alabarces titulado “Conversaciones con Pablo Alabarces sobre fútbol, política [sic] y clase obrera”. Como se ve, desde el copete el diario empieza a patinar al confundir “deporte” con el negocio (económico e ideológico) de organizar espectáculos protagonizados por hiperprofesionales en competencias físicas.

La nota es muy extensa, tan extensa como conocido es para mí el pensamiento del tal sociólogo de los “EPPHECF” (para abreviar), ya que es un asiduo parroquiano de las páginas y micrófonos y cámaras de los medios patronales, nacionales y populares, cuando le dejan tiempo otras actividades, como la de firmar cartas de apoyo al juez Zaffaroni, pobrecito, criticado por tener burdeles en sus departamentos.
En este punto, antes de entrar en materia, yo sugeriría que quien tuviera tiempo y ganas leyera antes dicha nota para formarse una idea propia sin influencia alguna —por aprobación o por rechazo— de lo que voy a borronear a continuación.

El enlace es este:

http://www.laizquierdadiario.com/Conversaciones-con-Pablo-Alabarces-sobre-futbol-politica-y-clase-obrera...

(Tiempo para leer la nota)

Ahora sí

El periodista empieza preguntando por qué el repudio a los genocidas del Proceso no se ha hecho extensivo a una de sus maniobras centrales, el Mundial 78.

El sociólogo niega que en ocasión del mundial y de la guerra de las Malvinas haya habido aprobación de masas a la dictadura. Y añade:
“Pero si [léase “sí”] es cierto que hay una situación compleja. Era un Mundial organizado por los milicos, todo el mundo lo sabía, pero sin embargo está esta cuestión de jugar una Copa del Mundo, jugarla en casa, ganarla y además con un equipo que tenía cierta repercusión popular.”

Alabarces (y el “periodista” que lo entrevista, y “La Izquierda Diario” —que no repreguntan ni repudian ese punto de vista—) está, más que justificando, legitimando que el pueblo ponga en un platillo de la balanza a una dictadura militar que ha pisoteado todos los derechos: humanos, políticos, sociales, y en el otro un mundial de fútbol jugado en la propia casa y, tras esa evaluación, opte por darle al Mundial un marco de fervor y triunfalismo bailando sobre una pila de muertos, torturados y secuestrados, además de toda una población sometida a la arbitrariedad y el terror.

“Una situación compleja”: así la define. Sí, un verdadero dilema. Pero el pueblo lo resolvió correctamente, parece: el entrevistado y el periodista no tienen ninguna queja.
Para Alabarces, sin embargo, en esto del Mundial 78 sí hay algo intolerable: lo grave no es el deseo “popular” de ganar un mundial como sea: “el problema del partido con Perú [el amañamiento del resultado] es mucho más duro”.
Sí, eso es trampa, dice. Y esa culpa permanece.

Cuando alguien le da un estatus beneficioso —o, al menos, justificatorio— a la palabra “popular”, ya sabemos a qué atenernos. “Popular” se le llama al modo de percibir y habitar la realidad (de explotación y violencia) que los opresores eyaculan en los oprimidos. No por nada el peronismo es el gran campeón de lo “popular”.
Así, no es raro que no se mencione que el Mundial no solo le dio aire a la dictadura por años, sino que también factibilizó otros proyectos horrorosos, como la guerra con Chile, a caballo del nacionalismo, el chovinismo, el triunfalismo estólido a propósito de un resultado futbolístico. Guerra que no se produjo, no por el rechazo “popular” (¡que vociferaba que a los chilotes había que arrojarlos al mar!) sino porque los amos del mundo no aceptaron que se desestabilizara la región. 

Bueno: lo “gracioso” es que una nota con ideas no reaccionarias, sino fascistas, no la estamos leyendo en “Cabildo”, sino en “La Izquierda Diario”.
Hay una pudrición aguda en nuestra sociedad: en todas las clases, en todos los niveles de poder, en todos los partidos.

De esto salimos con un renacimiento, una revolución, o nos hundimos en una barbarie y un desastre al cual no le quiero poner nombre, porque es aterrador.
La película francesa “El odio”, de 1997, empieza y termina con esta frase: Esta es la historia de una sociedad que se hunde. Y mientras se va hundiendo no para de decirse: “hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien”.
Pero es evidente que si en Francia en 1997 no para toda la sociedad todo iba bien, mucho menos cierto es eso para nosotros.

Y la frase de la película concluía así: “Pero mucho más importante que el trayecto es el aterrizaje”.

Ojito.

juan-del-sur.blogspot.com


juan del sur - postaporteñ@ 1402 - 2015-05-18
 


YPF, salarios ejecutivos y 

estatismo burgués



Rolando Astarita [Blog]


Según informa La Nación (15/05/15), la petrolera estatal YPF aumentó la remuneración de su directorio -27 personas-, un 30% entre 2013 y 2014, de 19,7 millones de dólares a casi 25,9 millones en 2014. Las cifras surgen de los datos que presenta la empresa a los reguladores bursátiles de EEUU y Argentina, y fueron corroborados por la misma. La remuneración ahora estaría “en línea con los parámetros internacionales”. La noticia ofrece la oportunidad de volver a examinar, desde la perspectiva de la teoría de Marx, el carácter social del directivo de empresa en el capitalismo, sea este privado o estatal, y la naturaleza del estatismo en la sociedad actual

La remuneración de los ejecutivos es plusvalía

Una de las primeras cuestiones que hay que despejar al analizar la naturaleza social de los ejecutivos es que no basta la forma salarial para definir su carácter de clase. Como planteé hace años en una polémica (ver aquí), no se puede identificar automáticamente el salario con la remuneración de la fuerza de trabajo, y por lo tanto con la existencia de la relación de capital –trabajo explotado. Este es el error de los que sostienen que los ejecutivos pertenecen a la clase obrera. Y desde este punto de partida también se suele disimular la naturaleza social del ejecutivo de una empresa estatal, inserta en el modo de producción capitalista (en la idea de que el Estado “es de todos y todas” y el ejecutivo se sacrifica “en beneficio de todos y todas&rdquo ;)

Para aclarar el punto, hay que precisar que la noción de fuerza de trabajo reconoce dos determinaciones. La primera,  y más básica, hace referencia al conjunto de capacidades físicas y mentales que existen en el ser humano, y que este pone en movimiento cuando produce valores de cualquier tipo (véase El Capital, cap. 4 t.1). Pero esta definición aún es muy general; después de todo, siempre los seres humanos han empleado fuerza de trabajo para producir bienes, y  siempre han debido reproducir su fuerza de trabajo. Por eso, si se tomara solo esta determinación, la noción sería a-histórica y se perderían las diferencias que distinguen clases sociales, y por lo tanto, modos de producción (después de todo, el salario es anterior al surgimiento del sistema capitalista)

En consecuencia, es importante avanzar a una segunda determinación, que encierra todo un proceso histórico y social, a saber, la separación, por medio de la violencia, de los productores de sus medios de producción. 
En otros términos, para que haya fuerza de trabajo los trabajadores tienen que haber sido “liberados” de sus medios de producción (ver aquí acerca de esta liberación). Por eso es que la fuerza de trabajo se enfrenta como mercancía a las condiciones de trabajo que existen bajo la forma de capital, y la relación capitalista es una relación coercitiva (ver aquí). Esta última implica la subsunción del trabajador al capital, y en ella se determinan los modos y ritmos en que se desempeña el trabajo

Con esto tenemos los elementos para analizar el salario de los ejecutivos de empresa (en lo que sigue la referencia es al cap. 23, t. 3 de El Capital, ed. Siglo XXI). Por un lado, dado que la relación capitalista supone la propiedad del capital frente al no propietario “libre”, el dinero y la mercancía constituyen capital en sí mismos, de manera latente o potencial, y como tales, dan derecho a la apropiación de plusvalía. Pero el título de propiedad no es suficiente para que haya plusvalor; es necesario hacer funcionar el proceso de explotación, y para esto el capitalista debe trabajar. “El trabajo de explotar es tan trabajo como lo es el trabajo que se explota” (Marx, p. 489). Lo cual no significa que el trabajo de explotar se pueda igualar, desde el punto de vista social, al trabajo del explotado. Es que la contradicción entre el capital y el trabajo ahora se manifiesta en la natu raleza opuesta de ambos tipos de trabajo y trabajadores: el del obrero asalariado genera plusvalía, en tanto el de dirigir la explotación responde a las necesidades del capital en funciones. El ingreso del obrero es remuneración de la fuerza de trabajo explotada; el ingreso del ejecutivo es la remuneración de quien encarna el “capital en funciones”, y por eso mismo conforma una porción de la  plusvalía. Esto es así aunque se haga abstracción del carácter capitalista de esta función. Precisamente la economía burguesa -los neoclásicos, pero también en Keynes y los keynesianos- hace todo un punto de esta abstracción para igualar el trabajo del capitalista con el del obrero

Sin embargo… ¿acaso el trabajo de coordinar y supervisar la marcha de la producción no es inherente a cualquier modo de producción que involucre el trabajo combinado de muchos individuos? ¿No es entonces un trabajo necesario? Sí, se trata de un trabajo necesario, de la misma forma en que es necesario el trabajo del director de orquesta para que el conjunto suene bien. En este respecto, estamos ante un trabajo productivo “que debe efectuarse en cualquier modo de producción combinado” (ídem, 490). Sin embargo, el trabajo del capitalista, o del ejecutivo, no es el de mero “coordinador productivo”. Es que existe un componente fundamental en la dirección y supervisión de la empresa capitalista que surge “del antagonismo entre el propietario de los medios de producción y el propietario de la mera fuerza de trabajo” (ídem, 493). 
Cuando el managem ent de la empresa estudia las formas de hacer producir al máximo a la fuerza de trabajo, y aplica las medidas correspondientes; cuando discute salarios con el sindicato; o implementa medidas destinadas a debilitar la resistencia de los obreros, está cumpliendo la función de explotar el trabajo ajeno. Todo esto subraya el contenido antagónico de la relación ejecutivos – obreros, a pesar de la forma salarial común. Y en la medida en que se asciende en la jerarquía de los mandos de la empresa, cada vez más el salario ejecutivo está conformado por plusvalía; y el trabajo productivo de coordinar recae en los rangos intermedios de capataces y jefes de sección, o similares.

El caso de las cooperativas y sus directores

Por supuesto, es difícil establecer, en el funcionamiento concreto de una empresa, cuánto de la remuneración del ejecutivo corresponde al trabajo productivo y cuánto corresponde a su trabajo de explotar. Sin embargo, la diferencia se hace evidente con las cooperativas obreras: “Las fábricas cooperativas suministran la prueba de que el capitalista, en cuanto funcionario de la producción, se ha tornado tan superfluo como él mismo, llegado al cenit de su perfección, considera superfluo al gran terrateniente” (pp. 494-5). Recordemos que después de las crisis, en Gran Bretaña, había  empresas fundidas que eran puestas a trabajar por los obreros bajo la forma de cooperativas. Y existían casos en que el antiguo capitalista era contratado por la cooperativa para coordinar la producción. De manera que estos ex fabricantes supervisaban “por un salario económico, sus pro pias antiguas fábricas, ahora como directores de los nuevos propietarios…” (p. 495). Agregaba Marx que “en el caso de la fábrica cooperativa desaparece el carácter antagónico de la labor de supervisión, por el hecho que son los obreros quienes pagan al director, en lugar de que éste represente al capital frente a ellos” (pp. 405-6). El salario de estos directores se correspondía entonces con el de una fuerza de trabajo calificada y con instrucción especial.
En términos actuales, la diferencia entre los millones que ganan los altos ejecutivos de las corporaciones modernas, y lo que ganarían como coordinadores contratados por la misma empresa transformada en cooperativa obrera, es la plusvalía. Esto es, el ingreso correspondiente a una función correspondiente a una relación social antagónica.

Ejecutivos de empresas de capitalismo de Estado

Las cuestiones analizadas en el punto anterior no se modifican, en sus aspectos fundamentales, cuando se trata de empresas estatales. Históricamente el Estado capitalista asumió emprendimientos que por su envergadura no podían ser asumidos por el capital privado; o en ocasiones en que el capital privado quiebra y hay interés –puede ser por motivos políticos o económicos- en que la empresa continúe en funciones. Por eso,  las empresas estatales conforman el escenario “normal” del capitalismo hasta el día de hoy. Según The Economist (11/10/14), las compañías estatales de los países de la OECD poseen un valor de alrededor de 2 billones de dólares, y hay otros 2 billones que son participaciones minoritarias de los estados en empresas de diversa índole. Noruega, Francia, Irlanda, Grecia, Finlandia, Corea del Sur, Bélgica, Suecia, Austria y Turqu&iac ute;a son los países de la OECD con mayor presencia de empresas estatales. Y en los países no pertenecientes a la OECD, las empresas estatales tienden a ser más numerosas todavía (China, India, Arabia Saudita, Rusia, Indonesia, Malasia, Brasil, Tailandia, entre los más importantes). De acuerdo a Kowalski; Büge, Sztajerowska y Egeland (2013), el valor total de las ventas de las 204 empresas estatales, pertenecientes a 37 países, que figuraban entre las 2000 empresas más grandes de la lista Forbes 2010, equivalía al 6% del producto mundial; y su valor de mercado era de 4,9 billones de dólares (véase P. Kowalski; M. Büge, M. Sztajerowska; M. Egeland, “State-Owned Enterprises. Trade Effects and Policy Implications”, OECD Trade Policy Papers, 2013).

Nunca debería olvidarse que las compañías estatales participan de la explotación del trabajo a la par de las empresas privadas y se rigen según criterios capitalistas. En caso contrario, habrá déficit que deberá ser cubierto con plusvalía deducida de los impuestos del capital “en general”. Pero por esto mismo existen constantes presiones –a través de la competencia de precios y de los mercados financieros- para que se subordinen a la lógica de la valorización. Desde el punto de vista de su rol en el modo de producción capitalista, la empresa estatal produce mercancías (puede ser petróleo, viajes aéreos, electricidad, etcétera) que contienen plusvalía, como sucede con las mercancías producidas por el capital privado. Una parte de esa plusvalía es distribuida entre los accionistas –en la mayoría de las empresas e statales hay participación privada-, o contribuye al funcionamiento del Estado capitalista. Y otra parte corresponde a los directores por su función de explotación. Subrayamos: salarios ejecutivos muchas veces superiores a los de los trabajadores son la expresión natural de una relación de explotación, aun tratándose de una empresa estatal. Aquí, la diferencia cuantitativa se explica por la diferencia social cualitativa

La teoría de la plusvalía y la independencia  de clase

La remuneración de los directores estatales no tiene entonces misterio. Los millones de dólares que hoy se reparten entre los 27 ejecutivos más altos de YPF son parte de las reglas del juego del sistema capitalista; es una nueva confirmación del carácter capitalista de la estatización de esta petrolera (ver aquí). El tema tiene una importancia que supera su aspecto puramente “económico”. Es que la teoría de la plusvalía permite entender por qué “la propiedad del Estado no suprime la propiedad del capital sobre las fuerzas productivas” (Engels, Anti-Dühring). Después de todo, el Estado moderno no es más que la organización que se da la sociedad burguesa para sostener las condiciones de reproducción del capi tal, y las empresas estatales son parte de este sistema (ídem). Por eso, sus ejecutivos deben ser remunerados en montos similares a los que reciben los ejecutivos que encarnan al capital privado en funciones. Por eso también, la teoría del valor trabajo brinda una base científica a la lucha política por la independencia de clase. En lo esencial, porque permite comprender por qué no hay hermandad de intereses entre los asalariados que generan plusvalía en una empresa del Estado, y los ejecutivos de la misma, sino antagonismo de clase

En última instancia, es en este contexto teórico y político que conserva vigencia la recomendación de la Tercera Internacional a los trabajadores, de que no apostar a las estatizaciones burguesas. “Reivindicar la socialización o la nacionalización de las más importantes ramas de la industria, como lo hacen los partidos centristas, es embaucar a las masas. Los centristas no sólo inducen a las masas en el error, al tratar de persuadirlas de que la socialización puede arrancar de las manos del capital las principales ramas de la industria sin que la burguesía sea vencida, buscan todavía desviar a los obreros de la lucha vital por sus necesidades inmediatas, haciéndolas esperar un embargo progresivo de las diversas industrias una después de otra, después del cual comenzará la construcción “sistemática” del edificio económico&rd quo;, (“Tesis sobre táctica”, Tercer Congreso de la Internacional Comunista)

No es casual que la izquierda “socialista burguesa” –esto es, que aspira a llegar a una suerte de socialismo por la vía del capitalismo de Estado- haya borrado cualquier crítica a la explotación del trabajo. Es que la conciliación entre las clases antagónicas encuentra uno de sus puntos más sólidos en la idea de que, de alguna manera, el Estado y sus empresas “son del pueblo en su conjunto”
 

Rolando - postaporteñ@ 1402 - 2015-05-18 


 

Artigas "le pasó factura" al Frente



Departamento golpeado por desempleo y niveles de

 ingresos bajos


Artigas, el departamento más norteño del país, es de los más rezagado en materia de indicadores socioeconómicos. Ocupa el lugar quince entre los 19 departamentos en cuanto a ingreso mensual promedio de las familias y su población bajó entre 2004 y 2011 de 78.019 a 73.318 habitantes. El desempleo, que en 2013 fue 6,5% en promedio a nivel nacional, en Artigas se ubicó en 7%.

JUAN PABLO CORREA- El País -dom may 17 2015

Su segunda ciudad, Bella Unión, está asociada a grandes batallas de la izquierda porque fue allí donde el líder histórico del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T), Raúl Sendic, organizó a los cañeros en la década de 1960.Y Bella Unión es hoy un baluarte electoral del Frente Amplio
Artigas fue durante muchas décadas quizás el departamento más colorado del país. En las elecciones realizadas entre 1971 y 2000 el porcentaje de votos del Partido Colorado osciló entre un mínimo de 41,2% y un máximo de 58,5%.Pero luego, como en casi todo el país, esa histórica colectividad se derrumbó y en las recientes elecciones departamentales solamente logró 11,7% de los votos.

En forma casi inesperada para el propio Frente Amplio, la coalición de izquierda accedió al gobierno departamental en 2010 y Patricia Ayala, del MPP, resultó electa intendenta. Cinco años después, sin embargo, sufrió un duro revés,pese a que había ganado en las elecciones nacionales en todos los municipios con cierta comodidad. Ahora debió conformarse con retener Bella Unión con tres concejales, aunque incluso allí su votación mermó. El Partido Nacional logró 24.996 votos frente a los 17.741del Frente Amplio y el blanco Pablo Caram resultó electo intendente

La dirigencia frenteamplista local no quiere profundizar en los motivos de la derrota, pero reconoce que hubo "dificultades en la gestión" de Ayala
Leandro dos Santos, edil electo, renunció en 2011 al cargo de director de Descentralización y ahora dice El País que su decisión de entonces "quiso ser un llamado de atención pero no tuvo eco". Fue la primera renuncia que desencadenó otros desgajamientos en el gabinete de Ayala. "El votante pasó factura por la gestión, sin duda", consideró Dos Santos.

El médico y diputado Silvio Ríos compitió con Caram y obtuvo 10.937 superando a Ayala que solamente recogió 5.822. Ríos dijo a El País que "hubo algunos problemas de gestión, se apuntó a lo elemental, a las calles y al alumbrado, pero no se hizo lo suficiente"."Todas las encuestas daban un final abierto, pero el resultado fue contundente" a favor del Partido Nacional, reconoció Ríos, exdirector del hospital de Artigas

El estilo de Ayala generó resistencias. William Cresceri, que fue alcalde frenteamplista de Bella Unión, abandonó la coalición de izquierda y ahora fue electo concejal blancoen esa localidad. Sostiene que Ayala retaceó recursos y demostró "centralismo e incomprensión"
Ayala, Ríos y Carlos Maseda, el restante candidato frentista, pese a tener matices, realizaron actos conjuntos tanto en Artigas como en Bella Unión y confiaban en el efecto positivo de esa imagen unitaria. Por esto fue que la derrota electoral del domingo les resultó sorprendente
El Partido Nacional logró triunfar en los municipios de Tomás Gomensoro, Baltasar Brum (en este caso por 7 votos), localidades ubicadas entre Bella Unión y Artigas.

Mejor pero no tanto

Todos los actores políticos reconocen que Bella Unión, una localidad de tradición combativa que entre su centro y periferia reúne a 18.000 habitantes, está mejor. Atrás quedó el año 2002 cuando se denunció que en el asentamiento Las Láminas los niños comían pasto. El asentamiento desapareció sustituido por viviendas de material. Pero hay problemas y no menores. El concejal blanco Cresceri denunció que en la zona cercana a la vía férrea se está formando otro asentamiento en terrenos propiedad de AFE y del Ministerio de Transporte
Calvinor cerró y Calagua y Greenfrozen atraviesan serios problemas. Esta última, dedicada al congelamiento de hortalizas, está cerrada y ocupada. Unas 250 familias y en particularmuchas mujeres jefas de hogar dependían de esta fuente de trabajo, lo que motivó que se realizara recientemente una marcha que terminó en la plaza 25 de Agosto.

Cresceri dice que la popularidad del presidente Tabaré Vázquez es alta en la localidad, porque se reconoce que el gobierno frenteamplista al impulsar a Alcoholes del Uruguay (ALUR) permitió sostener la actividad en Bella Unión. Y el flamante diputado blanco Mario Ayala también admite que generó movimiento y que debe mantenerse, pero considera que no se administra con transparencia. Trabajan en la planta de ALUR unas 820 personas, que procesan la caña de 420 productores

Jorge Rodas, sindicalista de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas (UTAA), considera que se debe pasar de las actuales 9.000 hectáreas de caña (hoy cortadas por 938 personas) plantadas a 12.000 y buscarque la actividad salga de "zafralidad". "Antes había emigracióntemporal a Río Grande del Sur, a Argentina, a Maldonado, a Montevideo para la construcción, para hacer galpones. Pero ahora me dicen que la construcción cayó en Maldonado", dijo Rodas. "Y en Greenfrozen trabajaban 150 mujeres jefas de hogar pero el inversor argentino se fue y tampocoel Estado le pidió que se quedara", se lamentó

Minería y agro

Mario Ayala, que se hizo conocido porque cuando asumió su banca el 15 de febrero llegó al Palacio Legislativo a caballo, vestido de gaucho y luciendo un sombrero de ala ancha, señala que es consciente de que la emigración y los bajos niveles salariales son lo que caracteriza hace ya mucho tiempo al departamento. Quiere que se potencie la explotación de un recurso único como son las ágatas y amatistas, de las que se exportan entre US$ 18 millones y US$ 20 millones anuales, para que el número de personas que trabajan en el sector pase de 1.000 a 1.500. La clave, sostiene, está en evitar que los productores malvendan las piedras y que les agreguen valor.
Es que en Artigas no abundan las posibilidades de trabajo. El sector ovinohace años que no está bien y la ganadería está afectada por la sequía. La zona de Baltasar Brum se defiende con la producción de sorgo y caña de azúcar.
El edil Dos Santos lo tiene claro. "Artigas está necesitando alguna inversión importante y mejorar su infraestructura. Tenemos el problema de que el aeropuerto de la capital dejó de ser considerado internacional. Estamos a 600 kilómetros del puerto de Montevideo y las inversiones no llegan. No hay industria", señaló.

Y eso se refleja en las cifras. Artigas es junto con Rivera, Tacuarembó, Cerro Largo y Montevideo uno de los departamentos donde la pobreza afecta a más del 8% de los hogares. El resto de los departamentos está por debajo de ese umbral. En 2013 el promedio de ingresos mensual de los hogares a nivel nacional era de $ 40.303. En Montevideo se ubicaba en $ 47.792 y en el interior en $ 35.006. En Artigas estaba en $ 29.303. La desocupación juvenil genera adicciones, en particular a la pasta base en los barrios más humildes y no hay centros de tratamiento, reconoceel diputado Mario Ayala.

Coincidencia en que hay que reparar las rutas

n En lo que hay coincidencia en Artigas es en la necesidad de reparar la destrozada ruta 30 entre Bella Unión y la ciudad capital departamental, y la ruta 4. Por ahora, el presidente Tabaré Vázquez se comprometió a dar prioridad a la reparación del tramo entre el punto denominado Buena Unión y la Bajada de Pena. El diputado Silvio Ríos asegura que bregará para que en el presupuesto nacional se contemple la reparación de toda la ruta porque es clave para el transporte de arroz y ganado.

 

- postaporteñ@ 1402 - 2015-05-18 

 

La obstinada lucha




La revitalización de la impunidad, a nivel político y judicial, ha fortalecido a las organizaciones sociales y de derechos humanos, aglutinando a un vasto abanico popular, que se expresará, como nunca antes, el próximo miércoles en la 20ª Marcha del Silencio

Samuel Blixen- Brecha 15/5/15

Quienes convocaron a la primera Marcha del Silencio, el 20 de mayo de 1996, ¿pensaron que veinte años después tendrían que seguir marchando, ahora con una consigna que, en medio del silencio, restallará como un latigazo: “¡Basta ya de impunidad!”? Es posible que no hubieran imaginado, aquella noche de 1996, cuánto esfuerzo, tenacidad, paciencia, iba a requerir, a las madres y familiares de detenidos-desaparecidos, el objetivo de verdad y justicia: y tampoco calculado que aquella impunidad que el presidente Julio María Sanguinetti había consagrado en diciembre de 1986 iba a ser tan longeva, y con ímpetus renovados, precisamente en un tercer gobierno del Frente Amplio.
Era difícil de imaginar, entonces, que podía perdurar la complicidad de Sanguinetti con el terrorismo de Estado, que el miedo instalado por la dictadura ahogaría en la sociedad la necesidad de verdad, y que las mezquindades políticas iban a desmontar los esfuerzos populares.
Es cierto que la primera Marcha del Silencio fue convocada en “homenaje a las víctimas (que) no puede ser otro que el reconocimiento a través de la verdad de los hechos, la recuperación de la memoria y la exigencia de que en Uruguay nunca más exista la tortura, las ejecuciones y la desaparición forzada de personas”. Quizás condicionados por la coyuntura, soportando el peso de diez años de una omisión oficial criminal, quienes convocaron a la primera marcha excluyeron expresamente el reclamo de justicia. Diez años después, al comienzo del primer gobierno frenteamplista, la décima marcha fue convocada con la consigna: “Para el pasado, verdad. Para el presente, justicia. Por siempre, memoria y nunca más”.
 El flamante presidente, Tabaré Vázquez, comentaba en mayo de 2005 que “quizás ésta sea la última Marcha del Silencio”. Luisa C uesta, ícono de la lucha de Familiares –madre del desaparecido Nebio Melo, que hoy sigue reclamando los restos de su hijo con el último aliento desde el sanatorio donde está internada–, decía entonces: “Aunque se sepa toda la verdad y se llegue a la justicia, las marchas deben seguir haciéndose para que las generaciones futuras sepan lo que pasó en este país”.

Hoy, a 40 años de los asesinatos de Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruiz, Rosario Barredo y William Whitelow, aquel 20 de mayo de 1976 en que sus cuerpos acribillados fueron abandonados en el interior de un auto –y habría que recordar también a Manuel Liberoff, secuestrado y asesinado el mismo día 19–, la lucha contra la impunidad –a pesar de las decepciones, y quizás por eso– está revitalizada y la consigna “Basta de impunidad” revela que ese nuevo impulso nace por las ambigüedades y retrocesos ocurridos durante los gobiernos frenteamplistas, aquellos que, supuestamente, aseguraban el fin de la impunidad, la restauración de la memoria colectiva y la eliminación de la mentira que condiciona el futuro. Elena Zaffaroni, una referente de Familiares, explicó el miércoles 13 ante un público formado casi exclusivamente por estudiantes universita rios, que en 2005, cuando el Frente Amplio alcanzó el gobierno, hubo “un cambio sustancial” (refiriéndose a los nuevos criterios de interpretación del artículo 4 de la ley de caducidad, interpretación que permitió la investigación de las desapariciones forzadas) pero que después “se fue a menos”, predominando el criterio de los sectores y personajes frenteamplistas que aceptan el olvido y apuestan a la biología, cuando no sabotean premeditadamente las iniciativas que surgen, invariablemente, desde las organizaciones de derechos humanos. Zaffaroni afirmó que “se hicieron investigaciones sobre las desapariciones y se puso luz sobre operativos represivos, pero no hubo ni verdad ni justicia”

El entorpecimiento de esas iniciativas se volvió activo después de que gracias al esfuerzo de familiares de las víctimas y de organizaciones de derechos humanos se recolectara un volumen tal de evidencias, indicios e informaciones que era imposible ignorar y que facilitaron los procesamientos de los militares hoy recluidos en la cárcel de Domingo Arena. Acoplándose a ese esfuerzo, algunos jueces y fiscales –unos pocos– investigaron las denuncias recibidas aunque, como confesó ante el auditorio de estudiantes la jueza Mariana Mota, los magistrados no están preparados para encarar los delitos del terrorismo de Estado y necesitan “la colaboración por parte de los ministerios para acceder a los archivos del pasado”, y “decodificar la información militar que logramos recibir”, aunque esa información no proviene, precisamente, de los canales oficiales. Mota, quien mientras estuvo al frente de un juzgado penal trabajó en cerca de cincuenta casos de violaciones a los derechos humanos, se lamentó de que las historias que surgen de esos expedientes, principalmente de los testimonios de las víctimas o sus familiares, permanezcan en el secreto, cuando sería fundamental que la sociedad las conociera, pero no hay mecanismos que aseguren su difusión

Aunque parcial, el trabajoso avance de la justicia fue precisamente el detonador de un cambio cualitativo en la impunidad durante la presidencia de José Mujica. La eventualidad de que el general retirado Pedro Barneix fuera procesado por el asesinato de Aldo Perrini, vecino de Carmelo, ocurrido en el cuartel de Colonia en marzo de 1974, movilizó fuerzas agazapadas en las estructuras del Estado. El procesamiento del general en actividad Miguel Dalmao, por el asesinato de la profesora Nibia Sabalsagaray, en 1974, colmó el vaso, para los impunes. En el marco de una actitud incomprensible del presidente Mujica, que expresamente visitó al general Dalmao en la unidad militar donde estaba recluido, comenzó a montarse el operativo para impedir el procesamiento de Barneix. La separación de la jueza Mota del juzgado penal y su traslado a la esfera civil detuvo las actuaciones judiciales


Sin embargo, la medida más determinante para la revitalización de la impunidad fue la decisión de la Suprema Corte de declarar inconstitucionales dos de los cuatro artículos de la ley 18.831, que finalmente, después de años de idas y vueltas, consagraba la liquidación de la ley de caducidad. La Suprema Corte, que en 2009 había sancionado la inconstitucionalidad de la ley de caducidad, en 2013 volvía a ampararla, por la vía de los hechos, al rechazar la categoría de delitos de lesa humanidad (por lo tanto imprescriptibles e inamnistiables) para los crímenes cometidos durante la dictadura.

A partir de entonces se produjo un quiebre y hoy la mayoría de los casos referidos a la violación de los derechos humanos durante la dictadura están detenidos. La Suprema Corte, en su actual composición, parece determinada a cumplir la amenaza de uno de sus miembros, Jorge Ruibal Pino, quien aseguró que aquellos jueces que insistan en aplicar el criterio de lesa humanidad y de reclamar la aplicación de los convenios y tratados internacionales se estrellarán contra “una muralla”. La sentencia que permitió la liberación del ex policía Ricardo Zabala, implicado en el secuestro y asesinato del maestro y periodista Julio Castro, ocurrido en 1977, es un fiel reflejo de los criterios que está dispuesta a aplicar la Corte. La resolución de la SCJ, por mayoría, con un dictamen adverso de la fiscalía de corte, cuyos argumentos retomó el discordante Ricardo Pérez Manr ique, sostuvo increíblemente que el secuestro de Julio Castro no fue un secuestro porque no medió violencia, y consideró que la actuación de Zabala (quien entregó a Castro a las puertas de un centro clandestino de detención) debía interpretarse como un acto de obediencia debida. La jueza Mota opinó que “es impensable que Zabala no supiera que iba a detener a una persona, siendo él parte del sistema de represión (…). No cabe aquí la obediencia debida para Zabala, porque sabía que estaba cumpliendo una orden ilegítima”. Su crítica al fallo de la Suprema Corte, dijo, “quizás me traiga más problemas”, como las represalias que sufrió cuando fue trasladada a un juzgado civil. No obstante, afirmó que la sentencia incurre en la falacia de “aislar del contexto histórico el análisis de estas causas”

El tercer gobierno del Frente Amplio quizás cambie la ecuación instalada. El presidente Tabaré Vázquez anunció, antes de asumir, su disposición a instalar un equipo de trabajo para “resolver la cuestión de las desapariciones”. Tal equipo estaría integrado por representantes de Familiares, personalidades notorias en la defensa de los derechos humanos y representantes de corrientes religiosas; tendría autonomía para investigar, buscar documentación y aportar a la justicia los elementos que permitan resolver las denuncias sobre delitos de lesa humanidad, no sólo las desapariciones sino también las ejecuciones sumarias, los asesinatos y otros episodios como las violaciones sistemáticas a detenidas. Esta comisión podría destrabar la situación referida a los derechos humanos.

 Pero el decreto que formaliza la integración del grupo y sus atrib uciones aun no ha sido firmado y a dos meses de su anuncio no se sabe cuáles son las razones de la postergación. De la misma forma, tampoco se sabe por qué no ha sido renovado el convenio entre Presidencia y la Universidad que permite la búsqueda de restos de desaparecidos en unidades militares. El convenio caducó en febrero pasado, de modo que los antropólogos de la Facultad de Humanidades han debido paralizar sus actividades y están de hecho atados de manos

En la víspera de una nueva Marcha del Silencio han surgido otras propuestas. Una que se viene debatiendo desde hace un tiempo plantea desplazar de la órbita de la Suprema Corte la designación de jueces y sus traslados, encomendando la tarea a una comisión específica.

 Otra iniciativa partió del fiscal de Corte, Jorge Díaz, quien sostuvo que, a partir de la vigencia del nuevo Código, los delitos del terrorismo de Estado deben ser investigados por fiscales especializados y que deben contar con equipos de investigadores en un abanico de especialidades para asegurar el éxito de esas investigaciones. La doctora Mota coincide en la necesidad de que los jueces cuenten “con asesoramiento adecuado”

La vigésima Marcha del Silencio transcurrirá, el próximo miércoles, entre la expectativa de un cambio de política, la determinación de no bajar los brazos y reclamar “Basta de impunidad”
 

- postaporteñ@ 1402 - 2015-05-18

 

postalinas


Invitación. Conferencia de Prensa:

20ª. Marcha del Silencio - 19.05.2015, 11 hs., APU

“Basta ya de Impunidad 

 Verdad y Justicia”


En este año tan especial en que caminaremos juntos por vigésima vez, los invitamos a participar en la conferencia de prensa de lanzamiento de la 20ª Marcha del Silencio que se llevará a cabo el día martes 19 de mayo a las 11:00 horas en la sede de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU), San José 1330.

El miércoles 20 de mayo, como hace 20 años, volveremos a marchar por Verdad, Justicia, Memoria y Nunca Más. Salimos a la hora 19, desde Rivera y Jackson hasta Plaza Libertad, donde cantaremos el Himno Nacional.
Como siempre en cada Marcha del Silencio, las pautas son: en silencio, sin banderas ni consignas partidarias.  
  
Coordinadora de Apoyo

Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos

 


“La memoria es del Pueblo”


El día 19 de mayo de 2015 se producirá un nuevo avasallamiento a la memoria colectiva de nuestro pueblo.

El Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner inaugurará en el Casino de Oficiales de la ESMA las modificaciones e instalaciones que viene desarrollando hace más de un año con presupuestos fastuosos sin límites de recursos y que hacen irreconocible al lugar por donde pasaron 5000 de nuestros compañeros.

Las resistencias ofrecidas por familiares, víctimas y sobrevivientes con relación directa a lo ocurrido en la ESMA, fueron sistemáticamente ignoradas tanto desde el Poder Judicial como desde el Poder Ejecutivo.
A las murgas, carnavales, recitales, congresos político-partidarios oficiales, “asaditos” y demás atropellos, se suma este nuevo intento de “re significación” de este Espacio para la Memoria para convertirlo, como bien definiera un sobreviviente, en la “Disneylandia del terror.”

Pudimos observar con estupor como el Gobierno Nacional volvió a encerrar, esta vez simbólicamente con fotografías proyectadas en las paredes del sótano del Casino de Oficiales, a los compañeros del Grupo Villaflor y otros.
Y con repulsa vemos que nos quieren, a los sobrevivientes y a los desaparecidos encerrar en cajones que nunca existieron ni en “capucha” ni en “capuchita”

Así como supimos luchar contra la impunidad de los genocidas y llevarlos al banquillo de los acusados, lucharemos para que no se institucionalice un relato direccionado, que  intenta anular la interpelación del lugar, generando un atropello al dolor de familiares, victimas, sobrevivientes y pueblo todo, a los que se pretende someter a una pacificación forzada al mejor estilo menemista y a una “reconciliación” con los asesinos que nadie pidió ni quiere.
Al momento de “recuperarse” la ESMA, dijimos que los sobrevivientes y organismos de DDHH no ingresaríamos al lugar hasta que no se desalojase hasta el último marino.


Hoy decimos que no volveremos a ingresar a este lugar hasta que no se retiren de sus instalaciones todas las intervenciones, se reparen las modificaciones edilicias hasta volverlas a su estado original y se preserve el Espacio para la Memoria ESMA para que las futuras generaciones comprendan la magnitud del genocidio.


 

ASOCIACIÓN DE EX-DETENIDOS DESAPARECIDOS
- 1402 - 2015-05-18 

 

Pensar ordenadamente es propio

 de explotadores



REVISITANDO UNA CONVERSACIÓN DE 2011

Aldo Mazzucchelli

Hace unos días nos enteramos de que el enésimo libro donde nuestro expresidente depone verbalmente está a la venta. En él —además de basurear a gente que ha trabajado largamente para su causa, como Constanza Moreira— dice José Mujica de Asto­­ri "Pobre Danilo. Le falta sex appeal. Siempre está por ser presidente y va a seguir ahí porque no tiene picardía, le falta maldad. Danilo no tiene eso, es meramente racional y no llega al corazón de la gente. La gente piensa con el bobo también. Él es un profesor que da cátedra pero no te conmueve, no te roba una lágrima. Puede ser admirado, no querido. Pone distancia y la gente lo intuye. Otro problema que tiene es que habla en un lenguaje que la gente no entiende un carajo. Ese es un pecado capital para juntar votos"

En el verano de 2011, cuando aun no se había cumplido un año de la asunción de Mujica, la Revista uruguaya de Psicoanálisis me daba oportunidad de una entrevista con motivo de la publicación de uno de mis libros sobre Herrera y Reissig, y aquella conversación con el Ps. Álvaro Zas dio pie a algunas observaciones que, con la ventaja de la distancia, vale la pena revisar, en lugar de escribirlas de nuevo. Decía entonces: “Sobre esta dimensión, en relación a la comunicación política, se ha hablado mucho.

Hay gente esencialmente no racional que tiene gran impacto mediático, quizá gracias a eso, he ahí el problema, porque después resultan bastante malos para los trabajos que deben desempeñar. Un ejemplo sorprendente para mí de eso es Bush hijo; yo vi los debates, una política monstruosa como todo el mundo ve y ha comprobado, pero en su discusión mediática quedaba muy bien el sujeto, incluso el debate con Kerry que era un hombre más formado, ganó Bush en los debates claramente. No sé cómo hizo, pero ganó claramente. [...] Estoy poniendo el ejemplo de alguien que tiene eso que hay que tener para convencer y ganar, y que no tiene atrás una solidez o valores de otro tipo. Por ejemplo, aquí, Mujica enganchó a mucha gente por vender o generar un personaje que es muy empático con el supuesto «uruguayo medio», o con la imagen del uruguayo medio que tiene el público aquí, algo así —pues claro que no hay uruguayo medio. También Mujica maneja muy bien ese nivel de respuesta sintética y con «punch», igual que lo hacía Bush hijo —quizá a los partidarios de Mujica no les encante este paralelismo, pero creo que está justificado. Cuando le preguntan a Mujica sobre un tema muchas veces dice algo original con bastante fuerza, pero no muy analíticamente explicado; muchas veces, de hecho, lo que dice es un disparate práctico, una vez que el tema al que se refiere se analice con cierta actitud de llevarlo a la práctica; cuando uno se pone a tratar de ver cómo se aplica, qué sigue, qué implica. Y creo que eso se está viendo ahora, que ha lanzado una cantidad de ideas interesantes de por sí, pero que no pasa nada en el gobierno, que hay, no sé, una anomia, un trancazo”

    En aquel momento yo creía que las cosas que el presidente anunciaba se iban a hacer finalmente, de alguna manera. Sigue la entrevista así:
“Frente a eso, lo que me llama la atención, en los últimos años, es que la gente que es más articulada, que claramente habla más como se escribe, cae mal, le cae mal a la gente y yo no entiendo del todo por qué pasa eso, pero pasa. O sea, es como si hubiera una cantidad de gente que ya se resiste a la cultura de lo escrito y a lo intelectual; se resiste de una manera no articulada, pero muy clara. Vota con los pies. Me acuerdo sobre todo en la última campaña electoral, aunque no estaba acá, me daba cuenta de que había, atravesando los partidos, una cierta actitud muy «inconsciente», si querés usar la palabra en sentido folk, de darle más valor a figuras mejores para lo oral, más repentistas, más graciosas, más inventivas, que a figuras más sistemáticas, más estudiosas y sólidas. En ese sentido, acá me refiero a lo no verbal , a ciertos «efectos de palabra» si se quiere. Por ejemplo las figuras de Mujica o Lacalle eran más entradoras que las figuras de Sanguinetti o Astori. Y ahí creo está clara una posible división: Astori es un tipo interesante para hablar pero es casi obsesivamente racional. Sus argumentos están armados en pisos: es alguien inusualmente estructurado para argumentar, es muy bueno en ese sentido. Y lo extraño, lo que he notado como novedoso, es que últimamente mucha gente interpreta eso casi como mala onda. Es absurdo, es sorprendente. Aparece, ante la gente más articulada para argumentar, una mezcla de impotencia y rabia del público, como diciendo: «yo no te puedo seguir en esa, pero peor para vos». Y van y homologan al otro, refrendan al menos articulado, al de estilo menos estructurado y menos «racional»”.
Hoy, Mujica no sólo confirma aquella observación sobre los mecanismos de la política del 2011, sino que la defiende y la enarbola como virtud. Como virtud, sorprendentemente, “de clase”: “Danilo no tiene eso, es meramente racional y no llega al corazón de la gente. [...] Te pone la barrera y ahí es donde vos sentís la distancia de clase"

Así, el mago Mujica acaba de convertir a la capacidad de argumentar racionalmente en uno más de los defectos de los explotadores. Este es el presidente que gritaba exigiendo “educación, educación, educación” el primer día de su mandato. Evidentemente, él tiene en mente por “educación” algo muy distinto de lo que, por milenios, la gente que ha entendido algo del tema ha entendido

    ***

Lo cual trae al tema de la educación de nuevo. Hay nuevas autoridades en educación y en cultura. Aun no han mostrado las cartas, especialmente en educación. Valdría la pena comentar sobre esto. Pero, una vez más, ¿para qué escribir de nuevo lo que ya fue dicho hace cuatro años? Más vale recuperar y transcribir fragmentos de aquella conversación. Lo que no parece haber cambiado aun demasiado es la agenda de discusión.

 “Me parece que hay grandes dificultades de las Humanidades tradicionales para entender lo que pasa en un mundo en el que el lenguaje ya no juega el lugar que jugaba en 1900. Ha cambiado el lugar jerárquico del lenguaje verbal en términos de su relación con el poder, con la política, y hasta con el conocimiento, porque hay formas de conocimiento que son no lingüísticas o no esencialmente lingüísticas [...]. 
Es claro que no estamos operando ya acá con el lenguaje en el sentido de los diarios, del ensayo académico, es decir, de aquel lenguaje que era central al poder, el lenguaje que fundó la disciplina humanística y las Ciencias Sociales.
 Entonces si antes, en aquel modelo del XIX las Humanidades, las Ciencias Sociales reinaban, hoy por hoy hay un corrimiento del rol, de la importancia relativa y del rol social del lenguaje escrito y de largo aliento. Julio Herrera y Reissig, ya que est&aac ute;bamos hablando de él, era un sujeto visible con alguna forma de poder, porque manejaba aquel lenguaje en un tiempo en el cual la política y el poder y el Estado, funcionaban exclusivamente en base a escritos, o a discursos. No había siquiera radios. Lo que había era diarios y discursos. Entonces, cualquier sujeto que maneja el medio de comunicación principal es como una figura que todos los canales de televisión o todos los espacios audiovisuales quisieran tener con ellos, porque genera capital simbólico. [...] Hoy puede haber escritores muy importantes, pero no pueden ocupar ese mismo lugar simbólico. Pero de todos modos me parece que la escritura no juega el mismo rol en relación con el poder y demás que jugaba. Y he aquí un problema: eso, el mundo educativo, no lo está reflejando bien.

Álvaro Zas — ¿Eso, en tu planteo, ha ido en detrimento del lenguaje?

 A. M. — No. Pero ha ido en detrimento de la legitimidad del sistema educativo. La gente se da cuenta de que lo que le están enseñando es de algún modo disfuncional. Si le están tratando de repetir una educación decimonónica, por más reformas que haya tenido, nuestro sistema educativo en particular sigue siendo un sistema totalmente decimonónico en sus prioridades, sus carriles, y la gente se da cuenta. Hace rato, que hay una disfunción ahí. No hay, no puede haber, una «prueba» definitiva de esto que digo, pero me parece notorio. Si ves, la gente dice: en general (con excepciones valiosas) es mucho mejor el funcionamiento de los liceos que están en la costa o en barrios de mejor nivel socioeconómico. Al menos una razón de eso es clara, y es que el imaginario de los padres y de la familia y el grupo de referencia de esos muchachos que estudian en esos liceos de la cos ta es más armónico con la educación decimonónica, con una educación basada en lo escrito y sus jerarquías; todavía ese grupo social —porque se crió en base a libros y en base a aquellas jerarquías y referencias del saber— es capaz de conservar una tradición en donde el lenguaje escrito era un elemento central. Eso es menos así en sectores a los cuales se había hecho entrar dentro de esa lógica en base a un gran esfuerzo hecho por el Estado y demás. Pero apenas el mundo empezó a disonar más fuertemente con aquel paradigma, esos sectores son más vulnerables a esa disonancia, y se alejan. Naturalmente gravitan hacia un código audiovisual, donde el lenguaje escrito no juega casi ningún papel. 
No leen libros, no tienen libros, nadie leyó libros en la casa, ni la madre, ni el abuelo, y por lo tanto para los muchachos que llegan al liceo to do ese mundo del escrito y eso, es muy raro, muy distante y no está nada claro para qué va a servir.

No estoy queriendo decir que aplaudo que la comunicación social sea así. Y además, es menos así en los países más desarrollados. Y peor aún: si bien lo escrito no juega ese rol simbólico que jugaba antes, sí que es necesario, no sólo  para el desarrollo mental y cultural, sino “prácticamente” —digo ahora que hay un fetichismo de la utilidad— para  manejo del conocimiento, del poder, de la ciencia aplicada, de la técnica, y de la administración del bien común. En todos esos sentidos saber leer y escribir en serio, es decir, en el sentido decimonónico, es esencial, sigue siéndolo. Pero, mientras antes el sistema masivo de comunicación social gravitaba en torno a esa idea, la reconocía, hoy la oculta. En ese sentido es más fácil engañar hoy a la gente, y mucha gente pasa insensiblemente hacia una cultura de la oralidad que es, en cierta forma, una cultura de la ignorancia y la indefensión. La acepta hasta alegremente, se enorgullece de ella y desprecia lo que ignora, como decía Antonio Machado.

En este panorama, se produce un equívoco: se le echa la culpa al sistema educativo de la situación de fracaso.
Hoy por hoy estamos llenos de diputados, de señoras y señores de todo tipo, que parece que tienen la cosa muy clara, y todos están contestes en lo malos que son los profesores y los maestros uruguayos. Pero están equivocados. El sistema educativo, que realmente está horrible y lleno de problemas de distinto tipo (incluido su implacable corporativismo), no es el principal responsable, porque lo que se le pide al sistema educativo es que haga una cosa imposible: es decir, que eduque masivamente a la gente en aquello para lo que la gente no quiere ser educada. 
Es la sociedad uruguaya la que ha fracasado al olvidar la necesidad de pensar, y no sólo de hacer, ser eficaz; y no su sistema educativo. Es el imaginario uruguayo el que está mal, y no sus profesores y maestros, que a lo sumo pelean (con un tenedo r en la mano) para juntar unos ideales y objetivos educacionales obsoletos, con una sociedad que, masivamente, ya no los valoran, y ni siquiera los entiende en lo básico. El público de la educación no siente, no entiende para qué tiene que ir para ese lado, no siente que eso sea útil, que sea beneficioso, que sea deseable; entonces se resiste. [...]
Es claro que la sociedad se está oralizando de vuelta, es claro que estamos pasando, así como pasamos en Grecia de una sociedad oral a una sociedad escrita en la época de Platón aproximadamente —es decir, a una sociedad que ya escribía sistemáticamente con fines de conocimiento— ahora estamos haciendo un proceso en algún sentido en contrario, yendo de una sociedad escrita a una oral. Aunque claro, no estamos volviendo a la Grecia arcaica, sino que el lugar hacia donde estamos yendo o donde ya estamos es un lugar que ya presupone la escritura en un nivel. [...] Las interacciones sociales, a nivel por ejemplo de la política, la comunicación social, han vuelto a ser las propias de una dinámica de la oralidad. [...] Hay rasgos de la oralidad que los estudiosos del tema escriben como rasgos característicos. Ya mencioné algunos antes, un poco al voleo... emocional antes que intelectual; imp rovisadora antes que elaboradora de largo plazo; de referencia cercana; de jerga o lenguaje local y no universal; con una actitud agonística, competitiva; siempre tiene que haber un nivel de controversia, y eso implica la presencia de un otro a quien hay que ganarle de alguna manera, y el juego de competir está siempre ahí, al alcance de la mano. Después, tiende a ser más conservadora con esto que decía, la única forma de conservar los contenidos es repitiéndolos, se vuelve repetidora. Claro que eso a largo tiempo probablemente tenga un efecto de filtrado positivo [...]. Pero también tiene el peligro que se repitan cosas sin comprobarlas, cosa que pasa en nuestra cultura de hoy continuamente. Entonces, todas las cosas que la cultura escrita trajo que tienen que ver con lo analítico, una distancia del espacio y tiempo entre el productor y el receptor de discurso y su conocimiento, una mediatización de la ref erencia, una fetichización del documento, una elaboración del texto como objeto en sí, autorreferencialidad, una independencia relativa del intérprete respecto del texto que le permite tener una actitud crítica... todo eso se hace menos presente en una cultura más oral”.

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 El gobierno de José Mujica ha hecho muchísimo por institucionalizar el macaneo, y esto es perfectamente armónico con el aceitado de la transición a una cultura de oralidad secundaria que profundiza la brecha social. Cada vez que alguien sonríe escépticamente ante cualquier defensa de la escritura, lo que está haciendo es contribuir a la destrucción del tejido social. Es lo que pasa cuando alguien se ríe de la escritura como sostén de la posibilidad de acuerdos explícitos sobre el bien común. Lo cual va de la mano con esa costumbre, tan exaltada por Mujica, de reírse de los mecanismos de legitimación social y creer la morondanga de que es cierto que una sociedad es una sumatoria de individuos indistintos, todos iguales. Vázquez, dice Mujica, "marca distancia porque se cree todo eso de presidente y acá nadie es más que nadie". Jajá , estaría bien eso de que nadie es más que nadie, si fuera cierto

Pero decirle a la población lo que es mentira al tiempo que se hace lo contrario de lo que se dice, es basura comunicacional.

Mujica es un gran narcótico. Ha vivido comunicando, de modo sibilino, lo que suena como miel a oídos mayoritarios, pero que bien mirado, no es cierto. En lugar de aceptar que él era el presidente y hacer lo mejor que podía en el cargo que le dio la ciudadanía, se creyó que el presidente era Él. Es decir, que el cargo que asumió iba a ser lo que fuese que a él se le antojara. Como es natural, puesto que en lugar de asumir las responsabilidades de presidente se dedicó a charlarnos por la radio, como presidente no hizo nada. Su gobierno habló intermitente e interminablemente, y las cosas fueron en piloto automático. Hizo una cosa más, que es probablemente la más engañosa de todas. Como dice un comercial electoral de la campa ña de su mujer: “Nos puso en el mapa”. Según este ideologema, el Uruguay ahora es conocido gracias a Mujica. Esto sería para una columna entera, pero en pocas palabras: el mundo no se interesa realmente por el Uruguay. Los ciudadanos pequeñoburgueses tardo-románticos de España, Francia o Australia pueden elegir admirar a Mujica, porque se les representa un hombre honesto y pobre, un mártir. La gente siempre quiere proyectar su lado bueno en alguna percha conveniente. Sin embargo, me parece que Mujica es buena percha, pero por lo demás, y a lo sumo, ha sido un político astuto, un viajero exitoso, y un mal gobernante para su pueblo. La suerte de este país siempre estuvo ligada a su posibilidad de excelencia, que en algunos momentos de su breve historia fue algo, y en otros fue una meta lejana. Lo que nunca le había pasado al Uruguay es la autosatisfacción que siente ahora. Y e sa autosatisfacción no está basada en nada demasiado bueno, puesto que en cosas sustanciales —cultura entendida en el sentido más amplio, honestidad en el poder, transparencia, educación respecto de cómo bajar el egoísmo y cuidar el bien común—estamos peor. Pero, tomado el narcótico Mujica, el uruguayo se cree amigo de la humanidad. Más aun, se cree genuinamente admirado por los europeos, los japoneses, o los yanquis. 
O esto es alimentar un nacionalismo barato, o es alimentar la ilusión de que las naciones latinoamericanas son mejores cuanto más las aplaude el primer mundo. Ambas cosas son nefastas. Es otra de las herencias de Mujica.

Mujica no escribe. Es por eso candidato a Sócrates, a Cristo, a Buda. Nos ha llegado (por escrito, obviamente) la falsa ilusión de que la sabiduría no escribe, sólo habla. Mucha gente cree eso. Lo ha aprendido en los libros. Lo que pasa es que vivimos en una sociedad tan olvidada de su propia frivolidad, que le viene encantando, después de haber trepado por la escalera, patearla para que no suban los que vienen atrás. Es así como estamos, con el fracaso educativo, condenando a los que vienen atrás a que nunca aprendan a escribir. Es decir, a pensar ordenada y profundamente. Los aplaudimos cuando resuelven un acertijo táctico, y nos palmeamos la espalda. Como el Uruguay, no hay.

disponible en: 

http://www.apuruguay.org/apurevista/2010/16887247201111319.pdf


enviado por LSabini
postaporteñ@ 1402 - 2015-05-18

 

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