domingo, 19 de julio de 2015

1434* GHIGGIA uno de los uruguayos que se ataban los zapatos con las venas

Número 1434 | sab 18 julio 2015 | Año X

ALCIDES EDGARDO GHIGGIA (1926-2015)
LOS HOMBRES PELIGROSOS




H.G.V.

 En Dejemos hablar al viento Juan Carlos Onetti eructó una afirmación que él seguramente consideraba un insulto blasfemo:
Un hombre con fe es más peligroso que una bestia con hambre.

Pero en el momento de empezar esta paginita que intenta definir la esencia del delantero que hizo el gol más importante de la historia del fútbol, nos parece adecuadísima para explicar lo que pasó la tarde del 16 de julio de 1950.
El ser ducassiano no digiere, muerde, explica Gastón Bachelard en su ensayo dedicado al montevideano letal por excelencia: Para él, la alimentación es una mordida. Las ganas-de-vivir son aquí ganas-de-atacar. (…) Por ello, ¡qué rapidez! Al lado de Lautréamont, ¡cómo es lento Nietzsche, cómo se siente tranquilo, cómo se le siente en familia con su águila y su serpiente! Para el uno, ¡los pasos del bailarín!, para el otro, ¡los saltos del tigre!

Ghiggia venía siendo una punta de lanza decisiva en aquel equipo capitaneado por el Negro Jefe, y apenas empezó la final el half izquierdo brasileño Bigode lo atendió con una brutalidad respaldada por más de 200 mil personas, pero casi inmediatamente Obdulio Varela -que nunca jugó sucio- le devolvió el planchazo. Y cuando el cancerbero grandote se dio vuelta para mostrarle los colmillos, el capitán celeste le advirtió desde una oscuridad sin fondo: Tranquilo, muchacho.

Y entonces nuestro puntero menudamente discepoliano pudo seguir haciendo estragos con su talento enorme y su nariz (para hablarlo en Homero Manzi) sin riesgo de quebradura.
Pero se sabe que en el entretiempo el propio Ghiggia pidió que le alcanzaran la pelota al pie y no siguieran haciéndole pases largos.

Y fue seguramente en ese momento que se le verticalizó la fe que les venía repartiendo al plantel todos los días el autor analfabeto del mayor verso rugido en nuestra historia: Los de afuera son de palo.

No es mucho menor, por otra parte, la potencia poética de la advertencia que les había hecho a sus compañeros la mayor estrella de la seleçâo verde amarela, Zizinho: Cuidado porque los uruguayos se atan los zapatos con las venas.
Lo único que faltaba para atigrarle las ganas-de-atacar a Ghiggia fue el alarido que pegó Obdulio cuando llegó a la mitad de la cancha con la pelota abajo del brazo después del gol de Friaza:
-¡Vamo arriba que a estos japoneses les ganamos!

Y aquella pelota le empezó a llegar al pie y primero pudo darle el pase del empate a Schiaffino y en el minuto 34 volvió a escapársele a Bigode pero en vez de tirar el centro previsible apuntó al pedacito que Barbosa dejó libre contra el palo izquierdo.

Porque se tuvo una fe completamente ciega y hambrienta.
Y se transformó en esa clase de hombres peligrosos que son capaces de sobrevolar el cielorraso lógico del mundo y depositarnos en la transfiguración intemporal.

Ayer también fue 16 de julio y el mismo resplandor de Maracaná le desanudó las venas.

 de elMontevideano Laboratorio de Artes
 

- postaporteñ@ 1434 - 2015-07-18

 

Deuda griega, FMI y desvalorización de capital




Rolando Astarita

En una nota que escribí en septiembre de 2011, referida al trabajo de Reinhart y Rogoff “This Time is Different. A Panoramic View of Eight Centuries of Financial Crisis” (NBER, 2008), apuntaba:
“Reinhart y Rongoff encuentran que históricamente olas significativas de incrementada movilidad de capitales son seguidas, a menudo, por serie de crisis bancarias domésticas. Esto se debe a que las fases alcistas son seguidas por crisis de sobreproducción, con violentas caídas de los precios y los valores. La acumulación de deudas por parte de los gobiernos, y su posterior liquidación violenta, no es ajena a esta dinámica. Es que los defaults de las deudas externas de los gobiernos forman parte de las desvalorizaciones de capitales, que acompañan toda crisis (lo que Marx llamaba las “revoluciones de los valores”)

El repudio de las deudas o su pago con moneda envilecida, son las vías por medio de las cuales se realizan esas desvalorizaciones. Por esto también, en determinado punto, los representantes del establishment económico admiten que la única salida para restablecer la acumulación del capital pasa por el default y la reestructuración de las deudas. Sucedió en Argentina en 2001 (en EEUU y otros centros había consenso de que no había otra salida) y es lo que se baraja hoy para Grecia” (aquí).


El acuerdo que la Cumbre Europea acaba de imponer a Grecia desmiente, en principio, la especulación que hacía en 2011 con respecto a la deuda griega, y que también consideré en una nota reciente. Las condiciones impuestas por Alemania, secundada por Finlandia, Holanda y otros países, son extremadamente duras.
Pero por eso mismo han generado resistencias en buena parte de las “altas finanzas”, y de otros gobiernos europeos. En particular, el FMI está planteando que es imposible que Grecia pueda cumplir lo que se le ha impuesto.


Efectivamente, el FMI publicó ayer un informe (puede consultarse en http://graphics8.nytimes.com/packages/pdf/business/IMF-Greece.pdf) en el que plantea que, debido al deterioro de la economía griega, agravada por el cierre de los bancos y los controles de capitales, las necesidades de financiamiento, hasta 2018, se elevaron a 86.000 millones de euros, esto es, 25.000 millones más de lo que se había previsto hace dos semanas.
Por lo tanto, y previendo un cierto crecimiento de la economía, la deuda aumentaría al 200% del PBI en los próximos dos años, y sería del 170% en 2022. En este marco, las necesidades de financiamiento bruto (o sea, pago de intereses y devolución de capital) se ubicarían por encima del 15% del PBI, y seguirían creciendo en el largo plazo.
Estas proyecciones, además, son pasibles de revisión y podrían empeorar: a Grecia se le exige que mantenga un superávit primario del 3,5% del PBI por varios años, algo que prácticamente ningún país ha logrado; el Gobierno no podría resistir las presiones políticas para sostener semejante superávit


Además, la economía no podrá pasar en pocos años a tener alta productividad, y los bancos seguramente necesitarán más inyecciones de capital. 

Dada este dramático deterioro de la sustentabilidad de la deuda, el FMI plantea que es necesaria una reestructuración de la misma en gran escala. Una posibilidad es que se otorgue a Grecia un período de gracia por 30 años sobre el total del stock de deuda, incluyendo asistencia financiera; sería la manera de evitar una rebaja del stock de deuda. La otra alternativa es que se reduzca la deuda.
La postura del FMI sería coincidente con la de Washington, y algunos gobiernos europeos, el de Francia en primer lugar. Algunos pueden pensar que el FMI y Obama pasaron a militar del lado del “progresista” del capital. Pero la realidad es que son conscientes de que la única forma que Grecia pague es si se reanuda la producción de valor y plusvalor, y con ella la acumulación. Y para esto es necesario asumir una masiva desvalorización del capital (la desvalorización de capital también se produciría si Grecia abandona el euro y vuelve al dracma). No hay otra forma.

 Las diferencias con Merkel, y los otros “duros”, giran en torno a esta cuestión. Todo hace suponer, además, que Syriza se adaptaría perfectamente a un programa como el que propone el FMI. Nada revolucionario ni “del otro mundo” entonces; son los marcos en los que se mueve el “soci alismo burgués” en los tiempos de la globalización del capital.
 

rolando - postaporteñ@ 1434 - 2015-07-18 

 

'Barrilete Cósmico' VHM,

 quiso que los

contribuyentes pagaran 

su juicio perdido





Este jueves (16/7) se realizó un “allanamiento preventivo” en la casa del periodista oficialista Víctor Hugo Morales por un juicio que perdió con Cablevisión, hoy del Grupo Clarín, por haber emitido un partido entre Boca y Real Madrid cuyos derechos de televisación había adquirido la empresa.
El periodista y los medios oficiales repudiaron el accionar de Clarín y apuntaron al CEO, Héctor Magnetto. Cristina Fernández, por Cadena Nacional, también se refirió al hecho y chicaneó que FOPEA (Foro de Periodismo Argentino) no iba a pronunciarse (lo que hizo hoy). Pero lo que no se contó sobre el caso Víctor Hugo es que el periodista sabía desde febrero pasado que debía pagar $800.000 si perdía (cifra que reconoció su abogado) y que tenía por entonces 5 días hábiles para hacerlo.

Tampoco se contó que Morales, al no tener inmuebles a su nombre que sean embargables para cobrar la sentencia, eludió el pago y pretendió que sea el Estado quien lo pague. Por lo tanto, todo derivó en un allanamiento preventivo a su domicilio para determinar el valor de sus posesiones con las que cubra el monto reclamado.


CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- Mucho revuelo, confusión y desinformación entorno al falso allanamiento al domicilio de Víctor Hugo Morales ayer (16/7), que motivó la solidaridad del periodismo militante kirchnerista, de Cristina Fernández y de algunos periodistas con poca información de los hechos y de la causa judicial.

Primero, un repaso de la cobertura. Anoche, el programa ultraoficialista 678 emitió un especial sobre Morales con una tribuna repleta de periodistas y otros no (como actores o el caso de Hebe de Bonafini, por ejemplo) en apoyo al relato uruguayo. Allí, Víctor Hugo repitió el relato parcial de los hechos, acusó al Grupo Clarín de perseguirlo, dijo que habían amenazado a su mujer con tirarla la “puerta abajo” para ingresar a su departamento y que había humillado su empleada doméstica.

“Ellos se animan a cualquier cosa porque no toman nota nunca de cómo la sociedad se va dando cuenta de todos sus desmanes y abusos, y por eso finalmente terminan siendo inconscientes de todo lo que le hacen a la sociedad. Ya son algo que ellos no consiguen manejar, ya no están en condiciones de manejarse a sí mismos, porque es demasiado poder para una inteligencia que está fallando. De otra forma no podrían ser tan obvios y tan groseros", dijo Víctor Hugo

El diario Página/12 hoy titula falazmente “Un allanamiento a pedido del multimedios una nota sin firma. En verdad no hubo allanamiento, sino que se tomó nota de los bienes y su presunto valor para un futuro embargo si Víctor Hugo se sigue resistiendo a pagar un juicio que perdió. También indica que “oficiales de Justicia que ingresaron al domicilio de Morales se coló el abogado del holding, Damián Cassino, quien la semana pasada participó de una concentración frente a Tribunales que reclamó por “la independencia del Poder Judicial”, lo cierto es que el abogado de Clarín no se ‘coló’ sino que estaba allí como parte del demandante que intenta que se le pague la sentencia

“Entraron como si uno fuera un narcotraficante al que hay que agarrar de sorpresa en su madriguera”, contó el periodista sobre el procedimiento, dice Página/12.

Por la tarde-noche, en Cadena Nacional, Cristina dijo: “Pensar que otros que tienen causas por delitos de lesa humanidad o lavado de dinero no han recibido ni siquiera un llamado a indagatoria”. También se solidarizaron Daniel Scioli y otros funcionarios del gobierno nacional
Otro medio K, Tiempo Argentino, y la agencia Paco Urondo reproducen declaraciones de Víctor Hugo Morales pero no mencionan los detalles de la causa judicial

Algunos detalles:

Anoche, en el programa ultraoficialista 678, Morales contó que la policía amenazó a su mujer con “tirar la puerta abajo” de su casa si no dejaba ingresar a los oficiales de Justicia. Pero los oficiales de Justicia esperaron durante 2 horas para ingresar cuando tenían una orden y podrían haberlo hecho por la fuerza. Las cámaras que menciona el diario Tiempo Argentino eran de Víctor Hugo, no de Clarín.

Lo que no cuenta el relator es que el juicio iniciado contra él es anterior a que Clarín adquiriera Cablevisión. Ocurre que el programa Desayuno, que Víctor Hugo hacia en Canal 7 en el año 2000, emitió indirectamente con un televisor en el estudio frente a las cámaras, el partido entre Boca Juniors y Real Madrid por la Copa Intercontinental disputada en Tokio. Fueron 76 minutos los transmitidos de esta forma, de manera ilegal ya que los derechos eran de la empresa de cable que los había adquirido con el pago de US$ 1 millón al club de la ribera.

Gracias a ese ardid ilegal de Morales que no quieren admitir los medios oficialistas que se escudan en la lucha por acercar al pueblo el deporte favorito de las masas como un antecedente de Fútbol para Todos, logró medir con su programa unos 11 puntos de rating, superando la media de 1 punto que tenía su programa.

Iniciada la demanda de Cablevisión (por entonces conformada por dos empresas), la 1ra instancia le dio la razón al periodista pero luego la empresa logró fallos a su favor. Se determinó además que no correspondía cobrarle a Canal 7 porque en el juicio quedó acreditado que Víctor Hugo pasó por sobre las autoridades del canal y decidió la transmisión del partido por sí mismo.
Una vez perdido el juicio, el periodista intentó que el Estado, o sea todos los contribuyentes, se hagan cargo de pagar su picardía cuando es uno de los periodistas más rico de la Argentina, pero que no tiene nada a su nombre, de allí el falso allanamiento a su domicilio para registrar muebles que puedan cubrir el valor reclamado, una alternativa usual en casos de personas que no muestran nada de su propiedad.

Hacía 6 meses (fue el 26 de febrero) que el relator estaba notificado de la sentencia y que debía pagar en 5 días, pero no lo hizo y como no tiene inmuebles a su nombre se dirigieron a su domicilio para realizar una suerte de ‘inventario’ de bienes embargables para cobrarse el fallo.

Antes de eso, hubo una notificación a la radio Continental, donde hace su programa Morales, y Continental respondió que no le pagaban ellos sino una productora, con lo cual no podían embargar su salario.

Sobre las imágenes del falso allanamiento en su domicilio, lo que se vio por TV, según el abogado del diario Clarín, Damián Cassino, no fue filmado por ellos ya que no llevaron cámaras sino que las trajo Víctor Hugo y que previamente estuvieron 2 horas esperándolo para no entrar a su departamento por la fuerza mientras él no estuviera pese a tener una orden judicial que los habilitaba.

Cristina Fernández en Cadena Nacional bromeó con FOPEA y se preguntó si emitiría algún comunicado. Una vez más la realidad la superó, aquí el comunicado del Foro publicado hoy:
El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) definió como "una medida excesiva e innecesaria" que "puede transformarse en un acto intimidatorio para la libertad de expresión" al procedimiento judicial realizado en la casa del periodista Víctor Hugo Morales en el marco de una causa que ya lleva 14 años.
De esta manera, la entidad cuestionó la medida ordenada por el Juzgado Nacional en lo Comercial Nro. 11 de la Capital Federal, al considerar que implicaría un acto de intimidación a la libertad de expresión "tal como lo establecen distintos parámetros internacionales".
"Más allá de la discusión jurídica de fondo -una demanda iniciada en el año 2000 por la empresa Cablevisión contra Morales por los derechos de la trasmisión de un partido de futbol-, el procedimiento en el domicilio del conductor radial -donde estuvo presente el abogado del Grupo Clarín Damián Cassino- parece desproporcionado, más allá de que se trate de una valuación de bienes por un embargo preventivo" resaltó el Foro de Periodismo.
"No consideramos que los periodistas tengan derechos especiales -que lo colocan por sobre el derecho colectivo- pero sabemos que determinadas acciones judiciales pueden resultar intimidantes para aquellos que ejercen este oficio", señala el comunicado
Además, la entidad se refirió  a la mención que hizo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner sobre la organización en su cadena nacional desde la inauguración de Tecnópolis, indicando que FOPEA "defiende a todos, y para ello tiene un sistema de alerta y protección en todo el país, formado por periodistas que con su trabajo voluntario colaboran con esta misión tan decisiva para la democracia argentina"
"Sobre la acción judicial que afectó hoy al periodista Víctor Hugo Morales, nuestros monitores comenzaron de inmediato la recolección de la información pertinente. Seguiremos trabajando en el caso en busca de toda la documentación, analizándolo en detalle cómo hacemos siempre con todos los casos, sin importarnos las posiciones políticas del profesional afectado", indicaron


- postaporteñ@ 1434 - 2015-07-18 



 

Acoso racista en Cidesol S.A.???





Ante el despido efectuado el 17 de marzo de una obrera (LORELEY CORBO), especializada en fotomecánica, se reproduce la siguiente declaración de Cidesol  que es la  empresa  del diario La Juventud, imprenta perteneciente al grupo político Movimiento 26 de Marzo
 

DECLARACIÓN DE CIDESOL ANTE LA COMISIÓN DE LEGISLACIÓN DEL TRABAJO DE LA CÁMARA DE REPRESENTANTES ANTE DENUNCIA DEL SINDICATO DE ARTES GRÁFICAS


Comisión de Legislación del Trabajo

REPRESENTANTES DE LA EMPRESA CIDESOL S.A. (DIARIO LA JUVENTUD)


Versión taquigráfica de la reunión realizada el día 15 de julio de 2015
Preside: Señor Representante Fernando Amado (Vicepresidente).
Miembros: Señores Representantes Carlos Coitiño, Claudia De Los Santos, Wilson Ezquerra, Benjamín Irazabal y Gerardo Núñez.
Delegado de Sector: Señor Representante Carlos Pérez.
Asiste: Señor Representante Carlos Reutor.

Invitados: Por la empresa CIDESOL S.A. (Diario La Juventud), señores Miguel Beloqui, Director, Camilo Barzi, Silvana Dogrham, Alejandro Jorysz, y doctora Valeria Pérez Rosas, asesora legal.

SEÑOR PRESIDENTE (Fernando Amado).- Habiendo número, está abierta la sesión.
La Comisión de Legislación del Trabajo tiene el honor de recibir a una delegación de Cidesol S.A., (Impresora del diario La Juventud), integrada por su Director, el señor Miguel Beloqui; la asesora legal, doctora Valeria Pérez Rosas; la señora Silvana Dogrham y los señores Camilo Barzi y Alejandro Jorysz.
Esta comisión recibió a una delegación del Sindicato de Artes Gráficas, quienes formularon una serie de denuncias acerca de la situación laboral en ese lugar de trabajo. Hemos remitido a la empresa la versión taquigráfica, a fin de que tuvieran conocimiento de las distintas denuncias planteadas. Cuando alguna delegación plantea denuncias, es de estilo de esta comisión recibir a la contraparte; es la gimnasia habitual que realizamos.   Nosotros no dictamos sentencia; simplemente somos un resorte parlamentario que intenta ayudar para generar espacios de diálogos cuando hay problemas y también una caja de resonancia para quienes viven dificultades en el ámbito laboral y encuentran en esta comisión un lugar donde poder plantear sus problemas.
Con gusto, les cedemos la palabra.


SEÑORA PÉREZ ROSAS (Valeria).- Soy abogada de la empresa.
En primer lugar, agradecemos la invitación para poder exponer nuestro punto de vista.
Básicamente, voy a hacer una síntesis de las instancias judiciales en las que hemos intervenido a raíz de este suceso. Sin perjuicio de la narración de los hechos que va a realizar el representante de la empresa aquí presente  también vamos a contar con la narración de algunos testigos que participaron en los hechos, me gustaría sintetizar los fundamentos legales y jurídicos que se han manejado en el proceso judicial, así como las instancias ante la Dinatra que, a nuestro entender, fundamentan la decisión que adoptó la empresa con respecto a la señora Loreley Corbo.
 Lo primero que queremos destacar es que en este caso no ha existido ningún desacato a un fallo judicial, por la sencilla razón que la sentencia del Tribunal de Apelaciones de Trabajo no está firme. En efecto, hubo un proceso judicial con dos sentencias contradictorias. La sentencia de primera instancia no hizo lugar a la pretensión de reinstalación y, la de segunda instancia, revocó a la de primera instancia. Por tanto, la empresa, totalmente asistida de derecho, y cumpliendo los requisitos exigidos legalmente, interpuso el recurso de casación el 4 de junio de este año, el que además fue admitido por el Tribunal de Apelaciones  la regularidad del recurso en esa primera instancia, que es el control de admisibilidad por el Tribunal de Apelaciones se franqueó  y el asunto actualmente se encuentra a estudio de la Suprema Corte de Justicia. Esto es lo primero que nos gustaría aclarar por lo q ue se ha manifestado por parte de la delegación sindical en el sentido de que no había de nuestra parte un acatamiento de una decisión judicial.
En primer lugar, queremos manifestar que no es correcto lo que maneja la delegación sindical respecto a que es dudosa la admisibilidad del recurso de casación. Para la jurisprudencia de la Suprema Corte de Justicia es admisible el recurso de casación en este tipo de procesos. Por lo tanto, no hay nada ilegítimo en el proceder de la empresa que ha articulado sus defensas e interpuesto los correspondientes recursos en un todo de acuerdo a la ley.
En segundo término, queremos rechazar enfáticamente en esta oportunidad, así como lo hemos hecho en la instancia judicial y ante la Dinatra, cualquier imputación respecto a represión o prácticas antisindicales de la empresa. Tal como manifestamos al contestar la demanda que planteó en el proceso judicial la señora Corbo, en donde además proporcionamos abundantes pruebas en tal sentido, el diario La Juventud siempre ha sido respetuoso del ejercicio de la libertad sindical así como de todos los derechos que asisten a los trabajadores, pues es una empresa constituida por trabajadores que lejos de reprimir sus derechos, tiene como finalidad contribuir al logro pleno de los mismos.
En la empresa conviven trabajadores sindicalizados y no sindicalizados, no existiendo discriminación ni diferencia en el trato propiciado por la empresa a unos y otros. Las acusaciones que se realizaron pues, antes en el proceso judicial y ahora ante esta comisión, son infundadas y expresadas con absoluta vaguedad. Se refieren a agresión verbal, a insultos, incluso a violencia física pero sin especificar concretamente en qué consisten y sin dar el más mínimo detalle de los supuestos sucesos que han acontecido. La empresa siempre ha permitido el ejercicio de la libertad sindical, habiéndose constituido en sindicato en el año 2004, el que sigue existiendo, sin que en este período extenso de más de diez años haya habido algún tipo de denuncia respecto a comportamiento antisindical. Durante este período solo dos trabajadores sindicalizados fueron despedidos durante los años 2013 y 2014 por cuestiones de reestructura o disciplinarias, desvinculaciones que fueron negociadas y acordadas con la intervención, justamente, de Loreley Corbo por el sindicato y la asesora del sindicato, doctora Isabel Cammarano, abonándose en todos los casos lo que por derecho correspondía.
Durante todos estos años han sido múltiples las tareas y actividades sindicales en las que han participado los trabajadores de Cidesol S.A., que fueron coordinadas por su sindicato, paros, acciones y medidas gremiales convocadas por el PIT-CNT, inclusive imprimiéndose muchos de sus afiches y volantes para tales actividades en la empresa Cidesol S.A.
La delegada Loreley Corbo, ha concurrido a las asambleas, incluso, a las correspondientes a la comisión directiva del Sindicato de Artes Gráficas, asistiendo a reuniones regulares todos los lunes y demás actividades relativas a esa función como concurrencias a audiencias en Montevideo y en el interior, donde hizo uso sin ninguna restricción al respecto por parte de la empresa de su licencia sindical de acuerdo a la ley y su reglamentación, siendo además la empresa especialmente flexible a la hora de requerirle una justificación para el uso de dicha licencias. Todo esto que estoy manifestando fue profusamente probado en el proceso judicial donde los testigos de ambas partes corroboraron todos estos extremos.
En ninguna de las declaraciones del expediente que hemos remitido a esta comisión existe alguna  alusión de restricciones sindicales, más allá de esas manifestaciones vagas que manifesté.
También rechazamos absolutamente las imputaciones que realiza Loreley Corbo que refieren a la existencia de conductas discriminatorias u hostiles de cualquier tipo respecto a los trabajadores afiliados. Específicamente y respecto al caso concreto de la delegada Loreley Corbo, rechazamos que su despido obedezca a razones sindicales, sino que el mismo obedece al episodio de inconducta severa e inadmisible que será narrado por el señor Miguel Beloqui aquí presente, y por la víctima de esa situación  también aquí presente , señor Alejandro Jorysz.
Ese episodio, además, fue reconocido por la propia señora Loreley Corbo ante la Dinatra y esta comisión en la que refiere, justamente, que hubo intercambios de insultos. Más allá de que luego se va a explicar acá, cabe señalar que tanto los insultos como las provocaciones partieron de ella.
Las imputaciones de la señora Loreley Corbo al respecto son vagas en el momento de plantear la demanda y también en su intervención en esta comisión. No especifica ni antes ni ahora concretamente cuáles fueron los hechos constitutivos de persecución sindical. Refiere simplemente, tanto durante el proceso judicial como en esta oportunidad, a la reunión mantenida el 12 de marzo de 2015 con el señor Miguel Beloqui, en la cual supuestamente se habrían planteado una serie de reivindicaciones, pero esta reunión fue simplemente una más de las tantas que han existido y existen en la empresa para pretender encontrar en forma consensuada una solución a la difícil situación financiera que anualmente atraviesa la empresa durante los meses de febrero y marzo que, en ocasiones, trae aparejado algún atraso en el pago de los salarios, sin poseer la misma algún contenido especial ni&nb sp; reivindicación sindical concreta.
Queremos resaltar que tampoco se aclara concretamente por el sindicato ni antes ni durante esta comparecencia cuál fue el supuesto planteo realizado en esa reunión. En esta comisión se refieren a que hubo un planteo pero no se dice cuál fue el que  estaba en trámite en esa reunión.
Reiteramos que fue una reunión en la que se trató el pago de los viernes. Queremos resaltar que los atrasos no eran de más de un par de días. Además, debe tenerse en cuenta el beneficio que implica para los trabajadores este pago fraccionado en forma semanal del salario y el esfuerzo que significa para la empresa, sobre todo, en los meses de febrero y marzo de cada año.
Por lo tanto, el despido obedeció a la conducta de la señora Corbo, quien ya venía desplegando un ilegítimo acoso en perjuicio de los trabajadores no sindicalizados mediante insultos y relegándolos, llegando a situaciones extremas en las que se les negó el saludo y el diálogo. Este hecho fue reconocido por la señora en la demanda, donde manifiesta haber optado por evitar todo contacto, desde el saludo al mínimo diálogo; esto también está probado en el expediente judicial. Estas conductas contrarían las más elementales normas de convivencia, buena fe y respeto que deben existir en un ambiente laboral. Se trata de una conducta absolutamente ilícita y reprochable, máxime si tomamos en cuenta su calidad de delegada sindical.
Este comportamiento ilegítimo alcanzó su máxima expresión en el suceso ocurrido con el trabajador Jorysz  aquí presente, quien fue víctima de acoso laboral y conducta discriminatoria por parte de Loreley Corbo. Estos hechos fueron reconocidos por ella en la reunión mantenida con el director de la empresa, el señor Beloqui. Al día siguiente del suceso, admitió haberse extralimitado. Ahora, pretende tergiversar los hechos para justificar su inadecuada actitud.
Toda esta situación, que provocó en el trabajador en cuestión severos daños desde el punto de vista físico y moral, fue denunciada por él ante la Inspección General del Trabajo. Actualmente, se encuentra en trámite en dicha Inspección una denuncia de acoso laboral planteada por el trabajador.
Entonces, la decisión de la empresa fue tomada por los motivos aludidos y es avalada por la normativa nacional e internacional. Me refiero, por ejemplo, a los Convenios Internacionales de Trabajo 144, 148 y 161  ratificados por Uruguay  y a la Declaración Sociolaboral del Mercosur. Estas normas obligan al empleador a velar por que todos sus trabajadores ejerzan sus actividades en un ambiente de trabajo sano y seguro, que preserve su salud física y mental.
El despido de la trabajadora obedeció a causas vinculadas a sus conductas y encuadra en la hipótesis de causa razonable, prevista por la Ley N° 17.940. Todos sabemos que esta ley no tiene por finalidad que el delegado sindical se ampare en tal calidad para incumplir el contrato de trabajo, otorgándole una inmunidad absoluta. Por el contrario, esta ley es amplia a efectos de permitir la justificación del despido cuando existan razones de conducta del trabajador, con la única limitante de que no sea algo caprichoso. Precisamente, eso fue lo que aconteció en este caso.
Todos estos extremos fueron plenamente acreditados en el proceso laboral.
Además, todos los testigos que declararon en la extensa audiencia celebrada en dicho proceso  los propuestos tanto por la actora como por la demandada  refieren claramente a que la causa del despido fue el incidente del 16 de marzo ocurrido con el señor Jorysz. Los únicos testigos presenciales son los trabajadores Graciela Santamaría y Camilo Barzi, aquí presente. Ellos declararon con detalle el lamentable episodio de ese día: la agresión de esta señora a otro trabajador y la provocación que ella realizó. La víctima del acoso, el señor Jorysz, narró el incidente en forma coincidente con los testigos presenciales. También declararon extrabajadores una de ellas la señora Silvana Dogrham, aquí presente  que en su momento fueron víctimas de situaciones similares, al punto de tener que renunciar debido al acoso ejercido por la s eñora Corbo.
Por otra parte, en el expediente judicial todos los testigos refieren también a la tolerancia y al aliento de la empresa en el ejercicio de los derechos sindicales, y señalan que en el momento del despido no existía ninguna reivindicación específica en curso.
Queremos destacar que los trabajadores Javier Moreno y Pablo Blanco, quienes comparecieron ante esta comisión, no fueron testigos presenciales del suceso. Si bien en alguna parte de su exposición parecería que fueron testigos presenciales, lo cierto es que no lo fueron.
Por estos motivos, resulta acorde a derecho la sentencia de primera instancia, que relevó adecuadamente la probanza incorporada en esa extensa audiencia  donde declararon muchísimos testigos  y, sobre todo, la abundante prueba testimonial. Se entendió que existió justa causa para el despido, que no se configuró un despido antisindical y que quedaron probados el mal relacionamiento de la actora con los trabajadores no sindicalizados y las agresiones a un trabajador de la empresa.
Contrariamente, creemos que la sentencia de segunda instancia ha infringido la norma de derecho, razón por la cual interpusimos el recurso de casación, que fue admitido por el tribunal y que está a estudio de la Suprema Corte de Justicia.
La sentencia de segunda instancia expresa en forma errónea que la causal de exoneración invocada por nuestra parte fue la de notoria mala conducta. A partir de allí, realiza un análisis sobre la configuración de la causal, que entiende no justificada. Ahora bien, aun entendiendo nuestra parte la gravedad de la conducta que ameritaría el calificativo de notoriamente mala, no fue esa la causa esgrimida por la empresa. En el proceso judicial alegó la existencia de causa razonable vinculada a la conducta de la trabajadora, tal como expresa el artículo 2º de la Ley N° 17.940, que establece que el despido debe guardar razonabilidad con el hecho acaecido y que no debe tener un móvil sindical.
Además, la sentencia de segunda instancia infringe las normas de valoración de la prueba, prescindiendo de todos los testigos propuestos por nuestra parte, simplemente porque no estaban sindicalizados, cuando son los únicos que presenciaron el episodio.
Todos estos errores del fallo de segunda instancia son los que pusimos de manifiesto en el recurso de casación, que se encuentra en trámite. Aclaro que vamos a dejarles copia del recurso, de nuestra contestación y de la sentencia en primera instancia.
Por tanto, no es cierto que se haya ganado el procedimiento judicial  como manifestó la asesora del sindicato  ni que exista desacato a la decisión judicial, como también se dijo en esta comisión. Como dijimos, la sentencia no está ejecutoriada. Nosotros interpusimos un recurso de casación, que está en trámite y cuya admisibilidad no solo no se encuentra en discusión sino que está reconocida por la jurisprudencia.
Debe estarse, entonces, a las resultas de este proceso judicial, no correspondiendo intervención de ningún otro órgano ni de ningún otro Poder. No corresponde intervención del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social  como se ha manifestado en esta comisión  para indagar sobre el cumplimiento o no de un fallo judicial, ya que ello violentaría el principio fundamental de nuestra democracia: la separación de Poderes.
Muchas gracias.


SEÑOR BELOQUI (Miguel).- En principio, quiero explicar que la intervención de la abogada responde a nuestra intención de dar respuesta a las dudas e interrogantes que quedaron planteadas en la reunión anterior.
Vamos a hacer nuestro planteo desde cero, porque esta es la primera oportunidad que tenemos de presentar nuestro enfoque sobre este problema. Hasta ahora nuestra actuación siempre ha sido en respuesta a las iniciativas del sindicato: nos citaron en dos ocasiones a concurrir a la Dinatra y también fuimos a los juicios que se procesaron en primera y en segunda instancia.
Antes de continuar, agradezco a la Comisión de Legislación de Trabajo de la Cámara de Representantes la invitación a concurrir a esta reunión para recibir nuestra opinión sobre la situación planteada por el SAG en la reunión del 16 de junio. Nos produce una gran motivación conocer el interés de la comisión por conocer nuestra opinión.
Hemos recibido y leído detenidamente la versión taquigráfica de la reunión de la comisión con el SAG. Por eso, consideramos fundamental proporcionarles nuestra opinión no solamente sobre los planteos del SAG sino también sobre los hechos acaecidos en nuestra empresa, muchos de los cuales no se han dado a conocer.
Con esa intención, y a efectos de aportar mayor objetividad y enriquecer la información, hemos pedido que nos acompañen algunos de los participantes e involucrados directamente en los hechos más relevantes de la situación que se vive en la imprenta Cidesol S.A.
A continuación voy a leer un resumen del primer relato de los hechos concretos que recibí directamente de la persona que desencadena esta situación: "Insultos racistas y amenazas de la delegada Loreley Corbo hacia el trabajador Alejandro Jorysz el día lunes 16 de marzo de 2015.- El pasado lunes 16 de marzo, cerca del mediodía, sucedió el episodio en cuestión. Yo no me encontraba en la imprenta, pero cuando llegué poco después de las 15 horas, la señora delegada Loreley Corbo me pide para hablar porque había tenido una discusión grave con otro trabajador. De esa manera, con sus propias palabras, recibo el primer informe sobre los hechos. Según su relato, todo comienza cuando ella llega ese día a trabajar y al entrar en la recepción encuentra a Camilo en su escritorio, con el termo, y a Alejandro, que estaba sentado en otro escritorio, a su lado, hablando por teléfo no y tomando un mate recién cebado. Loreley se enfurece e increpa inmediatamente a Camilo, diciéndole por qué no había 'obedecido' sus instrucciones de que Alejandro tenía prohibido tomar del mismo mate que toman los trabajadores. Esta 'prohibición' era desconocida para mí, pero ella me explica enseguida que lo acusa a Camilo 'porque a él sí ya se lo había dicho muchas veces', y a continuación le sigue reclamando a Camilo que entonces ahora ella 'tendría que lavar y desinfectar todo, el mate y la bombilla', porque 'el otro', Alejandro, había tomado del mate de los trabajadores.- Siguiendo con su relato, después de este primer intercambio en la recepción ella se fue para su lugar de trabajo y Alejandro subió al suyo, en el primer piso. Pero al poco tiempo Loreley observa que Alejandro volvió a bajar y me explica que 'ella s e da cuenta' que venía con intenciones de agredirla 'porque la venía buscando', y entonces ella lo enfrenta, y me relata todos los insultos que usa contra él en ese momento, entre los cuales me reitera que le dijo varias veces 'judío mugriento', y me explica que se lo dice directamente y en la cara porque 'él era eso' y 'ella no le tenía miedo', y lo desafía a encontrarse en cualquier lugar en la calle, fuera del trabajo, donde lo puede enfrentar personalmente para tratarlo como se merece.- Finalmente, también me reconoce que ella era muy consciente de que su conducta la hacía merecedora de la sanción de despido. Pero me advierte que ella 'necesita el trabajo' y, desafiante, termina diciéndome: 'Vos sabrás lo que hacer'.- Loreley no mencionó en ningún momento ni una sola forma de agresión concreta, ningún acto agresivo de Alejandro. Por sus dichos, Alejandro no la golpeó, no la agarró, no le hizo ni siquiera un amague para asustarla, no la miró fijo... nada.- Por otra parte, ella no tenía ninguna lastimadura, ningún machucón, ni siquiera estaba asustada.- Por sus propios relatos, todo lo que se había dicho, y se había escuchado, fue dicho por ella, y Alejandro ni siquiera le pudo retrucar uno solo de sus propios insultos; ella no menciona en ningún momento ninguna palabra que él hubiera dicho.- Loreley no me expresó en ningún momento alguna idea de arrepentimiento, ni de lamentar lo sucedido, todo lo contrario; no tenía ninguna duda sobre lo correcto y totalmente justificado de su actuación".
Los testimonios de Alejandro Jorysz y Camilo Barazi pueden confirmar y ampliar los detalles de los agravios e insultos de Loreley, y por eso solicito que ellos continúen con sus relatos.


SEÑOR JORYSZ (Alejandro).- Es la primera vez que hablo fuera del ámbito de trabajo.
Dejé de trabajar en una empresa en la que me desempeñé durante cinco o seis años y hace más de un año y medio que me incorporé a la plantilla de Cidesol. Desde que ingresé a la empresa me relacioné normalmente con todos los trabajadores; inclusive, con Loreley Corbo, delegada sindical; más allá de algunos comentarios o actitudes, no tenía ningún motivo para tener problemas con ella.
Transcurridos más o menos seis meses de trabajo, sin ningún motivo ni desencadenante  leí la versión taquigráfica, donde se dice que a partir de cierto momento se corta el diálogo con nosotros; creo que dice que a partir de la lamentable muerte de un compañero de la imprenta  se cortó el diálogo. Loreley cortó el diálogo de un día para otro conmigo  el diálogo y el saludo , aun estando vivo Pablo Moreno  es decir, no se corresponde con lo que dijo en esta Comisión , pero no fue, como dijo acá, para evitar problemas que ya habían ocurrido. Ella no solo cortó el diálogo y el saludo, sino que comenzó un hostigamiento diario hacia mí, de todo tipo. En el testimonio que presenté, consta todo lo que viví durante un año, diariamente, porque no fue que cortó el diálogo y el saludo para evitar pr oblemas y cada uno siguió su vida en la imprenta: yo conviví todos los días en el ambiente laboral con esa actitud. Para que yo pudiera desarrollar mi trabajo, era necesario que me comunicara con ella, y así se lo manifesté a la dirección de la imprenta en repetidas oportunidades; me plantearon que siempre evitara los problemas, que era conocido el temperamento de Loreley, pero que era su decisión, y que yo me dedicara a hacer mi trabajo. Es decir, yo tenía dos trabajos: mis tareas de vendedor y el de sortear todas las dificultades que me planteaba Loreley, no solo laborales, saboteando mi trabajo, sino también personales, al no hablarme. Yo fui agredido por ella todos los días durante un año.
Quizás por eso se hable del "carácter de los trabajadores militantes". Seguramente, yo no hubiera soportado este tipo de problemas en otro trabajo sin denunciarlo. Me siento muy cómodo trabajando en esta imprenta, y todos estos problemas, más allá de los disgustos y enojos, eran llevables.
Loreley Corbo hace más de once años que trabaja en la imprenta y llegó al extremo de decirle a clientes, cuando algo tenía que ver conmigo: "Eso tenés que arreglarlo con él, porque yo con basura no tengo nada que ver".
Cuando ella entraba a un lugar y me veía  no compartimos ámbitos de trabajo; ella trabaja en taller gráfico y yo trabajo en la parte comercial  decía sistemáticamente: "¡Qué olor a mierda que hay acá!".
Evidentemente, le hablaba mal de mí a todos los trabajadores, se refería a mí con insultos y demás. Acostumbra a hablar a los gritos, y por eso yo la he escuchado en repetidas oportunidades insultarme, referirse a mi condición de judío, es decir, "judío mugriento", "judío sucio", "judío de mierda"; esto era cotidiano en la imprenta.
Luego de sucedido todo esto  sin saber que la señora Loreley Corbo luego sería despedida, y mucho menos que se presentaría un recurso de amparo para que fuera reintegrada, luego de lo que voy a narrar que ocurrió, plantee que la situación iba a ser más difícil de sobrellevar que lo que pasaba a diario y que yo soporté a lo largo de todo un año. Por eso, a raíz de esto y viendo la posibilidad de que Loreley Corbo fuera reintegrada, yo radiqué una denuncia de acoso laboral en la Inspección del Trabajo del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, cuyo expediente lleva el número 2015-13-7-0002837; este trámite se encuentra en curso al día de hoy, a la espera de que se asigne un abogado para estudiar el caso.
Se habla de que esto surgió como consecuencia de la discusión natural entre dos personas. Bueno, para empezar, eso no es así. Además, mi actitud siempre fue la de soportar, evitar y, sobre todo, velar para que no se notaran este tipo de situaciones, que no son nada agradables. Evidentemente, yo trataba de hacer todo lo posible para no recibir este tipo de insultos a diario.
Sobre lo ocurrido ese día, no se dan detalles por parte de la delegada sindical y sí se aportan datos que son totalmente falsos, son mentira. El problema comienza  tal como narró el director Miguel Beloqui  en un ambiente de trabajo: la recepción de la imprenta. Yo estaba sentado en un escritorio, como todos los días, hablando por teléfono con un cliente, tomando un mate que me había cebado Camilo Barzi  aquí presente , y que tuve que dejar sobre el escritorio porque la compañera Gabriela Santamaría me pasó una llamada. Loreley ingresó a la imprenta, fue directo a su taller  la vi pasar por la recepción, volvió a hablar con Camilo y sin mediar palabra, al advertir que estaba el mate  yo continuaba hablando por teléfono, comenzó a los gritos pelados, a un metro de mí, a recriminarle a Camilo por qué yo estaba tomando mate y le incr epaba que yo no podía tomar de ese mate. Yo estaba acostumbrado a los gritos de ella, a sus insultos, y estaba preocupado por mantener el hilo de la conversación, aunque advertí que ella decía, por lo menos en dos oportunidades, que tendría que desinfectar todo, el mate y la bombilla. Esto era a los gritos pelados, mientras yo hablaba, al punto que tuve que cortar la conversación telefónica.
Mientras tanto, cuando Loreley se iba de la recepción enojada, por primera vez en un año le dirigí la palabra y reaccioné ante las cosas que dijo. Sentado desde el escritorio, con ella fuera de la recepción, lo único que hice fue preguntarle por qué me decía esas cosas si yo, en un año, no le había hablado ni le había hecho absolutamente nada. Reaccioné en ese momento, porque realmente ya no sabía cómo manejar esa situación.  De hecho, ella se fue para su taller; eso es lo que falta en la narración tanto de ella como de Miguel, que lo que tuvo fue la versión que ella le comentó.
Yo quedé muy alterado después de eso por cómo se había dado todo. No sabía si ir a hablar con ella para decirle que había ciertas cosas que no podían seguir pasando, que no podía franquear. No sabía si irme, por lo enojado que estaba. Al final, me fui a la planta de arriba, donde yo también tengo parte de mis tareas. Fui hasta allí para serenarme, como en varias oportunidades me pasaba; la idea era alejarme, calmarme. La verdad es que me costaba calmarme, porque estaba más alterado que de costumbre. Intentando calmarme, empiezo a escuchar que Loreley, desde la recepción, nuevamente estaba a los gritos pelados, diciendo: "Este mugriento, este sucio. Yo no le falté el respeto". Y repetía: "Este mugriento, este mugriento, este mugriento". Yo trataba de calmarme, pero se escuchaba desde un piso de arriba: "Mugriento, mugriento, mugriento". Entonces, bajé. Cuando fui a bajar la escalera, realmente estaba enojado. Pero como a diario tenía que evitar los problemas, me fui serenando mientras bajaba por la escalera. Cuando quedé enfrentado a ella  a una distancia similar a la que tengo con el señor presidente de la Comisión, Fernando Amado, le pregunté a quién le estabas diciendo todo eso.  Ella se acercó a mí, y me dijo en la cara que me lo decía a mí. Le pregunté por qué me decía eso y, en la cara, me dijo que era porque era un judío sucio, un judío de mierda, un judío mugriento, porque era un puto. Luego, siguió de largo y yo  anonadado porque si bien me había dicho de todo, nunca creí que llegara a ese estado  caminé detrás de ella a cierta distancia, escuchando lo que decía. Ella me siguió insultando. Además de calificarme de alcahuete y de mala persona, una cantidad de cosas, volvió a repetir los mismos insultos iniciales. Yo, sin decir una sola palabra, escuchaba, anonadado, todo el rosario de cosas que me decía.
Ella se fue al taller con una trincheta en la mano, porque trabaja con ese elemento. Yo le digo: "Loreley, ¿vos te das cuenta lo que estás diciendo? ¿Por qué decís todo esto?". Me contestó que lo hacía porque sabía perfectamente qué tipo de persona era yo y qué era lo que había que hacer con gente como yo. Me dijo que sabía con quién hablar. Me manifestó que si quería, yo la  echara, diciendo: "A la gente como ustedes les gusta echar gente". Siguió así, ya al borde de una cosa totalmente ilógica teniendo en cuenta cómo había surgido.
En un momento, hervía del enojo. Ahí entré a calmarme, porque hasta se entró a naturalizar la cosa. Luego de tanto insulto, me entré a calmar un poco. Luego, Loreley dijo el absurdo de que nunca más en mi vida  juraba por ella y no sé qué  yo iba a volver a tomar del mate de los trabajadores. Le pregunté por qué, dio una explicación incoherente totalmente, y ahí me retiré. Volví a la recepción. Estaban Camilo y Graciela, mirándome.
Todo lo del inicio fue frente a la recepción, con Camilo y Graciela presentes allí. Volví a la recepción y dije: "Me voy a retirar, me voy a ir". No sabía cómo manejar la situación. Habían pasado cinco minutos. Me fui afuera, me senté, traté de calmarme, pero no me calmaba. Me fui, y volví a la imprenta como tres o cuatro horas después del horario en que ella se iba, para asegurarme de que no estuviera. Naturalmente, le comenté al señor Beloqui qué fue lo que sucedió, aunque no con este lujo de detalles. Era habitual comentarle a Beloqui este tipo de cosas; también hablábamos de cuestiones de trabajo. Pero si cada cosa que ella me hacía a diario se lo decía al señor Beloqui y ampliábamos sobre eso, nunca hubiésemos hablado de trabajo. Yo le comento las cosas que habían sucedido y Beloqui me dijo que me l o tomara como siempre, con las mismas recomendaciones. Lo escuché y ta, no dije mucho más. Solo le expresé: "Esto fue un poquito distinto a como siempre". Fue nada más que eso.
Relato con todos los detalles porque me interesa decir cómo fueron las cosas, me interesa decir que yo en ningún momento proferí ni un solo insulto. Las tres o cuatro cosas que pude haberle dicho a Loreley, no ese día ni en ese momento, sino durante un año entero fueron: qué me estaba diciendo, por qué me decía eso y por qué me lo decía de esa forma; absolutamente nada más. Esa fue la tesitura que yo adopté, para poder trabajar a diario en esa imprenta y porque eran las condiciones que me pedían los compañeros de la imprenta para moverme en ese ámbito laboral.
Lo dije con lujo de detalles y contando movimientos para que no se crea que entremedio yo pude haber puesto una cara, etcétera. Esto fue lo que ocurrió. Ni siquiera le manifesté a Beloqui que no podía trabajar ahora con ella; nada.
A la otra mañana, fui a trabajar a la imprenta como siempre. Durante la mañana, tenía coordinada una visita médica de rutina y me fui antes. Quizás, coincidí una hora en el trabajo con Loreley, sin haber intercambiado ni una sola palabra, sin habernos visto, y luego me retiré. Quedé muy alterado con esa situación y no sabía cómo enfrentar los días siguientes. De hecho, no fui a trabajar durante dos días a la imprenta porque, realmente, estaba muy conmocionado por lo que había pasado. Cuando me reintegro, me entero de que, al otro día de lo sucedido, Loreley ya no trabajaba más en la imprenta.
Quiero mencionar un detalle porque hace cierto tipo de referencia a eso la doctora. Yo me reintegro el viernes y, además, ese es el día en que tienen la primera audiencia en la Dinatra. El sábado, al retirarme a las ocho de la noche de la imprenta, cuando yo me encontraba en la parada del ómnibus, sale un trabajador de la imprenta y me plantea, de muy buenos modos, la preocupación porque Loreley quedara sin trabajo. Me dice que él sabía que yo no tomaba decisiones, restando cierta importancia a lo sucedido, pero dando cuenta del  planteo de ellos de que se trataba de un trabajador de la imprenta perteneciente al sindicato. Javier Moreno  que estuvo presente en esta comisión  me planteó la situación de muy buenos modos  él también hacía tiempo que no me hablaba  y me dijo que quería hablar conmigo porque me consideraba una buena persona; que él no me h ablaba por ciertos temas que hubiesen ocurrido, pero que sabía que yo era una buena persona y podía entender. Me preguntó si estaba a mi alcance hacer algo para revertir la situación, que con una sanción capaz que se podía arreglar el asunto. Yo tomé de muy buenos modos lo que me dijo, por más que me habló como por media hora. Le dije que sí, que era tal como él decía, que yo no podía tomar ningún tipo de decisión, pero que me parecía muy bien que viniese a dialogar conmigo y que yo podía hablar con quien tuviera afinidad para trasladar esa preocupación.
Javier me planteaba que estaba muy preocupado porque esto ya no estaba en manos de ellos, es decir, de la comisión interna, donde, en ese momento, además de Loreley, había tres afiliados más. Me dijo que la pelota estaba fuera de la imprenta y que había gente decidida a hacer de esto algo muy grande, con grandes problemas; que realmente no sabía de qué se trataba, que todos íbamos a salir perjudicados, tanto ellos como nosotros, y a ver si se podía resolver  de alguna manera. Yo tomé muy bien lo que me dijo y le expresé que lo iba a hablar, que me parecía muy sincero lo que me planteaba. Llegué a decirle solamente eso y él se retiró.
No quiero hacer ningún tipo de vinculación con eso, pero debo decir que, un minuto después, yo recibí una paliza en la parada del ómnibus, por parte de dos personas que no conozco ni reconozco. Yo soy militante político también y conozco a la gente de la vuelta, como se dice. No reconozco el tipo de práctica, pero recibí una paliza y, al otro día, domingo  eso fue un sábado, terminé internado  tuve dos operaciones , no por la golpiza, sino por una cuestión de cálculos en los riñones. Pero, evidentemente, toda esta situación de nerviosismo que tuve que pasar esa semana y de golpes que me propinaron, me afectó. Hay temas que me hubiese gustado atender, de denuncias o cosas que después me explicaron que hubiesen sido correctas de hacer por lo que había pasado. Estuve días internado, fui operado; estuve quince días más en reposo, hasta la nueva operación. Luego, me reintegré a trabajar.
Estas eran las aclaraciones que quería hacer respecto a lo ocurrido ese día.


SEÑOR BARZI (Camilo).- En primer lugar, quiero decir que lo que comenta Alejandro ocurrió de esa manera, tal cual lo describió. Es cierto que yo habitualmente tomo mate en la recepción y con los compañeros que estén en ese lugar.
Ese día, sinceramente, la forma en que entró la señora Loreley, con esa virulencia desmedida, preguntando por qué le había dado un mate a "ese" y que ahora iba a tener que desinfectar el mate, etcétera, convirtió todo en una situación violenta, inclusive hasta para quienes no sufrimos la agresión. Tanto es así que luego de que Alejandro le increpara por qué le decía eso y de todos los agravios que sufrió, una vez que se retiró de la imprenta Alejandro, yo fui a hablar con ella  como hacía habitualmente con cualquier arranque de locura que tuviera o contra quien arremetiera; Alejandro no era el primero contra el que se tiraba de esa manera  para plantearle que aflojara, que bajara la pelota al piso
Como ella ve provocadores en todos lados, en ese caso, el provocador era yo porque le había dado un mate a Alejandro. Entonces, me di media vuelta y me fui. Le dije: "No hablo más contigo". En definitiva, era la única persona que quedaba a quien ella le dirigía la palabra. En toda la imprenta, de los veinte y pico de trabajadores, a algunos no les hablaba porque eran unos judíos mugrientos, a otros porque eran unos sucios, a otros porque no sé qué.
La situación con Alejandro explota en ese momento para este lado; el tema es que anteriormente había explotado para el otro lado. Hubo compañeros que ante diferentes agravios o situaciones de presión por parte de una persona mayor, se fueron. En la imprenta trabajan muchos gurises que no tienen experiencia laboral, como no la tenían muchos de los que vinieron a esta Comisión cuando recién entraron a trabajar en la imprenta, con veinte años de edad. Hubo varios compañeros que tuvieron que irse, por diferentes tipos de agravios: gente que del 26 de Marzo y gente que no era del 26.
Es cierto, nosotros somos una imprenta  esto es vox populi  en la que hay compañeros que son militantes del 26 de Marzo, muchos de los cuales hacen trabajos voluntarios.  Hay compañeros del 26 de Marzo que trabajan, son asalariados, están legalmente en planilla y no están sindicalizados; hay compañeros que no son del 26 de Marzo, son asalariados y sindicalizados, y otros que tampoco son del 26 de Marzo, son asalariados y tampoco son sindicalizados. Hay de todo. Cuando se ha despedido a algún trabajador ha sido por una notoria mala conducta y  como decía la doctora Pérez Rosas  de común acuerdo hasta con el propio sindicato. Tanto es así que de los trabajadores que fueron despedidos uno era del 26 de Marzo y no estaba sindicalizado  o sea que no hay una intencionalidad de nuestra parte  y el otro sí lo estaba y es hijo del redactor responsable del diario "La Juvent ud". Digo eso para que se entienda que las cosas no son tan lineales como a veces se quiere mostrar.
En lo personal, vine a Montevideo en el año 1994 a trabajar en la imprenta que en ese momento estaba en la calle Rivera  era otra empresa  y estoy desde los comienzos de la empresa Cidesol. O sea que he visto pasar por allí a innumerables compañeros, buenos, malos, de todo. Inclusive, los compañeros que formaron el sindicato junto con Loreley que eran del 26 de Marzo e integraban las listas y fueron convencionales de Asamblea Popular, o sea que no son gente extraña al partido político. Hoy se menciona a algunos compañeros que ya no están; algunos de ellos eran sindicalizados, precisamente, porque venían ya de una larga trayectoria de pertenecer al sindicato gráfico desde antes de trabajar en Cidesol y otros aprendieron el oficio gráfico allí, como tantos de nosotros que hemos pasado por todos los estamentos que existen en la empresa gráfica y hemos aprendido la gran mayorí a de las cosas.
Sinceramente, en lo personal, me duele muchísimo que algunos compañeros hagan esa diferencia entre los que son sindicalizados y los que no porque nosotros jamás hicimos esa diferencia. Nos molesta  por lo menos a mí  que la abogada del sindicato diga que nos ven a todos como los patrones cuando trabajamos a la par de ellos y estamos sacando las papas del fuego en muchas situaciones.
Además, en la versión taquigráfica se menciona que se adeudaba dinero a los trabajadores y parecería que fuera un dinero importante y solo a los que son del sindicato, pero no es así. Como el pago habitual se ha hecho por semana, el tal atraso no existe porque se les paga plata por adelantado; si yo empiezo a trabajar y a la semana ya estoy cobrando  cuando en realidad tendría que cobrar al mes porque soy mensual , en realidad, a los quince días tengo dos semanas de sueldo adelantadas. Entonces, atraso no hay de ningún tipo. Me parece que hay gente que tiene otras intenciones a la hora de venir a una comisión a exponer motivos. Eso nos molesta mucho.
Inclusive, muy a la ligera algún integrante de esta comisión  quien en ese momento presidía la comisión  comparó a la empresa con otras donde se pega a las mujeres; también se dijo que a muchas empresas cuando se las invita no vienen, pero nosotros venimos, estamos acá dando nuestra versión de los hechos.
Además, hay cosas que hemos tolerado muchísimo a todo el mundo. Por ejemplo, jamás pedimos a ningún trabajador  sin excepción  que marcara una tarjeta o que tuviera un horario determinado, que marcara salida y entrada; en este sentido, hemos sido flexibles hasta por demás.
Claro, hay una denuncia por represión sindical, nos llevan a juicio donde la empresa tiene que demostrar que no hay represión sindical, y lo demuestra, porque hasta los testigos que pone el sindicato lo dicen y, sin embargo, desde que empezó este conflicto  por decirlo de alguna manera  hemos estado en boca de todo el mundo y recién ahora estamos dando respuesta a todo esto porque ni siquiera hemos salido en nuestro propio diario a decir algo y a contestar diferentes agravios, escraches y campañas publicitarias que se han hecho con plata de los trabajadores  no sé cuánto sale el minuto de publicidad en la radio de Kesman, pero me imagino que no debe ser barato  lo cual me preocupa mucho. Todo esto nos molesta demasiado.
Nosotros hemos tenido una actitud de buen relacionamiento con todo el mundo pero, por lo que hasta ahora se ha demostrado, no nos han pagado con la misma moneda, por decirlo así. Nos gustaría que esta situación quede clara.


SEÑOR BELOQUI (Miguel).- El mismo día de los incidentes relatados y detallados, el día lunes 16, pude hablar con Alejandro y con los demás testigos de los hechos, y conocer la versión completa con todos los detalles de lo sucedido. Los hechos ocurridos ese día mostraron la verdadera dimensión y profundidad que había alcanzado el acoso y la discriminación que Loreley había ejercido sobre Alejandro.
Ya sabíamos que Loreley no quería saludar a Alejandro ni le hablaba; ella misma me lo había informado y me lo recordaba cada tanto. A pesar de que esa era una forma de relacionamiento inapropiada entre compañeros de trabajo, yo lo había aceptado, lo venía tolerando con paciencia y le pedí a Alejandro que hiciera lo mismo, que evitara a toda costa cualquier conflicto con ella.
Para facilitar el trabajo de la imprenta y tratar de evitar posibles conflictos entre ellos, desde hacía varios meses habíamos tomado medidas de reestructura modificando la división de las tareas y cambiando la coordinación de algunos sectores de trabajo, pero frente al último episodio todas las precauciones resultaron totalmente insuficientes. Peor aún: con su conducta actual Loreley sobrepasó un límite sin retorno.
Como los detalles de los hechos han sido señalados en abundancia, quisiera pasar a plantear a la Comisión nuestra posición con respecto a esta situación, a modo de declaración.
Dice así:
"En el año del 70 Aniversario de la derrota del Nazismo.- La Humanidad entera celebrando el fin del Genocidio más atroz y bárbaro que ha vivido en toda su existencia. Una descomunal aberración que no se podrá borrar jamás de la Memoria pero que fue derrotada hace 70 años, y que año tras año la Humanidad entera reafirma la convicción y el compromiso de seguirla superando para evitar por todos los medios que vuelva a repetirse algo semejante


Declaración de Cidesol S.A. ante la Comisión de Legislación del Trabajo CRR, frente a los hechos vividos en nuestra empresa

1. Cidesol S.A. identifica como racistas, xenófobas, y antisemitas las expresiones utilizadas por Loreley Corbo, contra Alejandro Jorysz, trabajador de Cidesol S.A., el día lunes 16 de marzo


2. Expresiones racistas, xenófobas, y antisemitas utilizadas por Loreley Corbo contra Alejandro Jorysz, el día 16 de marzo de 2015.- 'Judío mugriento'.- 'Judío sucio'.- 'Judío de mierda'.- Juntamente con muchos otros varios y diversos insultos de absoluta bajeza


3.- Certeza absoluta del empleo de esas expresiones por parte de Loreley Corbo.- 3.1. Testimonio del agredido, Alejandro Jorysz.- 3.2. Dos testigos presenciales: Camilo Barzi y Graciela Santa María.- 3.3. Declaración de la agresora ante el titular de Cidesol S.A., Miguel Beloqui


4. Ausencia de desmentido. Loreley Corbo no ha negado en ningún momento la veracidad de estas afirmaciones. Ni ante la Dinatra ni ante el Juzgado


5. Cidesol S.A. condena el uso de esas expresiones de la forma más enérgica posible, ya que constituyen un agravio imperdonable en primer lugar para Alejandro Jorysz y al mismo tiempo para todos los integrantes de las empresas tanto su responsable como todos sus empleados


6. Repudia el intento de buscar un atenuante al carácter racista y xenófobo de estas expresiones con el argumento reaccionario de que son de uso popular en nuestra cultura, y por lo tanto inofensivas


7. Condena como especial agravante el hecho de que los insultos provienen de la delegada sindical de SAG


8  Pide a la Comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara de Representantes, que incorpore esta declaración al conjunto de medidas que tomará para ayudar a la difusión pública de la situación".


Quisiera entregar una copia, no sé si el presidente puede hacernos un recibo sencillo.


SEÑOR PRESIDENTE.- Sí, no hay problema.
SEÑOR BELOQUI .- Muchas gracias.

Luego, quería continuar con un relato de una vivencia personal que tiene que ver con esta situación y que vivimos en el Penal de Libertad, que me tocó a mí, junto a muchos otros, en esa etapa de fascismo y dictadura.
En el Penal de Libertad conocí a Enrique "Quique" Jorysz,  el padre de Alejandro.  Era odontólogo y trabajaba en la policlínica del Penal de Libertad: un compañero muy querido por todos, como la mayoría, pero él, además, tuvo la oportunidad de cumplir un papel que fue agradecido por todos. Al trabajar en la policlínica odontológica del penal tenía oportunidad de convocar a los reclusos que necesitaban tratamiento odontológico y, de esa forma, podía ayudar a que distintos compañeros de diferentes pisos pudieran tener un contacto, lógicamente, clandestino, dentro del Penal, para poder acordar declaraciones en los momentos en que eran trasladados fuera del penal. El mecanismo era que cuando se conocían las citas de los procesos judiciales que se estaban llevando adelante e iban a ser trasladados al juzgado, previamente el padre de Alejandro, pedía que los compañeros que tenían que ir concurrieran a la policlínica. En el tiempo de espera, mientras se atendía a uno y a otro podían conversar entre ellos, para arreglar sus declaraciones. Ese era Quique Jorysz, el padre de Alejandro.
Además, en el Penal tuve oportunidad de presenciar el comportamiento de un oficial y de un sargento en otra circunstancia, en una requisa de su celda. Cuando estos oficiales iban a hacer las requisas, en el caso de Jorysz  además de todas las expresiones como "pichi de mierda" y demás  la expresión que se escuchaba, y que recibía a menudo, era la de "judío mugriento". También esto lo presencié.
Hoy en nuestra imprenta Cidesol S.A. tenemos a Alejandro que es hijo de este compañero entrañable y recordado de esos tiempos. Es imposible olvidar las experiencias vividas en aquella situación y, evidentemente, que la asociación es inmediata y automática cuando escuchamos esas palabras y esas expresiones, en este caso, dirigidas a Alejandro en nuestra propia empresa. No podemos tolerarlo y buscaremos todas las formas posibles para que podamos llevar esto a la práctica. Sencillamente, consideramos que es una situación extrema de violación de los derechos más sagrados y universales de humanidad, que hemos sufrido y soportado en carne propia en situaciones extremas también. Quería acompañar, entonces, con este relato.
Para continuar, vamos a hacer referencia a algunos puntos que están expresados en la versión taquigráfica, sobre todo, a un párrafo  que tiene relación con la delegada sindical. La abogada del sindicato, hablando de ella dice: "La compañera tiene once años de trabajo en la empresa, sin una sanción, sin ningún tipo de amonestación, ni siquiera una observación, con un cumplimiento total de su trabajo. Es cierto que se la autorizaba a salir por motivos sindicales, pero luego compensaba el trabajo que podía quedar pendiente". Lógicamente, esto no es mérito propio de Loreley y de su impecable conducta, sino más bien de la tolerancia y la paciencia de la empresa hacia su carácter, su manera de ser, sus planteos.
Sin embargo, queremos hacer referencia a un antecedente un poco más lejano, de hace dos años, que nos afectó mucho a todos, pero, especialmente, tenemos a la persona más afectada por ella, que es Silvana Dogrham, aquí presente y que, a consecuencia del relato que ella podrá hacer, nosotros quedamos privados de su trabajo en la empresa, siendo que también tenía diez años de desempeño excelente desde todo punto de vista en su gestión, pero frente a este conflicto  pido que lo relate ahora   no pudo continuar.


SEÑORA DOGRHAM (Silvana).- Muchas gracias.
Trabajé diez años en Cidesol S.A. desempeñando tareas de venta, marketing y administración, en el último período.
Yo ingresé en junio del año 2003 y Loreley más o menos un año después.
Quiero mencionar que desde que se formó el sindicato, siempre me invitó a integrarlo. Yo no lo hice; solamente trabajaba. Durante un tiempo tuve una excelente relación con ella, pero cuando el sindicato empezó a tomar mucha forma y se empezaron a hacer reuniones afuera, comilonas y demás, me invitaban y yo no participaba. Ahí empezó a haber como ciertos roces. Luego, esos roces se volvieron cada vez más fuertes y cuando empecé a trabajar en la parte administrativa de la empresa, los roces comenzaron a ser realmente fuertes y decían que yo era alcahueta, pro-patronal, que trabajaba demasiado y que no tenía que trabajar tanto. Lo que pasa es que yo iba a trabajar, cumplía mi horario y me iba para mi casa, con mi familia que era lo que más me importaba y es lo que más me importa al día de hoy.
En los últimos tiempos en que ejercí la administración, quedé como encargada de la imprenta. En este cargo tenía que desempeñar muchas tareas, entre ellas, pagar los sueldos semanales. Enero, febrero y marzo son meses terribles en la imprenta, porque la mayoría de los trabajos que se hacen son los diarios barriales y estos en enero y febrero no salen. Entonces, la recaudación de dinero se hacía difícil.
Llegó el viernes 1º de febrero de 2013, tenía que pagar la semana como siempre y no tenía dinero para pagarles a todos lo que correspondía. Contaba con una parte y les ofrecí darles un adelanto y lo que se juntara en el fin de semana, se los completaba el lunes. Eso fue como a las tres de la tarde; inclusive, lo hablé con ella, porque era la primera en retirarse ya que terminaba el turno a las cuatro de la tarde. Ahí empezaron los insultos más grandes, más allá de que hace un tiempo ya ella venía con una mala actitud hacia mí. Ese día dijo a gritos que yo tenía algo con el señor Beloqui, lo que no es cierto. No pasó y no va a pasar en los sueños de nadie. Tal vez, nada más en sus sueños.
Esa situación de que todo el mundo escuchara no me gustó para nada. Luego, ese mismo día me trata de ladrona, me preguntó que había hecho con la plata y la discusión sube de tono. Yo venía con mucho estrés por el trabajo y por el estudio; fue el año que me recibí de rematadora. Tuve que apurarme porque tuve que irme de la empresa.  Yo perdí mucho más que ella ese día.
La tarde se fue sucediendo cada vez con más discusiones y era impresionante, ya no se aguantaba. A las seis de la tarde saca a todos los trabajadores  menos a dos  y detiene la imprenta. Se van todos a la esquina a tomar. Me dijeron que no tenían plata para la comida, pero aparecieron en la esquina veinte cervezas de la nada. Ese día había un trabajo importante para sacar que, si se hubiera hecho, el sábado mismo esa clienta ya me hubiera entregado un adelanto del trabajo. Pero, bueno, a las seis de la tarde desaparece todo el mundo de ahí, cuando el horario era hasta la hora 22, 21 y 30, en realidad, porque a esa hora los trabajadores ya se van a duchar.
En ese momento, empiezo a desesperarme y todo el mundo aparece borracho, inclusive, ella que estaba fuera de la empresa. De todos modos,  siempre tuvo problemas con el alcohol, con el carácter, con todo. A ella no le gustaba algo y tiraba las cosas. Por ejemplo, hay un compañero que está sindicalizado, que es Marcelo Rodríguez. Esta persona no es un excelente diseñador; es un diseñador estándar y se ha equivocado muchas veces en el trabajo. Si a ella le llegaban los acetatos mal, los agarraba y los daba contra el piso. Decía: "Esto es una porquería. Así no se puede trabajar".
Y, ¿por qué no era delegada sindical? Porque yo no aceptaba que una persona así me representara, con ese carácter, haciendo ese tipo de cosas.  Quizás hizo cosas muy buenas fuera de la empresa para otros trabajadores que desconozco, pero no sé lo que ha hecho. En su entorno laboral, no es una persona con la que yo quisiera seguir trabajando.
Después de ese día sucedieron otros hechos en donde se siguieron agravando los insultos. Al otro día, decidí renunciar, cosa que me están recriminando hasta hoy, porque yo vendía publicidad, trabajaba en ventas, en administración, etcétera, era bastante completa. No soy la mejor trabajadora que exista; creo que falté diez veces en diez años. Se notó un poquito mi falta, pero eso no viene al caso.
Al otro día fui a la imprenta porque tenía todo allí; me comuniqué con él y le dije que renunciaba, teniendo la esperanza de que por lo menos esta mujer me dijera que estaba mal por todo lo que me había hecho el día anterior, pero ella estaba como perico por su casa y dijo: "Si se quiere ir la enana alcahueta, que se vaya". No buscó una solución. A él le había planteado negociar para poder hablar los tres, pero ella no tenía ninguna intención; quería desaparecerme de la faz de la tierra porque era como una enemiga para ella, cosa que no es así. No tenía forma de hacerle mal; por el contrario, le pagaba el sueldo y nunca dije que Loreley Corbo llegaba tarde; podía haberlo hecho porque yo trabajaba en la administración. Siempre le dije a él que ese era el único lugar del mundo donde se trabaja y no se sanciona por llegar tarde y no s e descuenta por faltar. Después empezó a poner en práctica descontar por faltar. Reinaba un ámbito laboral donde nunca se discriminó. Inclusive, al primer cumpleaños del nieto de él fue Loreley Corbo; yo no estuve. Entonces, en todo caso, ¿quién quería alcahuetear más al patrón? Loreley; a mí no me interesaba. Después tuve amistad con la esposa del señor Beloqui, pero eso es aparte. No me interesaba tratar con su familia ni con la de Camilo Barzi; ni siquiera conozco a la señora, y estuve 10 años  trabajando allí.
Yo tenía excelente relación con todos pero hasta ahí, porque  solo iba a trabajar.
Después de este suceso, yo me agarré estrés poslaboral que hasta el día de hoy lo estoy padeciendo. Entonces, en este momento no podría trabajar de empleada. Como tengo un poco de conocimientos de derecho y estoy en el rubro de remate, el otro día un abogado me ofreció trabajo; le agradecí pero no acepté porque padezco estrés que se suma a otros.
Siempre consideré que un delegado laboral, sindical, del liceo, tiene que ser un ejemplo de persona, es decir, el mejor trabajador, el mejor estudiante. Creo que en esto coincidimos todos. La verdad que a mí no me aportó nada. Por lo general, a mí me gusta que las personas con las que trabajo me aporten algo y, ella, no me aportó nada, solo dolores de cabeza, perder el trabajo; y yo no estaba en condiciones de perder ese trabajo. No tomé una decisión a lo loco; fue la suma de un montón de cosas que me llevaron a eso.
No tomé ninguna represalia contra Cidesol S.A. porque la empresa no tenía la culpa; la culpa la tenía ella. Quizás debía haber tomado represalias contra ella y haber hecho una denuncia en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, pero no la hice. Tal vez haya procedido mal en ese momento y tendría que haberlo hecho, y así muchas cosas no hubieran sucedido.
A ella le gusta manipular todo y, a medida que se fue quedando sin apoyo, se quiso hacer más fuerte. Quizás este haya sido su comportamiento en los últimos tiempos, lo que no sé muy bien porque hace tiempo que no estoy en la empresa. Sucedieron hechos bastante desagradables.  Se trata de una persona que ha tenido problemas con el alcohol, con cosas que son serias.


SEÑOR EZQUERRA ALONSO (Wilson Aparicio).- Creo que estamos redundando sobre el tema y más o menos todos hemos expresado lo mismo. Me parece que deberíamos ser más puntuales porque tenemos que recibir a tres delegaciones más. De pronto hay algún compañero que quiere plantear una duda y nosotros podríamos especificar sobre el tema para que se hablara y se respondiera específicamente sobre la duda.


SEÑOR NÚÑEZ (Gerardo).- Hemos escuchado con atención lo recientemente expresado y queremos compartir nuestra opinión bastante distinta a la manifestada.
Creemos que es fundamental dejar constancia de que estamos ante un hecho de extrema gravedad, en el entendido de que no se ha dado cumplimiento a un fallo de la Justicia que dice de manera clara y contundente lo siguiente:
"1) Revócase la sentencia de primera instancia; 2) En su lugar condónese a Cidesol S.A. a reinstalar a Loreley Corbo a su puesto de trabajo en el plazo de veinticuatro horas". Después se agrega que debe hacerse el pago de los salarios caídos desde su desvinculación hasta el efectivo reintegro. O sea, más allá del elemento que se ha expresado vinculado a la casación, que es un recurso que se podrá discutir si está bien o mal, acá hay un fallo que plantea un elemento que es  según nuestro entender  inapelable. La empresa debería retomar a la trabajadora, reintegrarla a sus funciones y, luego, si el recurso de casación tuviera lugar y se probara la versión de la empresa, se seguiría por el camino correspondiente.
También queremos dejar constancia de algunos elementos que se han planteado en esta comisión que fueron muy bien expresados por los trabajadores y por el Sindicato de Artes Gráficas que están contenidos en el fallo, donde se señala lo siguiente: "4.2.- La causa de exoneración de responsabilidad que invocó el empleador, consistió en la notoria mala conducta de la trabajadora conformada, según dijo, por dos conjuntos de hechos: por un lado una conducta continua y prolongada en el tiempo de acoso a los trabajadores no sindicalizados y por otro el hecho extremo y de absoluta gravedad actuado por la accionante el 16.3.2015 que consistió en haberse referido a Alejandro Jorysz", y todos los elementos que acá se vertieron.
Dice más adelante: "Este planteo defensivo subsidiario resulta totalmente artificioso y por ende inadmisible. Ello por cuanto, no se trata de adaptar el fundamento fáctico y jurídico del acto patronal de despedir, efectivamente ejercitado, a lo pretendido, sino de reproducir lo ocurrido. Y en tal sentido, si la empleadora dice que despidió por notoria mala conducta debe suponerse que evaluó, precisamente, la conducta y la ocurrencia de las restantes variables que legitiman el ejercicio de la potestad disciplinaria concretada en una medida tan grave como el despido sin indemnización".
Expresa más adelante: "Los actos continuados de acoso laboral hacia los trabajadores no sindicalizados incrementada en los últimos tiempos, no recibió ilustración probatoria alguna. Apreciación que se robustece si se aprecia que la demandada por un lado los calificó como graves y por otro no demostró haberlos sancionado concomitante y oportunamente. Lo que significa que debe deducirse que, o bien no ocurrieron, o no fueron trascendentes o lo fueron pero la empleadora los toleró. No alegó  y mucho menos probó la empleadora que hubiera sancionado a la trabajadora por hechos como los relatados".
Continúa diciendo: "Por su parte, el incidente con Alejandro Jorysz tampoco resultó probado en la medida que las versiones testimoniales fueron sustancialmente contradictorias: las de los testigos ofrecidos por el actor y las de los ofrecidos por la demandada". Y dice más adelante: "(...) no se probaron los hechos(...) que relató la demandada, y tampoco que se hubiera sancionado a la actora en forma proporcional y progresiva (…).
Por lo que se concluye que con alto grado de probabilidad, el despido de la actora obedeció al ejercicio de su libertad sindical, y su marginación del lugar de trabajo redundaría, como dijo en la demanda, prácticamente a marginar también la actividad sindical en la empresa. De allí, que el despido Loreley Corbo deba considerarse como no ocurrido por la nulidad absoluta que lo afecta".
Por lo tanto, señor presidente, más allá de los elementos que acá se han vertido, hay un fallo de la Justicia de manera clara y contundente que se debe aplicar. Y sobre las intenciones políticas que se establecía sobre algunos legisladores, obviamente que tenemos la intención política de que se reintegre a la trabajadora, de que no haya represión hacia la organización sindical, de que se cumpla a cabalidad las leyes laborales y los derechos de los trabajadores.
Por todos estos motivos, estamos haciendo uso de la palabra, plateando nuestras diferencias respecto a lo manifestado por parte de la empresa. Además, creemos que es un acto inadmisible que luego de haber fallado la Justicia, no se haya reintegrado a la trabajadora. Si bien en esta comisión no tenemos ninguna potestad para exigir nada, tenemos el enorme compromiso con los trabajadores y trabajadoras de este país para hacer cumplir hasta la última ley, el último punto y coma de las leyes. Por lo tanto, vamos a hacer todos los esfuerzos necesarios con los cuidados que merece, en función de las competencias que tenemos desde el punto de vista legislativo, para que los Poderes actúen en consecuencia, fundamentalmente el Poder Ejecutivo, a los efectos de intimar en este caso a una empresa que incumple con el fallo de la Justicia. Debe haber algún mecanismo para saber cuando  las empresas incumplen con un fallo de la Justici a, donde queda de manera claramente establecida que la persona fue despedida por su calidad de militante sindical.
¡Y vaya casualidad que esta compañera dirigente sindical era vicepresidenta del Sindicato de Artes Gráficas! Estamos hablando de una situación que nos parece compleja y debemos actuar en función de las potestades que tenemos, obviamente respetando la división de Poderes, como siempre lo hemos hecho.
Queríamos dejar constancia al respecto. Lamentamos que molesten algunas opiniones vertidas, pero son las que siempre hemos puesto arriba de la mesa; siempre se han dicho en defensa de los trabajadores, de aquellos que pertenecen a los sectores más desprotegidos.
El Uruguay avanzó en los últimos años y conquistó un conjunto de leyes laborales, no sin lucha ni dificultades. Vamos a hacer todos los esfuerzos necesarios para que esas leyes sean cumplidas a cabalidad.
SEÑORA PÉREZ ROSAS (Valeria).- Queremos hacer dos aclaraciones. La primera de ellas es reiterar que no se ha desacatado ningún fallo judicial y la sentencia no es que sea apelable pero sí susceptible del recurso de casación, que es el que se interpuso. Dentro del proceso judicial la trabajadora tiene las herramientas para pedir las astreintes o lo que considere necesario, cosa que hasta el momento no nos ha notificado.
En segundo lugar, se está prejuzgando y se están realizando consideraciones sin que aún haya una resolución de la Suprema Corte de Justicia en el sentido de que en este caso hay represión sindical, desatendiendo todo lo que acá se ha manifestado sin siquiera esperar el pronunciamiento de nuestro máximo órgano.
Con respecto al punto 4.2 de la sentencia del Tribunal de Apelaciones, quiero decir que eso es precisamente a lo que me referí en mi exposición.
La casación es un recurso. Se debe justificar que hay una infracción de la sentencia en la norma de derecho. A nuestro entender, la infracción de la sentencia de segunda instancia es que acotó nuestra defensa. Dijo: la empresa alegó notoria mala conducta, y no la probó. En realidad, el objeto del proceso de tutela no era probar una mala conducta. La empresa lo único que tiene que probar es que existió justa causa; así lo pusimos en nuestro escrito como subsidiario. El primer tribunal entendió que no se podía poner una cosa como subsidiaria de la otra. En nuestra casación  voy a dejar una copia del recurso, citamos la sentencia de otro Tribunal de Apelaciones de Trabajo  hay cuatro  sobre un caso similar, en el que se alegó una cosa en subsidio de la otra. Si bien el caso es diferente, lo menciono por la subsidiaridad.
La sentencia 511-000268, de 3 de setiembre de 2013  es decir que es muy reciente  establece textualmente: "[...] la demandada en su contestación entiende en primer lugar que al habérsele encontrado en horario de trabajo con un porcentaje elevado de alcohol en sangre según la espirometría, el accionar del actor encuentra en notoria mala conducta, habiendo omitido el actor hacer referencia al convenio colectivo en el que ello se pacta y en segundo lugar y en forma subsidiaria, que aun cuando no se entienda que el trabajador hubiere incurrido en notoria mala conducta, de todos modos medió una causa razonable para desvincularlo, constituyendo una falta de entidad suficiente para justificar la decisión adoptada". En esta sentencia, el Tribunal de Apelaciones de Trabajo de 4º Turno admitió que se puede alegar en forma subsidiaria notoria mala conducta y justa causa.
En el expediente judicial señalamos que entendemos que la conducta era grave y notoriamente mala, pero como el objeto del proceso no es probar una notoria mala conducta sino que, tal como establece la Ley N° 17.940, que existió una causa razonable desprovista del móvil antisindical, apuntamos a probar la existencia de una causa razonable.
Eso fue lo que entendió el juez de primera instancia luego de escuchar durante diez horas todos los testimonios. Nosotros partimos de una primera instancia favorable a la empresa
Debemos tener en cuenta que existen testigos presenciales del hecho. Tal vez, no se puede calificar la conducta como notoriamente mala, pero había causa más que suficiente para justificar el despido.
Por otra parte, reitero que en nuestro ordenamiento jurídico no existe forma de que intervenga el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, el Poder Ejecutivo; en mi opinión, si lo hiciera habría una violación del principio de separación de Poderes. En esto, tenemos que estar a las resultas del proceso judicial: recurso de casación y sentencia de la Suprema Corte de Justicia. Además, si la trabajadora lo cree conveniente, puede considerar astreinte.


SEÑOR NÚÑEZ (Gerardo).- ¿Ustedes entienden que este fallo está suspendido por el recurso de casación?

SEÑORA PÉREZ ROSAS (Valeria).- Los fallos de segunda instancia no están suspendidos. En realidad, sucede lo mismo en todos los procesos, no solo en este.
Nosotros estamos legitimados a interponer recurso de casación.
Con respecto a lo decía el señor diputado en cuanto a que si luego la sentencia es casada y hay que desandar el camino, pienso que en el caso de que se hubiera reintegrado a la trabajadora, sería muchísimo más complicado.
Además, la trabajadora tiene mecanismos legales dentro del proceso judicial para solicitar las medidas que considere oportunas.
Nosotros hicimos lo que de nuestra parte consideramos conveniente, que es interponer el recurso de casación. No se trata de apelar por apelar ni de interponer un recurso para dilatar la situación. Actuamos de esta forma porque realmente consideramos que hay errores graves en la sentencia de segunda instancia.


SEÑOR COITIÑO (Carlos).- Hemos escuchado atentamente todo lo que la delegación de la empresa ha expresado. Vamos a proponer a la comisión que, teniendo en cuenta los elementos planteados por la delegación de trabajadores y lo que ustedes acaban de expresar, evalúe el tipo de acción que podemos desarrollar.
Por otra parte, esta comisión no tiene ninguna posibilidad de intervenir en el proceso que se está llevando adelante en el Poder Judicial.
Mi actividad parlamentaria hace seis años que me vincula con el trabajo de esta comisión. Aquí hemos recibido a muchas delegaciones de trabajadores que en sus valoraciones  siempre respetuosas  calificaban como represión sindical los despidos y otra serie de elementos propios de las relaciones laborales. También hemos estado frente a delegaciones con historias patronales de represión permanente.
Nuestra expectativa  de repente, subjetiva  es que ustedes, como empresa, tengan un comportamiento distinto. Nos parece que se llegó a la instancia judicial por el agotamiento de algo que es clave y que todos tenemos muy claro: la negociación sindical de derechos de los trabajadores. Acá, más de una vez las empresas, desde una posición dura, asumieron la responsabilidad de agotar todas las instancias de diálogo antes de adoptar una medida de sanción del tipo de fuere. Eso es lo menos que hoy podemos pedir a Cidesol, más allá del trámite judicial. Acá hay un problema de diálogo. Por lo que nosotros sabemos, el movimiento sindical jamás, frente a ningún tipo de patronal, ha dejado de expresar su voluntad de dialogar y llegar a un acuerdo. Digo esto más allá de las situaciones individuales que una empresa puede valorar para llegar a una medida tan grave como el despido.
Si bien al día de hoy no tenemos definición sobre este asunto  sin duda, vamos a discutir al respecto, reclamamos la voluntad de la empresa de dialogar. Acá no hay nada que sea tan inapelable como la muerte; después de la muerte, ya no se puede hacer nada. A nosotros nos duele que la empresa no siga transitando el camino del diálogo, más allá de lo que dijeron los involucrados. Quienes tenemos experiencia laboral sabemos de muchísimas situaciones de relacionamiento individual en las que la empresa no es el juez; nunca podría serlo. El juez surge de los acuerdos de las visiones que plantean trabajadores y empresarios
Reitero que debemos analizar este asunto. Es claro que aquí hay dos versiones. Por eso, tenemos la obligación de leer atentamente todas las manifestaciones antes de tomar una posición.
Por otra parte, el Poder Judicial definirá todo lo que es de su competencia, y cada una de las partes se defenderá como lo entienda conveniente.
Desde acá reclamamos más diálogo y la búsqueda de soluciones acordadas.


SEÑOR EZQUERRA ALONSO (Wilson Aparicio).- El compañero se me adelantó respecto a la visión que quería expresar.
Teniendo en cuenta las posiciones extremas planteadas, será muy complejo para la comisión lograr un diálogo o una articulación.
Debemos tener en cuenta que hay malos y muy buenos patrones y hay malos y buenos empleados. Sin duda, con los sindicalistas pasa lo mismo. Entonces, no se puede tomar una posición solo teniendo en cuenta la actividad de una persona; en esto no estoy de acuerdo.
Reitero: no podemos mediar entre la empresa y la persona porque las posiciones que tienen son extremas. Eso lo deberá resolver la justicia.
También notamos que se está dando una batalla ideológica; esto ya lo hemos visto con muchos gremios, y manifestamos nuestra preocupación al respecto. Me parece que este caso transita por ese camino; así se dijo en las recientes declaraciones. Creo que la comisión no puede tomar parte en esta batalla. Hemos visto a otros gremios plantearla  los de la policía, de Cutcsa y otros , y no salimos en su defensa de la forma en que se está haciendo ahora. El tema es que a lo mejor la persona está del otro lado de los gremios que más nos gustan.
Entonces, creo que hay una batalla en el ámbito de los trabajadores. Nosotros tenemos que respetar el derecho de cada trabajador a agremiarse como quiera. Reitero: no siempre defendemos a todos de la misma manera.
Simplemente, quiero decir que se está transgrediendo y que este tema es más amplio que el despido o la agresividad. Acá están en juego otras cosas. Por eso, ponemos cierto ímpetu en nuestras acciones.
Además, cuando las resoluciones son tan extremas, muchas veces no podemos participar. Considero que en esto vamos a tener que dejar de cantar. Ojalá haya diálogo y se llegue a un acuerdo. Reitero que las posiciones son muy extremas: uno dice una cosa y, otro, todo lo contrario. Me parece que se llegó a este punto porque se está librando una batalla en el ámbito de los trabajadores  a veces por determinados poderes , y eso no es resorte de la comisión.


SEÑOR PÉREZ (Carlos Hugo).- Hace poco, gracias a las palabras de un compañero en una reunión, comprendimos algo que nunca habíamos podido entender.
En una época, a la gente negra se le exhibía desnuda en una plaza, y los blancos  la clase dominante, vestidos, pasaban a su lado sin inmutarse. No podíamos comprender por qué esto era así, pero hace poco nos explicaron que sucedía porque a los negros no los consideraban personas. A nosotros no nos extraña ver a un perro o a un gato desnudo. Precisamente, eso era lo que le pasaba a las clases dominantes: cuando veían a una persona negra desnuda era como ver un animal.
Estamos en presencia de manifestaciones preocupantes, como que si un judío toma mate, hay que desinfectarlo. Creo que algunos diputados que me antecedieron en el uso de la palabra no pusieron el acento en la gravedad de los hechos ocurridos. Si estos hechos se naturalizan, se llega a otros, como los que se mencionaron acá. No se puede naturalizar estos hechos, que son de una gravedad extrema.
Sin extrapolar los hechos, en este proceso, cuando supuestamente se divide la izquierda y aparece una socialdemocracia, tibia, que empieza a defender las ideas de la conciliación de clases, recuerdo a la Alemania en que los socialdemócratas terminan matando a Rosa Luxemburgo y Carlos Liebnech, consecuencia de este tipo de confrontaciones.
Después la historia lauda y se sabe quién defendía a los trabajadores, quién empieza a votar los créditos de guerra y el envío de tropas a Haití.
Un diputado dijo acá que se están defendiendo otras cosas; está bien, es bueno el diálogo, pero hace años que se vienen tolerando cosas.
Cuando algunos teóricos nos explican que cuando hay superganancias de los monopolios, hay plata para mantener a una casta de burócratas sindicales que hace muchos años que viven sin trabajar, habría que preguntarse a quién estamos defendiendo en realidad con la legislación. Precisamente, a los delegados, porque en este caso fue votada vicepresidenta después de ser despedida y no antes; es decir, en la última elección esta delegada ya estaba despedida y la votaron para vicepresidenta.
Entonces, lo que en realidad se está defendiendo con este modelo de la conciliación de clases y no de la lucha de clases es a una casta de burócratas sindicales que, lejos de defender los legítimos intereses de los trabajadores, defienden los "legítimos intereses"  entre comillas  del gran capital, porque en este país hay 800.000 trabajadores que ganan menos de $ 15.000.
Muchos dicen defender a los más humildes y a los trabajadores, pero un diputado ha dicho que no se defienden de la misma manera casos distintos, y es verdad. Por ejemplo, una empresa que estaba construyendo la regasificadora llegó a un acuerdo con el sindicato por el que les pagó despido solo a los trabajadores sindicalizados en el Sunca, y quienes no lo estaban tuvieron que hacer huelga de hambre en la puerta de la empresa. Esto sirve para ilustrar y contestar alguna intervención anterior, para recordar qué estamos defendiendo en realidad.
En síntesis, creo que estamos ante un caso de antisemitismo muy grave, y lo que sí se está jugando acá no es un caso puntual, sino todo un modelo de conciliación de clases y de burocracia sindical. Es claro que en este caso se trata de un conflicto entre izquierdas, que la historia ya laudó.


SEÑOR PRESIDENTE (Amado).- Permítanme exhortar de la manera más amable a no ingresar en una discusión política o, por lo menos, hagámoslo después de despedir a los invitados.
Si bien este es un ámbito político, es poco razonable discutir frente a las delegaciones, como ha estilado proceder históricamente la Comisión.


SEÑOR BELOQUI.- Se maneja el concepto de persecución y de represión sindical. En la audiencia se presentaron diez testimonios: cinco por parte de la empresa y cinco por el sindicato. De los diez testimonios, ocho declararon que no constataron ninguna forma de persecución sindical. Es decir, tanto los cinco testigos presentados por nosotros, como algunos de la otra parte, coincidieron; solo dos testigos admitían que había formas  que no pudieron explicar demasiado bien  que se enmarcaban en estos conceptos.
La abogada del sindicato se admira de que la delegada sindical nunca recibió ninguna reprimenda, llamado de atención, ni  advertencia. En ese sentido, es importante señalar que Cidesol S.A. nunca concurrió a la Dinatra. Tuve la ocasión de conocer los ámbitos de negociación del Ministerio hace un par de meses, a raíz de este hecho.
Nunca fue cuestionada la actuación de la empresa, ya fuera por los laudos, las categorías o los pagos en fecha; siempre han sido motivo de comentario y de anécdotas los pagos de los viernes. Es decir, en los once años de existencia del sindicato nunca fue necesario llegar a ninguna instancia tripartita. Y las famosas bipartitas, tan famosas en el ámbito laboral, se habrán formado cinco veces, porque absolutamente todo lo coordinábamos y conciliábamos, casi mano a mano, entre la delegada sindical, Loreley Corbo, y el titular de la empresa, quien habla, siempre fraternalmente, porque deliberadamente la preocupación de la empresa ha sido respetar a los trabajadores. Porque lo que no se entiende es que no somos una empresa de patrones burgueses que nos embolsamos el dinero que los trabajadores generan con su trabajo. La empresa, como todos saben, pertenece a una organización política y, lógicamente, intenta lograr beneficios para financiarla; lamentablemente, no es tan fácil como quisiéramos. Podría exhibir algunas cuentas donde se demuestra que preferimos deberle a muchos proveedores  entre otros, a la UTE  antes que dejar sin cobrar a un trabajador una semana de sueldo. Esta ha sido la conducta en estos once años.
Por eso, no existe ningún registro en la Dinatra de conflictos; es más, ni me conocen los delegados del SAG, y yo tampoco, porque nunca fue necesario, porque nuestra conducta de empresa no es de patrones, sino de trabajadores; como decían algunos testimonios, "trabajamos a la par de ellos; a veces más"; más horas, sin duda.
Entonces, no hay persecución sindical.
En la Dinatra asistimos a un montaje  por otra parte, poco habilidoso , creando una historia de persecución; no hay antecedentes de ninguna especie con la fijación de categorías  siempre se logró acordar fácil y fraternalmente , ni con la fijación de los sueldos, ya que siempre se pagó por el laudo. Tampoco hubo lucha por los laudos, como se ha afirmado acá, ni campaña para conquistar estos logros. Como empresa de trabajadores hemos pagado el laudo como un derecho incuestionable, y si no pudimos ofrecer algo mejor fue porque, lamentablemente, los beneficios del trabajo todavía no son suficientes. Todos los trabajadores, en particular los sindicalizados  inclusive, los no sindicalizados que no integran nuestro grupo político  han tenido preferencia, porque cuando la situación financiera se complicó optamos por pagar en fecha la totalidad de los sueldos.
Como ya se ha dicho, tenemos una cuenta para clientes, y una es del SAG. En esas cuentas registramos los movimientos de retención de los aportes sindicales de los trabajadores y los costos de los trabajos gráficos, de afiches, volantes y alguna publicación. Esta cuenta que muestro detalla toda la historia de los trabajos hasta el último,  que data del 5 de marzo de 2015 y corresponde a 5.000 volantes. También hay trabajos del 10 de enero, del 15 de diciembre y demás. Si el sindicato de gráficos estuviera en esta guerra tan descarnada con la empresa, ¿le llevaría trabajos para imprimir durante todo este tiempo?
En otro pasaje de las declaraciones de Loreley dice que la relación pasó por diferentes etapas, que en un principio recibieron muchas agresiones, que los trataron hasta de ladrones por querer cobrar el laudo, y agrega que ellos eran asalariados y que no tenían nada que ver con el 26 de Marzo. Loreley dice que recibieron muchas agresiones y, a propósito, quiero mostrar una foto de una reunión de mi familia, en la que festejamos el cumpleaños de mi nieto y de la que Loreley participa, con otros compañeros de la imprenta.
Asimismo, quiero mostrar una lista de Asamblea Popular de las elecciones internas de 28 de junio de 2009, donde hemos resaltado tres nombres que corresponden a tres integrantes del sindicato, dos de ellos lamentablemente fallecidos.
La relación con el sindicato y con sus trabajadores fue fraternal durante once años. Por lo tanto, todo esto de la agresión y la represión sindical no tiene ninguna historia ni ningún antecedente; despierta como respuesta a la medida que nosotros tomamos por una razón que está alejada de motivos sindicales.
Quiero hablar del concepto de la defensa del delegado sindical que establece la Ley Nº 17.940. Al amparo de esa ley, se promueve el juicio que nos hace el sindicato. El juicio no lo buscamos nosotros, sino que lo promueve el sindicato. Nosotros estamos contestando; estamos tratando de explicar cuáles fueron nuestras motivaciones y nuestros comportamientos. Nos preguntamos si un derecho establecido en esa ley  totalmente justificado y defendible  se impone o se sobrepone a un derecho universal y humanitario como la defensa de los derechos de raza y de condena del racismo y el antisemitismo. Tomamos esa medida porque nos parece que eso es absolutamente innegociable. No es una mejora del pago de una hora extra, una mejora de categoría, ni la mejora de ciertas condiciones laborales. Se trata de la defensa de los derechos más sagrados de la humanidad, consagrados universalmente y por los cuales sabemos lo que fue el holocausto; por eso lo incluimos en esa declaración. Eso es lo que queremos hacer en este caso. Entonces, nos parece que es un abuso que se hace de la ley y de las prerrogativas de la norma pretender aplicarlo en este caso, sin ningún tipo de consideración.
El SAG expresa: "El motivo que aducen para el despido es absolutamente ridículo". Luego, dice: "La Empresa, utilizando un argumento muy sensible a la opinión pública, manifiesta que la compañera se refirió al provocador como judío mugriento, lo cual es desmentido categóricamente, pero si hubiere sido así, se debería realizar la denuncia en el ámbito penal o de DDHH (obviamente con pruebas y testigos que no tiene) porque no existió dicho relato". De esto se hace cargo el sindicato, dicho por su presidente, Coronel. Es a todas luces falso y es parte del inicio del planteo del sindicato; se quiso inventar la persecución sindical para defender los derechos que establece esta ley, que entiendo que no es usada correctamente.


SEÑORA PÉREZ ROSAS (Valeria).- Tengo unos documentos más para presentar relativos a la contestación de la demanda y la casación.


SEÑOR JORYSZ (Alejandro).- Nosotros fuimos convocados a la Comisión como parte de una patronal. Así se nos remitió el pedido. Algún representante pidió que se nos diera una copia de la versión taquigráfica donde se increpa por qué en esta empresa no se está acatando un fallo judicial. Esas son las explicaciones que hemos dado en cuanto a la cuestión judicial, de por qué no se acataron los supuestos fallos o desacatos judiciales.
Respecto al diálogo, está dicho en los propios fallos judiciales: se trata de una delegada sindical que corta el diálogo.
Nosotros somos una empresa conformada por trabajadores y llevada adelante por militantes políticos. Nosotros no dimos carácter político a esta situación. Quienes dieron tinte político a esta situación fueron los representantes que hablaron aquí, discutiendo las distintas visiones, o el propio sindicato cuando hace una propaganda diciendo que no es la empresa Cidesol, sino el diario "La Juventud", órgano de prensa del Movimiento 26 de Marzo. Desde ahí fue que se instaló un tema político.
Nosotros queremos reafirmar que la cuestión acá es una mentira, un montaje sobre una supuesta  o no  persecución sindical, y un acto que no tolera, ni negocia, ni discute nuestra empresa, y explicamos los porqué, por un hecho de discriminación racial. Cada uno podrá entenderlo como quiera y podrá hacer las valoraciones que quiera sobre nuestro desacato judicial. Los motivos por los que sucedió esto ya se detallaron. Nosotros vinimos invitados aquí y explicamos que los motivos no son políticos. En la empresa trabaja gente de todos los colores políticos y convivimos notablemente. Hasta el día de hoy siguen trabajando tres personas del sindicato en la imprenta y todos trabajamos en armonía plena, más allá del color partidario.
Como esta Comisión aborda la temática laboral, quiero informar que ayer llamé nuevamente al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para averiguar por la denuncia de acoso laboral que presenté contra la señora Loreley Corbo, en caso de que sea reintegrada. Yo fui víctima de esas agresiones, repetidas veces, a tal punto que, inclusive, no sé si voy a seguir trabajando donde lo hago. No sé si esta es una Comisión que recibe solo a los trabajadores, a los sindicatos o a ciertos sindicatos, como recién se discutió. Yo vi una exhortación a cumplir.
Les quiero decir que la respuesta que obtuve ayer del área jurídica de la Inspección General del Trabajo y la Seguridad Social por un expediente presentado hace tres meses de algo que está en juicio  que lleva a que tenga que venir al Parlamento a dar explicaciones- es que todavía está por asignarse un abogado, que hay una sola persona en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social para atender esos casos. Tuve que esperar quince minutos en línea para que me atendieran y la respuesta fue esa. Todos sabemos que la Inspección General del Trabajo está para aplicar las leyes que amparan a los trabajadores. Se trata de un caso de acoso laboral y de discriminación racial  ya les di el número de la denuncia  y la respuesta fue que están estudiando denuncias de 2012 y que, por lo tanto, esperara tranquilo. Digo esto porque hay cierto apresuramiento porque se cumplan los fallos. Si se va a exhortar a que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social vaya a ver las condiciones de trabajo en la imprenta  que han venido varias veces a ver cómo trabajamos  en lo que refiere a un caso judicial que todavía está en proceso, me interesaría que se tome nota de que el trámite que inicié es para todos los trabajadores, estén sindicalizados o no. Yo vengo convocado por la imprenta porque formo parte del grupo político, pero soy un trabajador y figuro como tal.
No sé cómo somos recibidos, pero espero que tomen nota de lo que he dicho: son denuncias del año 2012 las que está tratando el Ministerio actualmente en lo que hace a acoso laboral.


SEÑOR BELOQUI (Miguel).- En cuanto a la propuesta del señor diputado Carlos Coitiño de que la Comisión pudiera tener cierta continuidad, ¿qué expectativa puede tener para nosotros?


SEÑOR PRESIDENTE.- Quiero hacer algunas aclaraciones que me parecen pertinentes.
La primera es que esta Comisión recibe a todos los sindicatos. Hace poco tiempo, en virtud de todo lo que tiene que ver con la reestructuración de AFE, recibimos a los dos sindicatos; en eso, la Comisión no hace discriminación alguna. Es pertinente aclarar y dejar constancia de eso: así trabaja la Comisión y los compañeros aquí presentes.
Por otra parte, recibo, como presidente de la Comisión, lo que dice sobre la denuncia de abuso laboral el señor Jorysz y, personalmente, me voy a encargar de comunicarme con las autoridades para saber en qué se encuentra esa situación. Esta Comisión recibe todas las denuncias y situaciones de cualquier trabajador que esté enfrentando algún problema o que se sienta indefenso; lo recibimos con gusto porque es nuestra función.
Lo que decía el señor diputado Carlos Coitiño es que vamos a seguir estudiando este tema, vinculado más bien con lo que se generó al final de la intervención de los colegas diputados y sus visiones políticas en torno a esta temática. No voy a hacer ninguna consideración política. Trato de ejercer como presidente para solo administrar las intervenciones y el debate. Intento ser imparcial. Lo único que voy a decir a título personal  que no tiene que ver con lo político, sino con la defensa de los derechos humanos, algo que es muy importante para mí- es que de existir  ese tipo de discriminación, yo diría de antisemitismo notorio, siento  a modo de reflexión nada más  que no se puede dejar pasar tanto tiempo; esas cosas se cortan de raíz. Ni bien hay una expresión de ese tipo, no puede ni debe ser tolerada, ni por quien se s iente ofendido por ser el atacado, ni tampoco por quienes están en el ámbito de trabajo. La permisividad por el hecho de que haya una situación de irla llevando  si se me permite la expresión-desde mi punto de vista conspira contra erradicar de plano esta clase de situaciones.  Entonces, simplemente como reflexión, quiero decir que en estas cosas se está en contra o a favor. Se está en contra de la discriminación racial, del antisemitismo, o no. Y si se está en contra, no hay posible transacción con quienes hagan este tipo de manifestaciones.


SEÑOR COITIÑO (Carlos).- Corresponde clarificar bien el planteo: no estamos en condiciones, al día de hoy, con dos versiones antagónicas sobre determinados hechos, de pronunciarnos como comisión. Por haber recibido a dos delegaciones con puntos de vista opuestos en materia de hechos, tenemos que analizar qué procedimientos vamos a continuar desarrollando, pero eso es parte del trabajo interno de la comisión. No nos referimos a la intervención del diputado  tiene derecho a decir lo que crea  porque fue después que hice este planteo y, en todo caso, es otro tipo de discusión que estamos en condiciones de desarrollar en donde sea  cada uno tiene la libertad de decir lo que quiera, en un debate libre donde se sostengan las posiciones, pero no en este ámbito. Ese tema es de carácter político y tiene una evaluación que no tiene que ver con el expediente que estamos analizando como comisión. Personalmente, me ofrezco a hacer ese debate donde sea.


SEÑOR NUÑEZ (Gerardo).- Quiero dejar una constancia.
Evidentemente, hay dos posturas, pero también es claro que hay un fallo judicial en segunda instancia.


SEÑOR PRESIDENTE.- La Comisión de Legislación del Trabajo agradece la presencia de la delegación de Cidesol.
(Se retira de Sala la delegación de Cidesol)


SEÑOR NUÑEZ (Gerardo).- Quiero hacer algunas aclaraciones.
La primera es que, sin duda, si hubiera algún incurrimiento por parte de un trabajador o de cualquier persona de este país, que violente a otra persona, a otro ser humano, por sus condiciones físicas, por sus condiciones étnicas, por sus condiciones religiosas, ideológicas y políticas, merece el mayor de los rechazos de cualquiera de los que estamos acá.
El segundo elemento  porque me parece que acá se maneja información equivocada; no es para entrar en debate pero sí para dejar constancia  es que se aludió al conflicto de la regasificadora y, concretamente, se planteó que todos aquellos trabajadores que no estaban sindicalizados no cobraron y eso no es así. Lo que pasó fue que el sindicato negoció con todos los compañeros y compañeras que se plegaron a la negociación sindical pero hubo otros compañeros que decidieron, por sí y ante sí, negociar individualmente con la empresa. De todas maneras, hoy el sindicato está estudiando alternativas para que todos los compañeros que decidieron en aquel momento negociar por separado puedan estar contemplados. Esto no es algo que responda al Sunca sino que fue decisión personal de algunos trabajadores.
Lo último es que no vamos a abrir un debate acá en términos políticos e ideológicos por una cuestión de tiempo pero además porque no se va a resolver acá con votaciones ni con grandes debates, sino que se va a resolver en la lucha cotidiana, en la calle, en las fábricas, en los talleres, en las obras, en los call centers, en cada lugar donde hay trabajadores y trabajadoras. Ellos son quienes saben a quién tienen que elegir, o no, para ser representados a nivel sindical. Son elementos que escapan a la discusión de esta comisión y que va a laudar la historia y la lucha cotidiana.


SEÑOR COITIÑO (Carlos).- En primer lugar, quiero dejar una constancia: la citación de esta Comisión fue a la empresa. Fuimos muy generosos al permitir que trabajadores  no en representación de la empresa porque si no, sería algo distinto  pudieran expresar su punto de vista.
En segundo término, quiero no salirme de la tarea de la comisión. Por lo tanto, propongo que la versión taquigráfica de esta reunión sea remitida al sindicato y, si el mismo lo entiende conveniente, que abramos la posibilidad de volver a conversar, siempre con el espíritu de buscar una solución.


SEÑOR PRESIDENTE.- Creo que el espíritu de la comisión es el que plantea el señor diputado Coitiño y que los debates político-ideológicos, que evidentemente existen, son sanos y muy positivos, pero no deben darse en este ámbito  para eso hay otros lugares; los hay también aquí en el Parlamento; hacerlo sería desviar el cometido esencial, por lo menos, el que nos hemos dado en conjunto, con acuerdo de todos, que es generar soluciones y acercar partes. En los casos en lo que eso no es posible es mucho más complicado que la comisión pueda tener una posibilidad de incidencia. Hay una cantidad de ejemplos en los hechos en los que la comisión no solo ha acercado partes sino que ha sido parte fundamental en la solución de conflictos. Si bien pueden existir situaciones como la del caso particular, que genera determinadas situaciones diferentes a las tradicionale s, creo que no debemos desviarnos de nuestro objetivo.
Quizás, fui muy generoso con la delegación que estuvo. En general tenemos la costumbre de ser bastante laxos en el tiempo, más al saber  aprovecho para informárselos  que la segunda delegación prevista, la de la FNC, no concurrirá. En el día de ayer el señor secretario se comunicó en más de una oportunidad con la empresa  después de comunicarles el interés que teníamos en que vinieran más allá de la solución del conflicto  y plantearon la inquietud de que, por existir cláusulas de confidencialidad en el acuerdo al que llegaron las cuatro partes involucradas, preferían estudiar detenidamente lo que podían trasmitir libremente en el ámbito de la comisión. Por eso están preparando una comunicación oficial destinada a esta comisión. También manifestaron que confiaban en la comprensión   capaz que en un tiempo no tienen problema en venir, luego de que nos manden ese documento por escrito  y que en este momento temían la posibilidad de abrir alguna herida a raíz de las expresiones de algunas delegaciones que vinieron con anterioridad, por lo que era necesario evitarlo. Por eso se comunicaron, nos agradecieron la invitación y nos dijeron estas cosas.


SEÑOR EZQUERRA ALONSO (W. Aparicio).- Creo que siempre se va haciendo camino mientras se va andando y que vamos a ir mejorando, como en todo.
Sin duda que hoy la comisión agregó más de un tema y en el día de ayer ocurrió lo mismo: vinimos a escuchar a los trabajadores de la librería y terminamos escuchando un planteo del sindicato preocupado por un juicio puntual y también a los compañeros del Correo.
Me parece que lo más grave no es el tiempo que podamos perder sino la falta de respeto por tener a delegaciones esperando durante horas cuando a veces han hecho viajes largos o han pedido determinado horario para salir del trabajo. Creo que en las citaciones podríamos plantear determinado tiempo de exposición o que las delegaciones nos digan cuánto tiempo van a precisar, para tener una noción. Encantados de recibirlos a todos, pero hay que marcarles un tiempo simplemente por un tema de coordinación.


SEÑOR PRESIDENTE.- Estoy totalmente de acuerdo con ese planteo.
A las delegaciones se les dice que cuentan con cuarenta y cinco minutos, pero eso lo tenemos que rever porque, sin duda, es un tiempo insuficiente ya que todas las delegaciones, en general, se extienden bastante más. Capaz que sería mejor recibir menos delegaciones y darles más tiempo también para no dejar a delegaciones esperando durante mucho tiempo.


SEÑOR PÉREZ (Carlos Hugo).- Quiero poner énfasis en que el tema planteado por la delegación es un grave caso de discriminación racial.
Hago mías las palabras del señor presidente en cuanto a que uno está a favor, y se puede vestir con el ropaje que quiera para defenderlo, o en contra. Después de tener once años de extrema paciencia de diálogo  como fue demostrado acá  nos vimos forzados a tomar una resolución que para nosotros siempre es dolorosa: despedir a un trabajador. Lo reitero y lo recalco: uno está a favor de esto o en contra, y nosotros estamos en contra, por eso nos vimos forzados a tomar un tipo de medida como la que se tuvo que adoptar.
En la vida política, para golpear al enemigo político también hay diferentes formas. Quiero recalcar que el conflicto es en nuestra imprenta, Cidesol, y se está hablando del diario "La Juventud", que se imprime allí pero que se puede imprimir en cualquier imprenta. El conflicto es en Cidesol y no en el diario "La Juventud".
Si este tema no se discute más y los diputados quieren expresar algo respecto a lo que estoy diciendo, espero a que lo hagan y cuando vayan a recibir a la siguiente delegación, me retiro.


SEÑOR COITIÑO (Carlos).- En primer lugar, quisiéramos que se votara la propuesta que hicimos.
En segundo término, quiero preguntar lo siguiente: si el señor diputado Carlos Hugo Pérez está en la comisión como integrante de un sector o viene en representación de la empresa Cidesol, porque está hablando en su nombre y nos sorprende.


SEÑOR PÉREZ (Carlos Hugo).- Soy diputado por el Movimiento 26 de Marzo, señor diputado Coitiño.


SEÑOR EZQUERRA ALONSO (W. Aparicio).- Vamos a votar el envío de la versión taquigráfica a los gremios, para saber si, después de leerla, van a hacer una contrapropuesta.
Asimismo, querríamos que usted nos informe sobre lo que se hable con autoridades del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. Me parece que algún día deberemos llamarlos y considerar todas las temáticas, porque, sin duda, que en casi todas las audiencias que hemos tenido con sindicatos y trabajadores, casi toda la falla ha sido en dicha Cartera. Uno ve que han ido a hablar y no han tenido respuesta, por eso terminan acá. Tendríamos que armar un listado y enviárselo para que nos dieran una respuesta. A lo mejor el Ministerio quiere asistir o informar por escrito. Digo esto para mostrar nuestro interés y para responder a los gremios que hemos hecho un seguimiento de los planteos que recibimos en esta comisión.


SEÑOR PRESIDENTE.- Quisiera informar que es de estilo enviar la versión taquigráfica. De todos modos, lo vamos a votar a pedido del señor diputado Coitiño.
Se va a votar.
(Se vota)
—Seis por la afirmativa: AFIRMATIVA. Unanimidad.


SEÑORA DE LOS SANTOS (Claudia).- Entiendo que estamos trabajando este tema en la Comisión de Legislación del Trabajo, pero es un asunto de derechos humanos, como se decía. Quisiera saber si se va a pasar  a la Comisión de Derechos Humanos, porque también sería interesante considerarlo desde ese punto. La cuestión  central es un hecho racista, de antisemitismo y debería tratarse como tal, no dejarlo pasar.
Otro de los temas a los que hay que prestar atención  aunque el agredido no haya hecho la denuncia  es el de la golpiza que tuvo por parte de personas desconocidas, para que no vuelva a repetirse, sobre todo, en la persona.



SEÑOR PRESIDENTE.- Totalmente de recibo su planteo. Enviaremos la versión taquigráfica también a la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes.


 

Entrevista a Loreley Corbo, delegada del SAG
y despedida de Cidesol S.A.


"Yo soy marxista leninista, 

no soy PCU”


posteado 14/7/15 de  Partido de los Trabajadores

Loreley Corbo es una trabajadora gráfica, con 30 años de militancia en el Sindicato de Artes Gráficas (SAG). Militó durante su juventud en la UJC en la clandestinidad y rompió sus vínculos políticos con el PCU cuando, trabajando en el Diario La Hora, tuvo un conflicto gremial que los llevó a la justicia. Trabajó 11 años en Cidesol S.A., imprenta de la que fue despedida recientemente y con la cual lleva adelante una lucha por su reinstalación.
El primer antecedente de Cidesol S.A., data de los 90’s, cuando tres empleados gráficos fueron despedidos luego de haberle enseñado el oficio a los militantes del Movimiento 26 de Marzo. En ese hecho, los trabajadores sindicalizados hicieron el reclamo a través del SAG, pero la empresa se justificó diciendo que quería fijar una línea de trabajo únicamente con militantes.
Más recientemente, la trabajadora Loreley Corbo, luego de su ingreso como trabajadora a Cidesol S.A., afilió a todos los trabajadores de la empresa al SAG. “La relación se empezó a tensar cuando llevé las afiliaciones a los compañeros. No los puso para nada contentos. Ellos decían que no era necesario estar afiliado al sindicato porque era una empresa de izquierda, pero actúan como la peor burguesía”.

La persecución no se hizo esperar. Unos años después, cuando los trabajadores de Cidesol afiliados al SAG participaron de un 1° de Mayo del PIT-CNT, fueron recibidos por la empresa con maltrato y al unísono de “trabajadores ladrones”, principalmente por parte del responsable de la Juventud del 26 de Marzo, en aquel entonces, Sebastián García. Quien luego fue removido de su cargo en Cidesol por cuestiones internas del partido.
“Todos los militantes que trabajaban en Cidesol S.A. tenían prohibido acercarse a nosotros, porque saben que convencemos” dice Loreley Corbo, luego de contar el incidente.

“Hace un año, entró un contingente de militantes a trabajar a Cidesol y yo me negué a enseñarles el oficio, sabiendo primero el antecedente de los 90’s, donde despidieron a Maciel, Meirele y Braña, que Álvaro Soto debe recordar porque militamos juntos mucho tiempo, y porque el conocimiento del oficio es de los trabajadores, no de la empresa. La empresa paga para plasmar el conocimiento” cuenta Corbo, sobre la cuestión más de fondo que lleva o acompaña lo que a continuación será el montaje de provocaciones por parte de Alejandro “el Topo” para con los trabajadores y de esta forma poder sacarse de encima al SAG.

La empresa no tenía a los trabajadores registrados y acarreaba problemas con el pago de sueldos y salarios vacacionales. Durante el problema de la regularización de los trabajadores, habían llegado al acuerdo de que en caso de que alguno se enfermara, Cidesol pagaría el salario completo. Es así que hace un año, Pablo Moreno, trabajador de la imprenta, enferma de cáncer y fallece en noviembre. Un mes antes de su fallecimiento, Cidesol le informa que dejará de percibir su salario: “Yo no digo que ellos hayan provocado su muerte, pero sin duda que lo anímico juega mucho en una persona con cáncer y Pablito estaba muy angustiado con todo esto. Fue un trato inhumano el que tuvieron con él y desde ahí las cosas no volvieron a ser igual. Íbamos llorando a la empresa. La esposa de Pablo tiene problemas con el 26 de Marzo, porque él percibía un salario alto y al no estar en caja e llos no le quieren pagar lo que le corresponde.”

Alejandro “el Topo” Jorysz, era el encargado de hacer “el mandado” político al 26 de Marzo. Llevó adelante una campaña de maltrato contra los trabajadores y tuvo el primer acto de violencia física contra Javier. “Nosotros sospechamos que atrás de todo esto hay algo más. El 26 de Marzo vive armando empresas. Tiene al lado de la imprenta una empresa de cueros y vaya a saber uno cuántas más… No sé qué tiene que ver la política con el cuero.”

Luego de cada ataque por parte de los militantes -o por qué no, la patronal- venían las promesas de que las cosas cambiarían y que no volvería a suceder. “Es como la violencia doméstica, el tipo le pega, vuelve y le hace un mimito, después le vuelve a pegar y así sigue.”

Ya cuando las cosas se ponían cada vez más tensas, los trabajadores decidieron retirarle el saludo a los militantes para de esta forma evitar cualquier tipo de roce. “Les retiramos el saludo para que no se ofendan si los saludábamos así o asá y así evitábamos las confrontaciones. Nosotros queríamos conservar nuestras fuentes de trabajo. Frente a todos los actos de violencia cometidos hacia los trabajadores el 26 de Marzo no hizo nada”.
El suceso de violencia que se desató, luego de un reclamo por parte de Loreley, con Alejandro Jorysz, parte de una serie de acosos por parte de los militantes hacia los trabajadores, donde el 26 de Marzo necesitaba desprenderse de los trabajadores sindicalizados para poder seguir con su política de pagar por debajo del laudo. 
“Yo no niego haberlo insultado, porque lo insulté, no recuerdo que le dije, porque estaba muy caliente. Él me encerró para golpearme y recuerdo que luego de insultarnos mutuamente se fue. Al otro día me llaman y me dicen que estaba despedida, que querían arreglar conmigo la plata para que no pasara necesidades. Yo les dije: Los trabajadores no nos vendemos, yo voy a ir por todo y todo es mi puesto de trabajo. Yo le enseño el oficio a cualquier compañero que cobre el laudo, no a los carneros. Imaginate, sobreviví a los ataques del que fue mi propio partido, tengo el lomo con callos.&r dquo;
Luego del despido comenzó el proceso judicial. Loreley Corbo perdió en primera instancia. “Ellos aplaudían que yo haya perdido”.

 Y ganó la segunda instancia apelatoria, pero sin embargo, el día que estaba prevista su reincorporación, no la dejaron ingresar ni a ella, ni a los trabajadores sindicalizados. “Ese día ellos trabajaron, porque sacaron El Bocón y otros trabajos, pero sin embargo a los trabajadores que no dejaron entrar les descontaron el día. Eso está en actas, porque como no me dejaron entrar tuvimos que llamar a la escribana.”

Hoy, Loreley Corbo, sigue su lucha por la reincorporación a su trabajo y apoya todas las luchas del SAG. “No espero nada de la justicia burguesa, yo sigo la lucha”.


 

postaporteñ@ 1434 - 2015-07-18
 


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