lunes, 13 de febrero de 2017

1727* Por eso la melancolía es una dimensión fundamental de la cultura de izquierda

Número 1727 | 12FEB2017 | Año 12



"LA IZQUIERDA ES UNA HISTORIA DE DERROTAS"

 

Entrevista a Enzo Traverso

06/02/2017 | Sonya Faure / Viento Sur



Enzo Traverso ha publicado dos libros casi al mismo tiempo, que considera partes de una dilogía. En Nouveaux visages du fascisme (“Nuevos rostros del fascismo”, que publicará la editorial Textuel en febrero), el historiador de las ideas formula su definición del concepto de “posfascismo” en un intento de destacar la naturaleza cambiante de las nuevas corrientes populistas y xenófobas de Le Pen a Trump.


En Left-Wing Melancholia. Marxism, History and Memory (“Melancolía de izquierdas, marxismo, historia y memoria, Columbia University Press, enero de 2017) explica por qué la izquierda debe partir de su melancolía intrínseca, utilizar esa fuerza para su propia reinvención. Nacido en Italia, Enzo Traverso –antiguo militante de extrema izquierda y ex profesor universitario en Francia, actualmente profesor en la Universidad Cornell en EE UU– sitúa las pasiones políticas francesas de nuevo en el centro de debates globales, desde la reconstrucción de la izquierda hasta la tentación populista.



¿Cómo analiza usted el resultado de las primarias del Partido Socialista francés?



No creo que la renovación de la izquierda francesa venga del Partido Socialista. Esto lo hemos visto, de hecho, con la emergencia de Jeremy Corbyn y Bernie Sanders: movimientos externos a los organismos políticos tradicionales que simplemente utilizan a estos partidos. En EEUU, una tendencia ascendente, que se había encarnado particularmente en el movimiento Occupy Wall Street, aprovechó las primarias del Partido Demócrata para hacerse notar en el campo político votando por Sanders… pero no en todos los casos por Hillary Clinton contra Donald Trump unos pocos meses más tarde. En el Reino Unido, Corbyn ha sido capaz de reunir una masa de jóvenes que se apuntaron al Partido Laborista para votarle a él como líder… sin hacerse ninguna ilusión sobre el partido como tal. Esta es una de las características de los nuevos movimientos de izquierda: ya no creen en los partidos, pero los “utilizan”.

Sanders y Corbyn encarnaron una dinámica que surgió fuera de estos partidos. No veo nada parecido en el caso del Partido Socialista francés. La victoria de Benoît Hamon en las primarias expresa el malestar de lo que queda de este partido; refleja un cambio de su equilibrio interno, pero no es un signo de su renovación. Si Hamon es proclamado candidato, quedará atrapado entre el neoliberalismo confeso de Emmanuel Macron y el antineoliberalismo de Jean-Luc Mélenchon, quien tiene decididamente más credibilidad en su oposición de izquierda a Hollande.




¿Bastará esto para crear una alternativa? ¿Deberíamos esperar otra cosa de la izquierda?




En Europa, al igual que en EEUU, la izquierda se halla inmersa en un cambio histórico. El ciclo que comenzó con la Revolución Rusa concluyó en 1989, y los efectos de su agotamiento en ese momento salen a la superficie ahora. La izquierda aborda un mundo totalmente nuevo con los instrumentos que ha heredado del siglo XX.


El modelo aportado por la Revolución Rusa, que dominó el siglo pasado, ha dejado de funcionar. En cuanto a la socialdemocracia, no hace otra cosa que gestionar la regresión social. El colapso del comunismo ha paralizado el proceso por el que la izquierda transmite su memoria, y su cultura ha entrado en crisis. Los nuevos movimientos, como Podemos, Syriza, los Indignados, Occupy Wall Street y Nuit Debout no solo surgieron en un mundo sin un “horizonte de expectativa”, para adoptar la expresión del historiador Reinhart Koselleck, y no solo son incapaces de proyectarse al futuro, sino que también son huérfanos: no pueden inscribirse en una continuidad histórica



Así que 1989 acabó con la memoria de la Revolución Rusa, pero también con las de otros posibles modelos: la Comuna de París, la guerra civil española…



Durante un breve periodo, el fin del socialismo realmente existente creó la ilusión de una liberación para la izquierda.
Por un tiempo creímos que nos habíamos quitado un peso de encima y que iba a ser posible un socialismo diferente. En realidad, el naufragio del comunismo soviético se llevó consigo toda una serie de otras corrientes heréticas: antiestalinistas, libertarios… La historia del comunismo se vio reducida a su dimensión totalitaria.




Usted escribe que “la cultura de la izquierda se ha quedado vacía, lisa y llanamente”…



La izquierda no ha sido capaz de reinventarse. Al mismo tiempo, estamos comenzando a ver de otra manera ciertos elementos del pasado. Usted ha mencionado la Comuna de París. Durante un siglo se convirtió en un icono, como la primera etapa de un movimiento que llevó a las revoluciones rusa, china y después cubana. Hoy la redescubrimos bajo una luz diferente: la historia de la Comuna es una historia de autogobierno, que a fin de cuentas parece cercana a lo que tenemos hoy con los movimientos de izquierda. Los comuneros no eran obreros de la fábrica de Renault en Billancourt, sino trabajadores precarios, artesanos, los subalternos, inclusive muchos intelectuales bohemios y artistas. Era un perfil sociológico heterogéneo, similar a la pulverización social de la gente joven que se moviliza hoy.



Pero la Comuna también fue una derrota. ¿Podrá la izquierda inspirarse alguna vez en algo que no sea un fracaso?




¡Sí, la izquierda es una historia de derrotas! Incluso cuando los revolucionarios lograron derribar los poderes establecidos, las cosas casi siempre se torcieron… Por eso la melancolía es una dimensión fundamental de la cultura de izquierda. Durante mucho tiempo fue reprimida por una visión dialéctica de la historia: por dolorosas que fueran las derrotas, nunca pusieron en tela de juicio la idea de que el socialismo era el horizonte inevitable. 

La historia nos pertenecía. Esto nos permitía superar las derrotas. Hoy en día, estos recursos se han agotado y la melancolía de la izquierda vuelve a salir a la luz. Se trata de una tradición oculta que ya encontramos en las memorias de Louise Michel, en los textos de Rosa Luxemburgo en vísperas de su asesinato, o en Un entierro en Ornans, el cuadro de Gustave Courbet que constituye una extraordinaria analogía de la revolución de 1848, a modo de funeral. Era una melancolía consoladora, inseparable de la esperanza, que incluso podía reforzar sus convicciones.




¿Cómo puede ser esa melancolía una fuente de inspiración y no solo de resignación?




Existe una visión freudiana de la melancolía que solemos simplificar. La melancolía se considera una pesadumbre patológica, como una incapacidad de separarse uno mismo del objeto amado y perdido, y como un obstáculo para seguir adelante. Por el contrario, creo que la melancolía puede ser una forma de resistencia, alimentada por una sensibilidad reflexiva. Para Koselleck, la historia escrita por los vencidos es una historia crítica, lo contrario de la historia apologética de los vencedores. La melancolía es un recurso para conocer, comprender e intervenir en el presente. 
A veces hay en la izquierda una tendencia a decir que “hemos de comenzar nuevamente desde cero”. Esta falta de memoria nos debilita. Una cosa fue inventar el socialismo en el siglo XIX, pero otra muy distinta es reinventarlo a comienzos del siglo XXI, como si no hubiera pasado nada.
Y los nuevos movimientos de izquierda no logran converger
Antes, la unión solía ser obra de los aparatos políticos. En 1968 hubo una convergencia objetiva entre las barricadas de París, la Primavera de Praga y la ofensiva del Têt en Vietnam, por mucho que los protagonistas de estos movimientos no tuvieran ninguna experiencia de diálogo entre ellos. Actualmente, los activistas en El Cairo, Estambul y Nueva York pueden comunicarse entre ellos, es más, lo hacen espontáneamente. Sin embargo, hay una diferencia cultural tan grande…
 En la década de 1960, un pensamiento crítico común alimentaba las luchas sociales. Lo que escribía Sartre se leía en Asia y en África. Hoy, los nombres de las grandes figuras críticas del poscolonialismo no les dicen nada a los activistas de la Primavera árabe. Reinventar el tejido que une una cultura alternativa mundial no es tarea fácil.




Los partidos de extrema derecha saben cómo ganar. Usted los agrupa en la categoría de “posfascismo”. ¿Por qué?



El concepto de “posfascismo” trata de reflejar un proceso de transición. Nos ayuda a analizar estas nuevas fuerzas contemporáneas de la derecha, que constituyen un fenómeno cambiante y heterogéneo, en plena mutación. Algunos son neofascistas, como Jobbik en Hungría o Amanecer Dorado en Grecia; otros, como el Frente Nacional francés, han iniciado una metamorfosis. La mayoría de estos partidos tienen una matriz histórica fascista. Es el caso del Frente Nacional original, a mi modo de ver. Sin embargo, el Frente Nacional actual ya no puede calificarse de fascista; la retórica de su dirigente se ha vuelto republicana.

En cuanto a Trump, es un líder posfascista sin fascismo. Es la imagen ideal de la personalidad autoritaria, tal como la definió Theodor W. Adorno en 1950. Muchas de sus declaraciones públicas también recuerdan al antisemitismo fascista: las virtudes de un pueblo arraigado en el terruño contra las élites urbanas, desarraigadas, intelectuales, cosmopolitas y judías (el mundo financiero de Wall Street, los medios de Nueva York, los políticos corruptos de Washington). Sin embargo, su programa está lejos del estatalismo y del expansionismo de los partidos de extrema derecha de la década de 1930. Y sobre todo, no tiene detrás un movimiento fascista.




¿Por qué no hablar de movimientos populistas?




Desconfío mucho de la noción de “populismo” –que vendría a ser una forma de antipolítica–, pues el uso común de este término junta ideologías políticas contrapuestas como si fueran una y la misma. Para la mayoría de comentaristas, populismo es tanto el Movimiento Cinco Estrellas de Beppe Grillo como la Liga Norte, Marine Le Pen y Jean-Luc Mélenchon, Trump y Sanders.



El movimiento Podemos reivindica la palabra “populismo”…



En los países de habla española, el término “populismo”, tomado prestado de la izquierda latinoamericana, tiene un significado distinto: a saber, la reincorporación de las clases sociales populares en un sistema político que las excluye. Desde el punto de vista de Podemos, el populismo le permitirá superar la anticuada división entre izquierda y derecha. Esta palabra no puede emplearse de la misma manera en otros lugares de Europa. El populismo de los movimientos posfascistas trata, en efecto, de unir a las masas contra las élites, pero sobre la base de la exclusión: la exclusión de las minorías procedentes de la inmigración. Esto supone unir al pueblo mediante la exclusión de una parte del mismo.



¿Dice la palabra “populismo” más de quien la pronuncia que del designado?

Es un ardid que pretende evitar la indagación sobre las causas del populismo. 





¿Por qué crecen tan rápidamente movimientos que hacen uso de la demagogia y la mentira? 



Ocupan un vacío creado por quienes detentan el poder. El rechazo de la política comenzó a finales del siglo XX, cuando la política se vació de su sustancia ideológica, convirtiéndose así en una pura y simple gestión del poder. Cuando la política quedó reducida a la “impolítica”. A lo largo de estos últimos años, todos los países de Europa Occidental han conocido cambios de gobierno, pero sin que sea posible diferenciarlos claramente, por ejemplo, en materia de política económica. Esta idea de la política solo puede despertar oposición, y en ausencia de “horizontes de expectativa” y utopías de izquierda, han sido partidos posfascistas los que han ocupado este espacio. ¡Y tienen una larga experiencia en el rechazo de las instituciones!




Escribe usted que, en el discurso posfascista, la “identidad nacional” ha sustituido a la “nación”




La nación es una forma históricamente datada: hoy en día, todo el mundo puede experimentar el mundo global. En el periodo del fascismo, el nacionalismo era agresivo y procedía mediante el expansionismo militar y la conquista territorial y colonial. Las fuerzas de la derecha radical reconocen ahora implícitamente el carácter arcaico de ese discurso. Su xenofobia apunta contra minorías de origen poscolonial, no contra otras naciones. Todas ellas aceptan asimismo que no podemos volver al Estado-nación tal como solía existir. En el plano retórico, la nación se reformula ahora como “identidad nacional”.



Una de las particularidades del posfascismo, según usted, es que no sabemos adónde conduce…



El posfascismo tiene un contenido ideológico fluctuante, inestable y a veces contradictorio… Todavía no ha cristalizado. El Frente Nacional trata ahora de presentarse como un cambio político “normal”, como un gobierno alternativo, más que como una fuerza subversiva.

 Pero si el día de mañana se colapsa la Unión Europea y el continente entero se sume en una crisis económica, en un clima de profunda inestabilidad política, los partidos posfascistas como el Frente Nacional podrían radicalizarse, o incluso adoptar los rasgos del neofascismo…

31/01/2017


La entrevista de Sonya Faure con Enzo Traverso sobre el posfascismo, la melancolía de la izquierda y la memoria de la derrota se publicó originalmente en el diario Libération.

Traducción: VIENTO SUR

VS - postaporteñ@ 1727 - 2017-02-12 





¿Viaje O Remate?

 

La izquierda estadounidense y Trump



Boris Kagarlitsky – Rabkor.ru – febrero 2017



Editor Jefe de Rabkor.ru, director del Instituto de Globalización y Movimientos Sociales (IGSO), historiador y sociólogo. http://rabkor.ru/columns/editorial-columns/2017/01/24/protests-against-trump/




Viendo eventos que se desarrollan actualmente en los EE.UU., y las deliberaciones entre la izquierda estadounidense sobre Trump, recuerdo una famosa anécdota. La señora para el coche en la calle y le pregunta: "¿Este auto es un taxi?". Y el chofer contesta - "Depende señora, qué quiere usted, ¿viajar o comprarlo en un remate?".


Numerosos activistas de grupos de izquierda que participaron en las protestas de enero contra el nuevo presidente de Estados Unidos, dejaron claro: no importa a donde van ni los cambios necesarios. Lo que importa es tener un discurso de rectitud política, que la puerta del auto esté pintada “a cuadros".
Mientras tanto, en Estados Unidos está cambiando no sólo el enfoque global, también se satisfacen los reclamos que durante un cuarto de siglo se han hecho organizando protestas y manifestaciones masivas. 

 ¿Acaso la Izquierda no hizo la crítica más severa al NAFTA, demostrando (con toda razón, pues lo confirmó la experiencia) que perjudicaría a la industria de los Estados Unidos, a los trabajadores y a la clase media? ¿No lleva un año y medio criticado con mayor dureza aun la firma de un acuerdo similar para el Pacífico, y no se opuso a cualquier Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea?


El presidente Trump promete simplificar el registro electoral para facilitar el acceso al voto a los sectores bajos de la sociedad estadounidense. 

Descuida por completo el papel tradicional de Estados Unidos como “líder del mundo libre", y no sólo no muestra interés alguno en la promoción de los principios liberales, también se refiere a la OTAN como “organización moribunda”. 

Pocos días antes de asumir, dijo también dijo que apoya un seguro de salud universal y limitaciones al precios de los medicamentos. En otras palabras, repite las demandas expresadas durante las primarias demócratas por Bernie Sanders, el más a la izquierda de la política estadounidense de hoy en día.


Dio a entender que reformará la educación, aunque no dijo nada definido. Si este programa se convierte en una realidad, estamos hablando de la mayor reforma social radical en Estados Unidos desde la época de Franklin D. Roosevelt.


Mientras tanto gran parte de la izquierda estadounidense va en marchas de protesta pacífica, organizadas con el apoyo del establishment liberal-conservador, repitiendo acusaciones contra el presidente que no ha estado en su puesto ni un día cuando en Washington y otras capitales comenzaron las manifestaciones de masas. 

La protesta pública no es contra una decisión del Jefe de Estado o su política en general, sino contra su personalidad. Trump es racista, homófobo y odia a las mujeres, ya lo sabemos. Se le quiso agregar además antisemitismo pero no se pudo sostener por las protestas de los familiares judíos del presidente.

 Los activistas no han podido formular cualquier reclamo político al nuevo jefe de la Casa Blanca.


Y en lo que respecta a las mujeres, afroamericanos o gays, Trump no ha dicho nada nuevo salvo una conversación privada de hace años, en que contó a un amigo de un intento fallido de abuso sexual de una mujer. Pero lo que dijo o no dijo Trump no importa. 

Sus opiniones, declaraciones o acciones o posición política. No es lo que dice o hace, sino lo que diga sobre eso el editorial del Nueva York Times


A su vez, los medios comenzaron a mostrar simpatía sin precedentes hacia las protestas. 

 Muchos fueron por primera vez a una protesta en enero las marchas en Washington y otras ciudades en enero de 2017. Otros han participado en las manifestaciones antiglobalización o en el movimiento Occupy Wall Street, los principales periódicos y canales de televisión ignoraron sus acciones o los calificaron de retrógrados, agresores y marginados

Ahora, por el contrario, los medios de comunicación mostraron simpatía por los sucesos. No es sorprendente, los medios también juegan un papel crucial en la organización de las protestas, la producción de su ideología, la información sobre los próximos eventos, y coordinarlos.


Algunos representantes de la izquierda estadounidense hacen que se hacen preguntas a sí mismos. Pero no todos. 

Sorprendentemente, la mayoría de intelectuales "pensamiento crítico" son presa fácil de la manipulación, sin tener una opinión propia. Incluso los escépticos no dan prioridad a analizar lo que está sucediendo en términos socio-políticos de clase. 

En parte se parecen a sus compañeros más ingenuos, los mismos que ahora están en la calle pero hace apenas unos meses recurrieron a todo tipo de trucos sucios para evitar que el candidato de izquierda Bernie Sanders ganase las primarias demócratas.


Esto que decimos es cierto, pero no explica nada. Mejor es lo que dijo Anatoly Chubais [político ruso que fue vice-primer ministro y lideró, el proceso de privatizaciones de la ex-URSS, entre 1992 y 1994 organizó la venta de 120 mil empresas estatales] hablando de sus impresiones sobre el Foro Económico Mundial de Davos. 

De acuerdo con la ideología de los neoliberales rusas, la victoria Trump despertó en este foro de la élite mundial una sensación de horror. El único aspecto alentador fue el discurso del líder chino:


"Davos se abrió el discurso del secretario general del Partido Comunista Chino. Xi Jinping, que fue simplemente precioso, una oda a la economía de mercado con vivas apelaciones a la necesidad de eliminar las barreras comerciales entre los países, reducir los impuestos, e incluso en el final el anuncio que China abre ahora toda una línea de mercados que antes estaban cerrados. Es decir, un súper liberalismo hecho en la mejor tradición de la Escuela de Chicago”.
En cuanto a Trump y de acuerdo a Chubais la actitud de los participantes Davos se expresó en una fórmula sencilla: "o se retracta de todo lo que se ha dicho hasta ahora, o nos conducirá a una catástrofe."


La imagen que surge de acá es muy paradójica, pero lógica en el fondo: la amenaza al orden capitalista mundial proviene de los Estados Unidos, y toda la esperanza de la burguesía mundial está puesta en la China comunista


Sin embargo, Trump no es de manera alguna un oponente al capitalismo. 

Su amenaza no es hacia el orden burgués como tal sino a su versión neoliberal, el sistema establecido en todo el mundo después del colapso de la Unión Soviética. El 45º presidente de los Estados Unidos está firmemente comprometido con los principios de proteccionismo, protegerá a los mercados y puestos de trabajo de Estados Unidos. 

Y, lo más importante, anima a otros países a hacer lo mismo, incluso sin tener en cuenta los intereses de las empresas multinacionales con sede en los Estados Unidos. Peor aún, considera a estas empresas la principal amenaza para Estados Unidos.


La ansiedad de los representantes de la élite financiera transnacional reunidos en Davos, es comprensible. Realmente los amenaza de una catástrofe. Después de todo, los acuerdos comerciales que ya está empezando a desmontar el nuevo presidente de los Estados Unidos, no son, de hecho, sobre comercio. El objetivo de éstos es restringir la soberanía de los gobiernos, la reducción de los derechos democráticos y sociales de los ciudadanos, y otorgar privilegios a las grandes empresas transnacionales. 

Subsiste, sin embargo, una pregunta: ¿acaso el multimillonario estadounidense Donald Trump es el único enemigo de estos acuerdos; no lo ha sido también el programa político alternativo de anti-globalización?


El hecho es que Trump y su entorno - aunque fabulosamente ricos, no pertenecen a la élite empresarial y financiera multinacional que ha desarrollado y establecido su dominio durante el último cuarto de siglo. Los capitales de Trump y sus colaboradores llegan a 3-4 mil millones de dólares. En la escala del capitalismo estadounidense e internacional a comienzos del siglo XXI, no es tanto. Las compañías multinacionales controlan recursos diez veces mayores, a menudo cien veces más, cientos de miles de millones. 

Donald Trump es un representante bastante típico de las empresas de tamaño medio, centradas en el mercado local y para el desarrollo del sector real. 

Esta parte de la burguesía se rebela contra las empresas transnacionales que se han unido a los bancos más grandes, y en un cuarto de siglo han utilizado su posición dominante en Washington para cambiar a su favor las normas y reasignar recursos, socavando no sólo a los trabajadores y la clase media, sino también una parte significativa de los empresarios.


Al rebelarse contra las oligarquías transnacionales, el empresariado medio se ve obligado a buscar aliados. Y las clases bajas de la sociedad, durante décadas a su vez sufrieron las políticas neoliberales, se unieron a la revuelta. Semejante alianza no puede ser muy fuerte, pero no es accidental. Para el movimiento obrero que se reconstruyó y cobró impulso, es necesario el desarrollo de la industria, el mercado interior, la política social, es necesario fortalecer la posición de los trabajadores, dándoles confianza. En pocas palabras, necesitamos proteccionismo


Históricamente, fue en un contexto de aumento de las políticas proteccionistas que creció la socialdemocracia alemana, y que la clase obrera rusa pudo sostener a los bolcheviques. Sin el desarrollo industrial y el mercado interior, no habría habido revolución de 1917.


Mientras que los trabajadores necesitan empleos y salarios decentes, las empresas operar en el mercado interno, los consumidores necesitan poder adquisitivo, y todo debe funcionar en conjunto. En su momento, Henry Ford formuló el principio bien conocido: Mis trabajadores tienen que poder comprar los autos que ellos fabrican


La realización política de ese principio fue el "New Deal" de Franklin D. Roosevelt en 1930. Eso fue aproximadamente el tiempo en que "Estados Unidos fue grande" que Trump recuerda a sus votantes. Pero no fue sólo una era de la transformación social y fortalecimiento de la industria nacional, también la edad de oro del movimiento obrero estadounidense.

 Para detener el avance de la izquierda y los sindicatos, en el contexto de la Guerra Fría el anticomunista de McCarthy impulsó purgas y persecuciones contra la intelectualidad radical que, habiendo perdido el contacto con los trabajadores, se refugió en la comodidad del ghettoacadémico.


A mediados del siglo XX, muchos estrategas en Occidente hablaron de la necesidad de una alianza con las empresas de tamaño medio contra el gran capital monopolista. Paradójicamente, ahora es una alianza así lo que espontáneamente se ha formado en torno a la figura de Trump, con eran trabajadores, agricultores, pequeños empresarios, intelectuales provinciales. Este bloque no incluyó intelectuales de izquierda, sino al grosero y políticamente incorrecto burgués de Manhattan.


En vez de culpar a Trump, los intelectuales deberían verse a sí mismos cuando rechazaron despectivamente la "anticuada" política de clase , apostando en cambio al lobbyismo liberal, y la protección de las minorías representándolas como una especie de masa socio-homogénea "sufriente"


El hecho de que estas minorías sean a menudo construidas artificialmente, y que, en todo caso, está internamente dividida por diferencias de clase, es deliberadamente ignorado por los intelectuales, porque de otro modo se echaría al balde su estrategia de un bloque con los liberales ilustrados, es decir, el aparato del capital financiero.


De hecho, Trump viene a satisfacer demandas que durante un cuarto de siglo levantó la izquierda en EE.UU. y en Europa Occidental. Sin lugar a dudas, la ideología del 45º presidente de los Estados Unidos es un tejido de contradicciones, su programa provisorio formado en torno a una coalición de fuerzas sociales, está centrado en un punto absolutamente fundamental, socavar la oligarquía financiera. Y entonces Washington parece decidido a poner en práctica lo que los activistas radicales levantaron, al menos desde la época de las protestas en Seattle en 1999.


¿Qué deben hacer en esta situación los activistas radicales? Se quejan de que el vocabulario de Trump no es políticamente correcto. Responden a la llamada de los medios conservadores-liberales, actúan como infantería para preparar un golpe de Estado contra el presidente.

 ¿Creen lo que ellos mismos dicen? ¿O simplemente son rehenes y mercenarios de la élite liberal?


Por supuesto, no todos los izquierdistas americanos están dispuestos a jugar este juego. Bernie Sanders, por ejemplo, tratando de sentarse en dos sillas a la vez. 

No quiso boicotear la asunción de Trump y escribió varias cartas al presidente para que cumpla las promesas progresistas que hizo durante la campaña electoral. Al mismo tiempo Sanders aparece en manifestaciones de protesta, se encuentra al frente de los oponentes de Trump, pero por las dudas evita el protagonismo en estas acciones.


Muy sofisticadas maniobras tácticas. Sólo tiene un defecto, no tiene ninguna estrategia. Y tarde o temprano tienes que tomar una decisión. Y cuanto más tarde lo hagas, menos libre y eficaz será.


El establishment liberal se ha fijado el objetivo de lograr el derrocamiento de Trump en el próximo año y medio, antes de las próximas elecciones para llevar a cabo en el Congreso en que Presidente tratará de movilizar el apoyo popular para poner allí a sus seguidores. 

El Impeachment a Trump será un objetivo estratégico clave para la élite de Washington. 

 Tratarán de lograr su objetivo por métodos legales, pero en el escenario global de desestabilización ya hemos visto que no es muy diferente de lo que las agencias de inteligencia de Estados Unidos hacen cuando derrocan o tratan de derrocar un gobierno extranjero.

 El conflicto abierto, que ya se ha establecido entre Trump y la dirección de la CIA, sugiere que todo sucederá exactamente en un escenario de ese tipo.


Hay, sin embargo, una diferencia importante: el presidente de Estados Unidos es muy consciente de con qué se enfrenta, a qué deberá atenerse. Se verá obligado a buscar la movilización y organización de las clases más bajas. En esta situación, nadie ayudará salvo la clase obrera.


En este sentido, la demanda por el seguro de salud universal apoyada por el 60% de los estadounidenses pero rechazada por unanimidad por los miembros del Congreso de ambos partidos, podría ser uno de los factores decisivos en la confrontación política. 

Para Trump será importante mostrar que estaba a favor de una clara, necesaria y mayoritaria aprobación de la reforma, mientras que el Congreso no está simplemente bloqueando sus iniciativas, sino que también actuando contra el pueblo estadounidense. 

La gente deberá tomar las calles y para forzar el resultado de este tema caso en el momento crucial, cuando el enfrentamiento entre el presidente y el Congreso llegue a un punto culminante

.
En esta situación, la izquierda sigue enfrentada a una opción: promover organizaciones de base y al mismo tiempo proponer demandas significativas y movimientos sociales que defienden la independencia en relación con la administración de Trump, o participar en la conspiración de las élites, como peores movidos por una mano extraña en el tablero político


envió
FERNANDO MOYANO
 postaporteñ@ 1727 - 2017-02-12 








"Los Gobiernos Progresistas De La Región Pactaron Con El Gran Capital"



A punto de lanzar su nuevo libro, “Del cambio de época al fin de ciclo”, en el que analiza lo que llama el posprogresismo en América Latina, la socióloga argentina Maristella Svampa postula la necesidad de una nueva izquierda que incorpore la lucha anticapitalista, el discurso antipatriarcal y sobre todo la agenda de crisis socioambiental


FABIÁN KOVACIC / Brecha 10 febrero, 2017


— ¿Cuál es su mirada sobre el actual gobierno de Macri después de 12 años de kirchnerismo?



—Tanto Argentina como Brasil vienen dando cuenta del final del ciclo progresista y un pasaje hacia gobiernos más conservadores. En los dos países da la impresión de que el progresismo dejó de ser una lingua franca con la cual nos entendíamos todos más allá de las disidencias, y hemos abierto paso a gobiernos que introducen un nuevo lenguaje político. Vuelve un neoliberalismo que tiene que ver con la manera en que se piensa la sociedad en algunos temas clave como la seguridad, el mercado, la economía, los derechos sociales y las relaciones laborales. En ese marco también está el extractivismo.

Hay continuidades y rupturas con el gobierno anterior de Cristina Fernández. Por un lado, salimos de ese populismo de alta intensidad que había conllevado una fuerte personalización del poder y entramos en la era de un gobierno neoempresarial. Pero el extractivismo ha sido una característica de todos los gobiernos latinoamericanos, más allá del color político que tuvieran. Esto está asociado al consenso de los commodities, al modelo de desarrollo al que han apostado por las ventajas comparativas de exportar materias primas. Estamos asistiendo al cercenamiento de los derechos sociales básicos en nombre de la flexibilización laboral y la atracción de capitales. Esto es claro y no se puede negar.



— ¿Cuál es su concepto de la herencia recibida del kirchnerismo?



—Es difícil sintetizarlo. No podemos ser lineales. Primero porque es un momento en el cual el kirchnerismo está en la picota. Es algo que le conviene al gobierno de Macri para seguir promoviendo la polarización política y hay una tendencia a reducir al kirchnerismo a una pura matriz de corrupción y no es así. Hubo también un lenguaje de derechos expresado en numerosas medidas, desde los juicios a los genocidas, la asignación universal por hijo, la ley de matrimonio igualitario, la ley de identidad de género y los derechos a los mayores jubilados. Hubo medidas concretas y un lenguaje de derechos con ciertas políticas de inclusión que fueron parte del kirchnerismo. Pero por otro lado el kirchnerismo propició toda una agenda ligada al avance del extractivismo y la precarización laboral. Como los populismos y los transformismos, combinó políticas de inclusión social con un pacto de gobernabilidad con el gran capital



—Uno puede pensar que no había otra salida en Argentina después del incendio de 2001



—Eso sería reducir el escenario político que se dio con la crisis. Argentina se reveló como un gran laboratorio social donde emergieron nuevas movilizaciones sociales que buscaron reconstituir el tejido social del trabajo. Las asambleas barriales, el movimiento piquetero, las fábricas recuperadas por los trabajadores y los innumerables colectivos culturales buscaban recomponer el vínculo político desde abajo pero rechazando de manera muy radical las formas de representación política. A fines de 2002 hay un debilitamiento de ese campo por diferentes razones: por la falta de conexión entre lo social y lo político, pero también por la gran represión del puente Pueyrredón de junio de 2002. Fue un golpe muy fuerte a las fuerzas sociales movilizadas y que puso de relieve la gran asimetría existente entre los movimientos sociales y el poder del Estado. Y vino el peronismo de la mano de Néstor Kirchner. El peronismo se caracteriza históricamente por tener una gran productividad política.



—A eso me refería: Kirchner captó un mensaje, aunque con el tiempo terminó aliado al gran capital.



—Hubo tres aciertos de Néstor Kirchner en el inicio. Por un lado, captó el mensaje de las organizaciones sociales y lo cristalizó en la política de derechos. Es en ese momento que se consolida el consenso en las fuerzas sociales movilizadas acerca de que era necesario castigar a los culpables de los delitos de lesa humanidad. No es un consenso que construye Kirchner. En segundo lugar, emerge en un período particular: la suba de los precios de los commodities y el surgimiento de un espacio regional con un discurso latinoamericanista novedoso. Kirchner ve la posibilidad de insertarse como una fuerza nueva en ese marco. Y el tercero es que el kirchnerismo, en tanto populismo, combina las políticas sociales, de apertura, de inclusión, del discurso latinoamericanista, con el pacto con el gran capital en una época en la cual la transnacionalización de la economía se hace cada vez mayor y más presente. En la época de Kirchner hubo mayor concentración económica que en el menemismo



— ¿Podemos incluir al kirchnerismo entre el progresismo latinoamericano?


—Por supuesto, a condición de hacer una lectura más fina de lo que ha sido el progresismo a nivel latinoamericano. En Del cambio de época al fin de ciclo reúno varios de mis artículos sobre América Latina ligados a los temas de progresismo, extractivismo y movimientos sociales.
 Allí trato de reflexionar sobre estas dimensiones del progresismo latinoamericano que es necesario leer en términos de dinámicas recursivas e históricas. 
Se trata de un ciclo que se abre en el año 2000, quizá podríamos decir 1999, con el ascenso de Hugo Chávez. Yo tiendo a identificarlo con la inflexión que supuso la guerra del agua en Bolivia, una acción importante porque significó la expulsión de una gran multinacional y el inicio de un ciclo ascendente de lucha. Y progresivamente se va cerrando en 2016, con el viraje hacia gobiernos conservadores en Argentina y Brasil, y también con el descalabro político en Venezuela.

Hay gente que tiende a asociar al progresismo con la izquierda. En realidad, en términos etimológicos, apunta a la idea de una fuerza de cambio que cree en el progreso, en el avance de las fuerzas sociales. 

Es una designación muy amplia y genérica que congregó diferentes experiencias políticas. Por eso hablo de una lingua franca, porque fue una especie de lengua común para experiencias diferentes. Inicialmente muchos pensamos que era la expresión de las nuevas izquierdas, que además podrían hacer converger y nuclear a distintas tradiciones de la izquierda: la populista, la clasista, la comunitaria indígena y la autonomista, que son las más importantes en América Latina. Sin embargo, lo que vimos fue el desacoplamiento entre izquierdas y progresismo



— ¿El kirchnerismo entonces hizo estallar el concepto de progresismo?


—No diría que lo hizo estallar. El kirchnerismo produjo el desacoplamiento de ese progresismo y las expectativas de izquierda que abrigaba al comienzo del ciclo. Por eso hay que leerlo en perspectiva histórica.


—¿Podemos tomar a Bolivia como un ejemplo de cambio sostenido frente a una Venezuela que está en serios problemas, un Chile que nunca ingresó a ese eje progresista, Argentina y Brasil que ya salieron hacia la derecha, y Uruguay con un Tabaré Vázquez más hacia la derecha?


—En Bolivia reconozco grandes avances en derechos pero también hay grandes problemas. Por efecto de la movilización hubo reparto de tierras, políticas sociales, y sobre todo lo simbólico que significa combatir la discriminación étnica y colocar a los indígenas en el lugar de la dignidad. Eso es uno de los aportes mayores del gobierno de Evo Morales y que va a marcar un antes y un después.
Pero hay una imagen muy romantizada del gobierno boliviano como gobierno indígena. A partir de 2008 hubo fuertes conflictos con grandes organizaciones indígenas rurales, varias de las cuales habían formado parte del Pacto de Unidad. 

No hay que olvidar que ese pacto fue el proyecto político indígena que ocho organizaciones indígenas rurales presentaron en la Asamblea Constituyente y que fueron la base de la creación del Estado plurinacional y sobre todo de las autonomías. Lo que se consolidó en Bolivia, como bien sostiene Luis Tapia, es un Estado plurinacional débil donde las autonomías no ocupan ningún lugar en la agenda.

 Y donde lejos del lenguaje ambientalista o por los “derechos de la Pachamama”, se consolidó el extractivismo, que además no viene sólo de la mano de la expansión de la frontera energética sino del agronegocio.




— ¿Hubo algún gobierno de la región que lograra evitar el pacto con el gran capital?



—Estos gobiernos progresistas buscaron estabilizar una relación con el gran capital. Hubo enfrentamientos también, por las expropiaciones en el caso de Morales, con los hidrocarburos. Hubo políticas de estatización que confrontaron con los grandes capitales. Pero el extractivismo conlleva un pacto. De hecho hay un giro híper extractivista en Bolivia, donde se quiere construir grandes represas hidroeléctricas. Chávez también confrontó con los sectores petroleros y debió enfrentar un golpe de Estado. Nicolás Maduro firmó ahora un decreto para crear en la zona del arco minero y petrolero un polo sin estudios de impacto ambiental y donde el derecho de consulta de los pueblos originarios no existe.



—No hay cómo luchar contra el gran capital, entonces. Ni en América Latina ni en Europa, donde Podemos en España y Syriza en Grecia se mostraron como buenas banderas de rebeldía ante el capital pero insuficientes para generar propuestas aplicables a políticas de Estado alternativas…


—No lo sabemos en el caso de Podemos porque no accedió aún al gobierno. Es lamentable en el caso de Syriza porque se suponía que tenía un plan B para instrumentar con relación a la Unión Europea.

Todo esto se da en un contexto geopolítico que cambió mucho. En Europa hubo una profundización de las políticas de derecha con xenofobia y nacionalismo. En el año 2000, cuando se creó la moneda única, los ensayos que leíamos hablaban de una expansión de la frontera de derechos. Diecisiete años después es una Europa replegada sobre sí misma, con crisis económica y niveles de exclusión importantes hacia distintos niveles sociales y una crisis humanitaria mayor rechazando a los refugiados.
 La verdad es que queda poco de la Europa utópica con derechos. Mucho más ahora, después del Brexit y la emergencia de Donald Trump. Los partidos socialdemócratas no tienen respuesta para eso. Forman parte del establishment, como lo fue el Partido Demócrata con Hillary Clinton en Estados Unidos. Entonces tenemos la emergencia de esas derechas populistas, xenofóbicas, racistas que prometen soluciones mágicas a problemas tan complejos.



— ¿Esa centroizquierda es parte del establishment?


—Uno lo ve con claridad en Francia, donde el Partido Socialista ha generado una elite política comparable a la derecha. Son sectores que se han enriquecido, con un alto nivel cultural, que desconocen los problemas que se viven en la calle, con exclusión especialmente para los hijos de inmigrantes africanos y de Oriente.



— ¿Por qué no pensar en construir una izquierda en lugar de reconstruir a la centroizquierda? ¿La palabra izquierda genera miedo y es preferible hablar de centroizquierda para no asustar a los votantes?


—Yo hablo de izquierda. Podemos pensar en una centroizquierda que mira a la izquierda, que no es el caso de lo sucedido en los últimos años. En Argentina, la explosión del campo de la centroizquierda fue aprovechada por el kirchnerismo
Hay que repensar a las izquierdas en un contexto posprogresista que implica tratar de conjugar las distintas tradiciones. Debe concebirse como una izquierda anticapitalista y laborista, pero por sobre todo ecológica. Si no incorpora la crisis socioecológica que tiene alcance civilizatorio no hay posibilidad de recomposición alguna de ese espacio político e intelectual llamado izquierda. La izquierda que se viene, si es que se viene, es clasista, antipatriarcal pero profundamente ecológica.


—Con Trump, Macri, el brasileño Michel Temer y la derechización europea, ¿cuál es el camino para una alternativa de izquierda o progresista?


—Hay que ver las cosas sin ese resentimiento que anida en quienes quedaron fuera del poder. Quizá el PT brasileño tenga más derecho a quejarse de eso. No estoy segura de que podamos dialogar amigablemente con aquellos sectores que adhirieron tan acríticamente al progresismo en la década pasada, pero sin embargo es necesario. La dificultad está en que esas heridas están abiertas. Esto que ocurrió en Argentina también ocurrió en toda la región. En Bolivia tengo muchos amigos que fueron parte del gobierno de Evo Morales en sus comienzos y hoy están afuera, al punto de ser considerados enemigos de Evo.


— ¿No hay alternativa en Bolivia a Evo Morales?



—Sí la hay y además está construida. Lo que pasa es que ellos juegan con la idea de tierra arrasada. No permiten el surgimiento de nuevos liderazgos. Los populismos no pueden construir sucesión porque están basados en la concentración de poder en un líder. Evo cree que no puede ser remplazado por nadie. 
Lo que ha hecho además es expropiar esa energía social fabulosa que había en Bolivia diseminada en diferentes expresiones sociales y que ahora sólo parece estar concentrada en su persona. Eso es lo que hicieron los progresismos también y en algún punto es imperdonable: expropiaron la energía social, que quedó concentrada en esos liderazgos tan fuertemente personalizados.

En Bolivia había dos tendencias. Una era personalizar el poder en Evo Morales y la otra democratizar ese poder y buscar formas colectivas de expresión. Esta última perdió espacio en el medio de un proceso de polarización con la guerra de baja intensidad que hubo con las oligarquías de Oriente. 
El proceso hay que entenderlo con las capacidades que retomaron los estados y esta identificación entre los liderazgos personalistas y el Estado.

El populismo es fetichización del Estado en la persona del presidente. Esta idea de que las conquistas sólo se pueden preservar si se conserva el liderazgo personalista es una idea muy negativa en América Latina. Implica una gran desconfianza en las dinámicas colectivas de acción, que es lo que debemos recuperar. Los movimientos están muy fragmentados por el momento, pero son la base para pensar una nueva alternativa.

 Es un tiempo perturbador, no solamente a nivel regional por el giro a la derecha que supone, sino a nivel global, por lo que genera el ascenso de las derechas xenófobas y racistas como las representadas por Donald Trump.


- postaporteñ@ 1727 - 2017-02-12 








URU | UN PUEBLO AL BORDE DEL CIERRE


La industria uruguaya perdió 8.300 empleos en los últimos dos años. El impacto es mayor en las localidades que basan su producción en pocas fábricas. Nueva Helvecia, Acalda Paullier y Juan Lacaze sí que saben de eso
A esta última, la crisis en FANAPEL la tiene al borde de la "emergencia social".



TOMER URWICZ El País 12 feb. 2017



A veces los detalles más triviales configuran la línea que divide lo que era de lo que ya no es. Para Ramón Páez (41) ese detalle es un silbato. El silbato que cada ocho horas (a las 6, 14 y 22) indicaba el cambio de turno. A Páez, que trabajó 22 años en FANAPEL, la ausencia del sonido no solo le indica que actualmente está desempleado, sino que una industria de más de 100 años está muriendo y con ella el pueblo que la contenía: Juan Lacaze.


En esa localidad de Colonia el epicentro no es la plaza principal o la iglesia, cuyas campanadas marcan el ritmo del pueblo. En Juan Lacaze, a diferencia de la mayoría de las ciudades del interior, las calles no siguen ninguna regla de cuadrícula, sino que son ramificaciones de las dos mayores industrias, la textil y la papelera.


Ambas están ubicadas junto al Río de la Plata porque en esa zona del departamento los primeros pobladores encontraron "la mejor agua" para uso industrial. Desde entonces es tal el apego a estos emprendimientos productivos que uno de los símbolos del escudo del municipio es una fábrica.


En Juan Lacaze no hay un desarrollo agropecuario, como en sus vecinos Rosario, Colonia Valdense o Tarariras, y tampoco un desarrollo turístico como en Nueva Helvecia o Colonia del Sacramento. En Juan Lacaze se respira el humo que emanan las chimeneas y se escuchan los camiones que cargan leña para alimentar las calderas. Por eso los lugareños hablan de dos pulmones que dan oxígeno al lugar que hoy, para seguir con la analogía, está necesitando de un respirador artificial.


La situación está al borde de una "emergencia social" y a punto de ser comparable al temporal de Dolores, dice el alcalde frenteamplista Darío Brugman. Si bien el proceso de deterioro de las industrias de la ciudad data de 1993, cuando cerró la textil Campomar, en los últimos ocho años se perdieron más de 1.000 puestos laborales y se tocó fondo el 23 de diciembre pasado, con la paralización de la producción de FANAPEL.


Según Brugman, ya no se trata de un problema local o departamental, sino que requiere de la intervención del Gobierno nacional. Por eso pidió colaboración ante la Agrupación Nacional de Gobierno del Frente Amplio, a la que fue invitado hace una semana. El alcalde insiste en la inevitable diversificación de la matriz productiva, y repite que para repensar la ciudad son necesarios "cerebros de la universidad y el Gobierno".


Desde que el alcalde asumió el cargo, en 2010, este es el momento más "complicado" del pueblo, incluso más que cuando se inundó hace tres años, dice. "Todos los días se acerca más gente al municipio pidiendo trabajo, y de los cinco líderes del Concejo de la ciudad, hay tres afectados por la paralización en FANAPEL".

El Papel De La Industria



Más del 80% del papel de fotocopiado que circula en Uruguay fue producido en FANAPEL. Esta fábrica que surgió en 1898, en pleno gobierno de facto de Juan Lindolfo Cuestas, estaba acostumbrada a crear su producto desde la plantación del árbol. Su poderío fue tal que en su época de oro llegó a emplear a unos 1.400 trabajadores, la décima parte de toda la población que hoy tiene Juan Lacaze. Pero en 2013, ante la imposibilidad de competir con UPM y Montes del Plata, pasó a comprar celulosa y se aceleró la pérdida de obreros.
En este sentido, FANAPEL sale desfavorecida ante las medidas que benefician a otros sectores en Uruguay. 

Porque además de la compra de celulosa a multinacionales, la apertura económica que el presidente argentino Mauricio Macri impulsó al asumir el mando en diciembre de 2015, a la fábrica le significó perder su principal mercado. La tonelada de papel chino cuesta casi US$ 300 menos que el producido por la industria uruguaya. Y los chinos, más que nunca, están buscando el mercado sudamericano.


"FANAPEL pasó a ser, en el último tiempo, el kiosco de la esquina", dice el sindicalista Páez, el que extraña el silbato de la fábrica. "La empresa pasó a dedicarse a los pequeños pedidos y quedaron atrás las exportaciones de 5.000 toneladas". La baja llevó a que en diciembre se optara por la paralización de actividades y que 300 empleados, entre puestos directos e indirectos, estén sin trabajar.


Los temores que genera este cese de actividad, sobre todo en familias cuyos ingresos se basan exclusivamente en esta empresa, "está generando un ambiente de angustia colectiva", cuenta María Laura Alles, la tesorera del Centro Comercial.


Esta gremial de comerciantes estuvo cerrada durante 15 años porque "todo marchaba bien y no era necesario juntarse", cuenta. Pero hace dos años debió reabrir ante la crisis generalizada que hoy, según Alles, alcanza su pico máximo, superando al de la crisis de 2002.


"Cuando los papeleros y los textiles cobraban el salario, el pueblo era una fiesta", dice el alcalde. Ahora, en cambio, la ciudad se vacía cada mañana porque quienes consiguen trabajo lo encuentran fuera de Juan Lacaze.
Ya en el último censo (2011), cuando todavía no era tan evidente la crisis en FANAPEL, el porcentaje de pobladores de Juan Lacaze que trabajaban fuera de la localidad duplicaba al promedio del país. El 12% de los lacacinos está empleado fuera de la ciudad.


El título de ciudad dormitorio está más vigente que nunca y la comerciante Alles, dueña de una florería en pleno centro, ve cómo los ómnibus transportan a muchos trabajadores a Montes del Plata, inclusive a su hijo de 27 años. La hija del medio estudia en Montevideo y la menor aún está en el liceo, pero sabe que deberá emigrar, dice con angustia.


"Esta ciudad es un bastión frenteamplista, y aunque esto no tiene colores partidarios, es el momento de recibir una ayuda", sentencia. "Es ahora o nunca"


A tal punto llega la búsqueda de colaboradores, que el propio alcalde interrumpe la charla con El País para comentar: "Mañana tengo que llamar al Cebolla (Cristian Rodríguez) para ver qué podemos hacer juntos... él va a dar que hablar en Peñarol y hay que aprovechar"


Los padres del "Cebolla" fueron trabajadores de FANAPEL, así como José Carbajal, "el Sabalero", fue empleado de Campomar. Porque en este pueblo del litoral, quien no trabajó en la papelera o la textil tiene algún familiar que sí lo hizo.


Mariana Castro, cooperativista en Puerto Sauce, la textil recuperada por los trabajadores que antes fuel Agolan y en el comienzo Campomar, recuerda que cuando era niña su madre no la dejaba salir a la calle a las 14 horas, porque era el cambio de turno en las dos fábricas y la ciudad colapsaba. Pero también rememora que cuando no quiso estudiar más, al término de cuarto de liceo, empezó a trabajar en Campomar porque las industrias eran la fuente laboral por excelencia.


Así es que hace 33 años que está en la textil y, al igual que ella, la mayoría de los 91 cooperativistas son adultos que pasan las cinco décadas. Esta particularidad, sumada a los incentivos de jubilaciones por las sucesivas reestructuras de las industrias, hace que quienes mueven el dinero en Juan Lacaze sean los más veteranos.


Hoy la textil Puerto Sauce lucha por pagar el préstamo de US$ 1,69 millones que le brindó el FONDES. Recién hace dos meses llegaron al punto de equilibrio de una producción de 35 mil metros de tela fabricada. Y aunque están teniendo "buena salida", dice el presidente Johnny Solaheguy, les es muy difícil competir. Los tejidos uruguayos cuestan la mitad y tienen 6% más de calidad, según un estudio del LATU, pero aun así pierden frente a los paños italianos.


La textil ocupa menos de la mitad del predio de 25 mil metros cuadrados que una vez fue Campomar. En la otra mitad están algunas metalúrgicas y el Parque Industrial que, según el alcalde, "es el lugar indicado para diversificar la matriz productiva". La industria uruguaya perdió 8.300 puestos de trabajo en los últimos dos años, y en un pueblo que vive de solo dos fábricas el golpe se sufre

.

La Otra Suiza De América



Según un estudio que lideró el economista Adrián Rodríguez, Colonia es el tercer departamento con mayor incidencia de la industria en el empleo. A la vez, es una de las regiones con mayor diversidad productiva. Sin embargo, al momento de analizar cada localidad, la realidad es bastante más cruda y hay otros casos que se suman a la coyuntura de Juan Lacaze.


Nueva Helvecia, ese enclave de inmigrantes suizos que llegaron a Colonia, está sufriendo los coletazos del cierre de dos de las principales industrias: la lechera ECOLAT y la imprenta Pressur. Entre 2012 y comienzos de 2015 este pueblo perdió más de 450 puestos de empleo.

Y la población apenas supera los 10 mil habitantes según el último censo. El impacto es comparable a que en Montevideo se pierdan 59 mil puestos de trabajo. Por eso la sobriedad característica de la cultura suiza, que aún reina en Nueva Helvecia, esta vez se permite expresar tristeza y preocupación. El mes pasado terminaron de cobrar el seguro de paro ampliado los últimos extrabajadores de ECOLAT. 

Y "algunas decenas" de ellos están sin empleo, dice el exempleado Javier Fandiño.


Fandiño (41) nació en Soriano, pero se mudó a Nueva Helvecia para estudiar en la escuela técnica de lechería. Fue así que entró a trabajar en Parmalat, la antecesora de ECOLAT. "Estaba dado que los estudiantes cursábamos pasantías en la fábrica y la mayoría terminábamos empleados", reconoce este sorianense que prefirió quedarse con su familia en Colonia.


Los extrabajadores de ECOLAT no sabían que la fábrica iba a cerrar. Ellos, que producían más de 120 mil litros de leche al día y otros productos derivados, jamás imaginaron que iba a haber una quiebra justo cuando se prometía una inversión millonaria. Apenas habían tenido un sacudón en 2012, cuando hubo algunos retiros incentivados, pero "jamás un despido o un envío a seguro de paro".
Al igual que el papel y la lana, a la leche le cuesta competir en precios. Según dijo a radio Carve el presidente de la Sociedad de Productores Lecheros de Villa Rodríguez, Guillermo Berti, el sector acumula deudas por encima de los US$ 300 millones y está en crisis desde hace dos años.


En Nueva Helvecia se hace sentir en las mañanas, porque "ya no se escuchan las motos yendo a la fábrica" que quedaba a tres kilómetros de la plaza, cuenta Ulises Esteche, otro exempleado. Y hay otro detalle: "tampoco están los productos que eran los preferidos en el pueblo"

Cada tanto surge el comentario de que la fábrica está por reabrir. Incluso al edificio de ECOLAT siguen yendo algunos exgerentes que mantienen comunicación con los inversionistas de Perú. 

 Además, hay una guardia permanente para que no se ocupe la planta, que tiene equipos comprados en los últimos 10 años y un cartel en la puerta que reza: "No se reciben curriculum vitae".


También circula el rumor de que abrirá Pressur, la imprenta que llegaba a producir tiradas de 150 mil libros para enviar a Brasil. Victoria Montes de Oca, quien trabajó allí 14 años, escucha cada tanto que hay un inversionista interesado en reactivar la planta ubicada en la zona franca de Nueva Helvecia.
Este pueblo suizo, de casas al estilo europeo y escudos de cantones en las puertas, vive hoy de lo "poco que produce" la zona franca y del turismo. De hecho, Montes de Oca consiguió un trabajo como moza en un hotel tras un año y medio de búsqueda. 

"El problema es que en este nuevo empleo gano un 70% menos que el salario que tenía en la imprenta", explica mientras arma las mesas del restaurante para el almuerzo.


Varios compañeros suyos emigraron a Montevideo o a Colonia. Porque cuando un pueblo basa su producción en unos pocos emprendimientos, dice, "está destinado al cierre".


Emigración Tras Crisis De La Industria Láctea



"Aquel vecino se fue a Buenos Aires, aquel otro está en Montevideo...". Sandra Amado (40) señala las casas de Ecilda Paullier, en San José, y muestra cómo el pueblo está vaciándose. En junio de 2015 la estadounidense Schreiber Foods había anunciado el cese de operaciones, dejando a 170 trabajadores sin empleo. La mayoría residía en Ecilda Paullier, el poblado ubicado a ocho kilómetros de la fábrica.
 La empresa extranjera había adquirido tres compañías del sector en 2010 y había invertido más de US$ 35 millones. 

Hoy, a siete años de su llegada al país, la industria mantiene la maquinaria casi intacta y miles de kilómetros cuadrados construidos sin uso. Los vecinos esperan la reapertura.


Los Otros Postergados De Juan Lacaze



El predio que una vez albergó a Campomar tiene la clásica distribución de las fábricas de hace un siglo. La industria estaba dividida en dos alas, la producción era en serie siguiendo el recorrido alargado del edificio, y el tren con la leche ingresaba justo por el medio.

 A un costado de la entrada hay una plaqueta que recuerda a los 53 obreros despedidos durante la dictadura, 28 de los cuales ya murieron.


En pleno feriado del 18 de julio de 1973, la fábrica había recibido un telegrama que ordenaba el despido de esos trabajadores basándose en un decreto del 4 de julio en que se ilegalizaba las huelgas. Los damnificados no obtuvieron un despido pago, ni seguro de paro y mucho menos el cobro de las licencias no gozadas.

Más de 40 años después, y aun con una ley que compensa a los afectados directos por la dictadura, los extrabajadores solo obtuvieron un reconocimiento de los 12 años en que no pudieron trabajar y una jubilación básica de $ 16 mil.
El problema, explica el damnificado Rafael Lagarriga, es que los aportes que hacían antes llevan a que su jubilación deba supera los $ 25 mil. 

Además, antes de que asumiera su primer mandato, en una gira por Colonia en 2004, Tabaré Vázquez abrazó a los exempleados y les prometió "justicia". Pero poco cambió desde entonces.

Incluso el ministro de Trabajo, Ernesto Murro, se comprometió a abordar el tema cuando charlaron en el Consejo de Ministros que se hizo en Carmelo a mediados de 2016. Y nada.

El País se comunicó con Murro, que se excusó de hablar del tema. Pero se supo que estuvo en contacto con una diputada oficialista a quien le transmitió que "en estos momentos que está viviendo Juan Lacaze, salir con lo de estos trabajadores sería tirar una bomba".

El diputado Daniel Bianchi, que hoy adhiere al Partido de la Gente, presentó un proyecto para reconocer el trabajo de los empleados afectados, pero aún no fue abordado.
Lagarriga asegura que en el caso de estos trabajadores de Campomar está disponible toda la documentación y las pruebas, incluso el telegrama original del despido, indispensable para obtener lo que les corresponde.


EL ESFUERZO Y LA ESPERANZA DE LOS LOCATARIOS



Pressur: el "regalo" de un propietario que los trabajadores jamás pudieron festejar

El propietario de la imprenta ubicada en la zona franca de Nueva Helvecia "cedió" la empresa a sus empleados.

 Pero lo que pudo ser un "lindo gesto" de un "señor mayor", terminó siendo en la práctica una pesada carga de deudas y una industria con los días contados.

 Aquel "regalo" con capacidad para producir 50 mil ejemplares de libros tapa dura por día, terminó siendo un dolor de cabeza para los 120 trabajadores que se arriesgaron a tomar el timón. 
A los empleados les fue aprobado un préstamo del FONDES por US$ 6 millones, pero la mayor parte fue a cubrir deudas con proveedores y para garantía del banco. Cerraron y están intentando conseguir un inversor.



ECOLAT: la fábrica a la que siguen yendo a pedir trabajo aunque esté cerrada desde hace dos años



El cartel de "PARE" y el de "No se reciben currículum vitae" parecen no surtir efecto. Los vecinos de Nueva Helvecia van cada tanto a la fábrica de ECOLAT, a tres kilómetros del centro de la ciudad, para dejar sus credenciales laborales. Es que siempre resurge el rumor de que la industria láctea reabrirá. El pasado jueves no fue la excepción. 

Mientras El País conversaba con dos sindicalistas en la puerta, una señora en moto frenó para dejar un sobre. Justo dos de los exgerentes estaban en una videoconferencia con los inversores de Perú. Según el sindicato, en caso de reabrir se necesitaría una limpieza profunda de los tanques. Por lo demás, "está todo bastante nuevo".


Shreiber Foods: una pinturita que hace más de un año no produce alimentos en base a leche


En el kilómetro 92 de la Ruta 1, a ocho kilómetros de Ecilda Paullier, está el predio en que Shreiber Foods invirtió US$ 35 millones en 2010.
 La maquinaria parece nueva y por estos días un grupo de obreros trabaja en el mantenimiento. A diferencia de las otras industrias cerradas, en que varios trabajadores quedaron desempleados, en esta lechera de San José el acceso carece de controles. Según comentan en el pueblo más cercano, existe el interés de reabrir una vez que culmine la crisis de precios de la leche. 
Previo a su cierre, la empresa venía recibiendo unos 240.000 litros diarios de unos 70 productores. Y casi toda la producción iba a parar al exterior.


- postaporteñ@ 1727 - 2017-02-12 








URU | Otro aniversario del 

9 /2/1973

la verdadera fecha del golpe de Estado, la que nadie quiere recordar


 

CUANDO EL PCU APOYÓ EL GOLPE DE ESTADO MILITAR


Editorial del “El Popular”*, domingo 11 de febrero de 1973

“El país necesita cambios, el pueblo quiere cambios. Es lo que no quieren entender quienes por los intereses que defienden o por pensar atenidos a viejos esquemas pretenden que todo puede seguir igual, a pesar de la indignación general por las consecuencias de una orientación económica desquiciadora de la economía y profundamente contraria a los intereses nacionales, de una “filosofía” social que golpea cruelmente a los sectores populares y de una política corrupta. 

Y creen que todo puede seguir igual, después que ellos mismos con una saña represiva sin precedentes se han mofado de las mejores tradiciones del país, llegando incluso a matar al viejo Uruguay, que idealizándolo más allá de su realidad política, económica y social, lo presentaban como paradigma.


Y en esa corriente general que existe en la república, en esa conciencia ‘nacional que se ha ido formando en los últimos años, se inscribe el documento dado a conocer por los comandantes del ejército y la fuerza aérea, precisando los objetivos económicos y sociales a su juicio necesarios para transformar una realidad que con razón estiman como grave. 

Pensamos que es razonable que las Fuerzas Armadas, que no se consideran “una simple fuerza de represión o vigilancia”, quieran dar su opinión sobre la problemática del país y quienes tienen menos derecho que nadie a discutir esa actitud son los que les han dado determinadas funciones en los últimos tiempos
Y si hay una ‘realidad’ que debe ser cambiada y las Fuerzas Armadas no quieren ser el brazo armado de grupos económicos y políticos que pretendan apartar a las Fuerzas Armadas de sus fines; es imprescindible que se conozca su pensamiento. Y esto es tan indiscutible que incluso el senador Washington Beltrán que apoya al señor Bordaberry, tuvo que reconocer ayer en “El País” que “no cuenta más el viejo concepto de las Fuerzas Armadas en los cuarteles. 

Están presentes, deben estar presentes, como otros sectores, en la solución de la problemática nacional.”

Para quienes, como nosotros, consideramos que el dilema del país es oligarquía o pueblo, no puede haber otra opinión

Nosotros hemos dicho que el problema no es el dilema entre poder civil y poder militar; que la divisoria es entre oligarquía y pueblo, y que dentro de éste caben indudablemente todos los militares patriotas que estén con la causa del pueblo, para terminar con el dominio de la rosca oligárquica.

¿Por qué nos parece, en general, positivo el documento de las Fuerzas Armadas (complementado por el comunicado 7/73) sin perjuicio de determinadas salvedades que, como siempre, expondremos con la máxima franqueza, con la misma con, que hemos señalado en diversas ocasiones actitudes no correctas de integrantes de las Fuerzas Armadas?

—Porque plantea la preservación de la soberanía, “no sólo la defensa territorial de la patria, sino también, y muy especialmente, la de su más absoluta libertad de decisión, tanto referido a los asuntos internos como a los problemas de las relaciones internacionales”


—Porque expresa la necesidad de “atacar con la mayor decisión y energía los ilícitos de carácter económico y la corrupción donde se encuentre”


—Porque plantea la “redistribución de la tierra buscando la máxima producción por hectárea, mediante regímenes impositivos justos y técnicos y una tenencia más racional, de manera de asegurar el acceso a la propiedad a quien la trabaje”


—Porque se pronuncia “por disposiciones que permitan combatir eficazmente como sea posible los monopolios, instrumentando medidas que posibiliten la mayor dispersión de la propiedad y un mayor control público, de los medios de producción. Asegurar el interés obrero por impulsar y mejorar la producción, arbitrando soluciones que permitan la participación de los mismos en la dirección de las empresas, tanto en el sector público, como en el privado.”


—Porque se plantea en diversos puntos la elevación general del nivel de vida de los trabajadores y de las capas populares (fuentes de trabajo, aumento de la participación de los actuales sectores menos favorecidos en el ingreso nacional, adecuada política de salarios y precios, etc.)


—Porque afirma la necesidad de “eliminar la deuda externa opresiva” y orientarse por planes de desarrollo “con un mínimo de incidencia en la deuda externa”, si bien los medios que se proponen para esa reducción o eliminación los estimamos insuficientes


—Porque expresa una opinión a favor de! cambio de la política crediticia, dando preferencia a las pequeñas y medianas empresas y a las cooperativas de producción


—Porque plantea una serie de medidas de saneamiento en el servicio exterior y en los entes autónomos para los que deben designarse a los hombres más capaces sin criterio de cuota política además de plantear la participación de las Fuerzas Armadas en todos los organismos concernientes a la seguridad y soberanía nacional, y la participación de los obreros en las empresas del sector público


Creemos haber agrupado, sin entrar en mayores detalles y sin minimizar otros puntos, los temas que nos parecen capitales en esta exposición de objetivos


Es indudable que estos puntos implican cambios de significación, y que ellos están en contradicción con la realidad imperante: abdicación de la soberanía nacional frente al imperialismo en múltiples problemas políticos y económicos (incluyendo las imposiciones del Fondo Monetario Internacional); negociados escandalosos de la rosca (banca, frigoríficos, grandes empresas laneras, etc.) y de los grandes terratenientes; corrupción en los organismos públicos; la mitad de la tierra en poder de 600 familias de latifundistas; “reestructura” de la banca y la industria frigorífica favoreciendo a empresas monopolistas dependientes de consorcios internacionales; drástica reducción del nivel de vida de las capas populares y particularmente descenso del salario real; una política crediticia en favor de los sectores privilegiados, del gran capital, en perjuicio de la industria nacional y de los sectores medios de la población; aumento de la deuda externa y “préstamos ligados” en favor de los intereses de los imperialistas prestamistas; robo dé los dineros del pueblo en escandalosos negociados (UTE, como el ejemplo más expresivo); reparto politiquero en los entes autónomos, como lo encara el “pacto chico”; corrupción y gastos excesivos en el servicio exterior (Pacheco, como ejemplo más gráfico), etc., etc.


Es natural que a la oligarquía le disgusten estos objetivos.

 ¡Hablan de la “defensa de las instituciones” que ellos han atacado y las han ido transformando en cáscara vacía, cuando en realidad lo que temían es perder sus inmensos ,privilegios! ¡El pueblo sí tiene derecho a hablar de democracia y no los rosqueros ni los ministros empresarios ni los políticos corruptos, que sólo han pensado en las Fuerzas Armadas como escudo de sus indecentes canonjías!

Sin duda hay problemas insuficientemente tratados o soslayados. 

 Pero no consideramos que las Fuerzas Armadas se propusieran en estos documentos agotar el estudio de las soluciones a la actual realidad nacional, máxime que allí se expresa que “tomaron conciencia plena de la problemática que afecta al país, a través de su especial participación en el que hacer nacional ocurrida en el último año”, pero creemos, sin embargo, que casi todos estos puntos forman parte de la conciencia nacional de un cambio que, como dice el comunicado publicado, sólo puede posibilitarse con la participación honesta de todos los sectores del pueblo uruguayo, a fin de hacer realidad lo que el comunicado llama el reencuentro de los orientales, recuperando los grandes valores morales de aquellos que forjaron nuestra nacionalidad que, agregamos nosotros, han sido groseramente pisoteados en los últimos tiempos por los equipos gobernantes.


Es claro que así como se plantea con claridad el problema de la tierra, se podía precisar una definición antiimperialista más acusada, para poder resolver transformaciones estructurales que necesita nuestra patria.

 O que en el problema de la deuda externa, podría plantearse la necesidad de ir al monopolio de las divisas por parte del estado, para evitar un vaciamiento de la riqueza nacional, que constituye una de las fuentes de dicha deuda, problema que se toca con el de la banca, cuyo sistema actual es un verdadero cáncer para el desarrollo nacional


Asimismo, siendo la clase obrera una fuerza fundamental para lograr los cambios que necesita la patria, hubiera sido conveniente precisar claramente la preservación de los derechos sindicales, como, en general, el restablecimiento de las libertades democráticas —comprendiendo la libertad de los presos sin proceso— que tanto preocupa a los orientales, rudamente golpeados por la política instaurada el 13 de junio de 1968.


Es cierto, ya fuera de los objetivos, que se precisan determinados preceptos de actuación de las Fuerzas Armadas, entre ellos se establece positivamente el mantener a las Fuerzas Armadas “al margen de los problemas sindicales y estudiantiles”, aunque con una limitación injustificada.

 Es claro que si no hay cambios en la vida nacional, los trabajadores y el conjunto del pueblo lucharán con todas sus fuerzas. Y eso parece tan lógico como la propia determinación de las Fuerzas Armadas en no desmayar en los objetivos expuestos en Sus comunicados.


Entre estos preceptos se establece también desde el punto de vista ideológico: 

“Proceder en todo momento de manera tal, de consolidar los ideales democráticos republicanos en el seno de toda la población, como forma de evitar la infiltración y captación de adeptos a las doctrinas y filosofías marxistas-leninistas, incompatibles con nuestro tradicional estilo de vida”


Se trata de un evidente error, que incluso se contradice con el resto del documento, y que podría llevar a confusión a una gran parte de los trabajadores, que se sentirán discriminados, en perjuicio de la mejor comprensión de los objetivos de las Fuerzas Armadas, restringiendo su repercusión en las masas. 

Si el proletariado tiene que integrar el proceso de cambios que hay que hacer en la república, no se puede, incluso sin compartir el marxismo-leninismo, extirpar lo que se dice en el comunicado contra la doctrina de la clase obrera.


Las Fuerzas Armadas deben reflexionar sobre este hecho:


los marxistas-leninistas, los comunistas, integrantes de la gran corriente del Frente Amplio, estamos de acuerdo en lo esencial con las medidas expuestas por las FF.AA. como salidas inmediatas para la situación que vive la república, y por cierto no incompatibles: con la ideología de la clase obrera y sin perjuicio de nuestros ideales finales de establecimiento de una sociedad socialista


Y quien más combate al marxismo-leninismo, la rosca oligárquica, se opone tenazmente al rumbo que se han fijado las FF.AA. El marxismo-leninismo no es incompatible con los ideales democráticos y republicanos ni con nuestro estilo de vida, si es el estilo de los patriotas de Artigas. 

Es incompatible con aquellos “ideales” a la manera que los entendía Pacheco y es incompatible con el estilo de vida de la oligarquía y de los rosqueros

Este error, sin minimizarlo, no invalida el concepto general que tenemos del documento y estamos seguros que la conciencia de la clase obrera hará posible que por encima del error, avance la comprensión mutua entre los trabajadores y las Fuerzas Armadas, en la trascendente tarea de buscar los mejores caminos para salvar la patria en la grave encrucijada en que se encuentra


Hoy, como siempre, creemos que para esta obra de auténtica recuperación nacional se necesita el esfuerzo de todos los orientales honestos, sin distinción de civiles y militares, con la única determinación de ser patriotas y creer en el PUEBLO”


(*) El Popular, diario oficial del Partido Comunista del Uruguay (PCU)


FUENTE: 7 días que conmovieron al Uruguay, Cuadernos de Marcha, Nº 68, Montevideo, marzo de 1973


- postaporteñ@ 1727 - 2017-02-12 









CORRUPCIÓN Y DERECHOS HUMANOS EN VENEZUELA


El 22 de diciembre de 2016 el Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló un informe en el que se aseguraba que 12 países de la región habían recibido sobornos millonarios por parte de la constructora brasileña Odebrecht, a cambio de contratos. 

Según los datos una cantidad de 788 millones habían sido pagados, siendo las autoridades brasileras quienes más habían recibido dinero (394 millones de dólares), seguidas por Venezuela (98 millones de dólares)


Según el Departamento de Estado, dichos pagos habrían generado una ganancia a la compañía por más de 3.000 millones de dólares. Días después de la difusión de la noticia, Odebrecht admitió haber pagado los sobornos.

 Sergio Foguel, encargado de la política anticorrupción de la empresa, declaró que era un “desvío de conducta lamentable” y trabajarán para que “no vuelva a ocurrir”. La revelación generó escándalos y consecuencias en los diferentes países involucrados


Por ejemplo, el gobierno peruano rescindió un contrato firmado con Odebrecht en 2014 para la construcción de un gasoducto. 

No obstante, las autoridades venezolanas no han experimentado la indignación de sus pares regionales, tomando pocas iniciativas para investigar dichos actos de corrupción en el país. Según un reportaje de The Wall Street Journal Hugo Chávez habría otorgado a Odebrecht 11.000 millones de dólares en contratos para levantar complejos agroindustriales, puentes y diferentes obras de infraestructura. Según el reportaje por lo menos 7 de los proyectos nunca se finalizaron. 

La investigación cita una declaración de un asesor de Lula da Silva, afirmando que la empresa habría donado 35 millones de dólares a la campaña presidencial de Hugo Chávez en el 2012. 
Según el ejecutivo, la empresa habría realizado donaciones a partidos de todo el espectro político, dando dinero a través de terceros al gobierno del estado Miranda, controlado por la oposición. 

En el informe de gestión 2011 realizado por el Ministerio Público se afirma:

“La corrupción es uno de los fenómenos que más afecta el desarrollo nacional, pues es considerable el monto millonario de recursos que ha perdido el país como consecuencia de irregularidades administrativas, cuyos efectos no sólo se traducen en extravío de bolívares, sino en el costo que implica en el aspecto social que por esas conductas punibles no se hayan ejecutado obras para el beneficio de los venezolanos.”


En un diagnóstico realizado por Provea sobre cómo la corrupción afecta a los derechos humanos se establece que las irregularidades en el sistema de administración de justicia generan un contexto favorable a la corrupción y un nivel de impunidad calificado como “estructural”.

 Como parte de estas irregularidades se encuentra la alta proporción de jueces provisionales, estimada en 66%, por lo que las decisiones sobre delitos y violaciones de derechos humanos se toman en base a criterios diferentes al debido proceso y la justicia. 

La ausencia de independencia del poder judicial es uno de los desafíos en cualquier proceso de reconstrucción de la democracia en nuestro país. La ausencia de institucionalidad también es evidente dentro de la Contraloría General de la República, el ente que debiera fiscalizar la transparencia en la gestión pública. 

Según reveló una investigación periodística el Contralor General Manuel Galindo tenía a 13 familiares directos trabajando en su despacho en cargos de variable importancia. Según sus propias declaraciones, Galindo estaría promoviendo un “nepotismo positivo”, pues sus familiares tienen las condiciones profesionales para ejercer los cargos. 

Otra situación que permite la cultura de la corrupción en el país es la ausencia de acceso a información que debería ser de manejo público
Venezuela no cuenta con una Ley de Acceso a la Información, lo cual limita el conocimiento sobre la ejecución y garantía de derechos.

 Por otra parte, en diferentes sentencias los tribunales del país, especialmente las Sala Constitucional y la Sala Político-Administrativo del TSJ ha emitido sentencias para limitar el acceso a la información


Al respecto, los principales argumentos esgrimidos han sido: 

Falta de legitimidad para pedir la información; Proporcionalidad del uso, pues el trámite atenta contra la eficiencia de la Administración Pública, “que tendría que dedicar tiempo y recursos humanos a los fines de dar explicaciones”; Falta de justificación de la petición sobre el uso de la información recibida; Amparo como vía no idónea y Agotamiento de mecanismos judiciales previos. 

Esta ausencia de información sobre la gestión de gobierno impide el ejercicio de la contraloría social. La opacidad en la ejecución de las políticas sociales afecta principalmente a sus beneficiarios y beneficiarias.

 Además, permite la difusión de cifras ficticias sobre los resultados por razones propagandísticas. 

Provea ha sugerido la promoción de una ley de protección de las personas denunciantes de corrupción, como se ha promovido en otros países de la región, que permita a los afectados señalar las irregularidades sin temor a represalias.




SEBIN detuvo a activistas de Transparencia Venezuela

en el estado Zulia


Caracas, 11 de febrero de 2017. 

Hoy a las 12 del mediodía fueron detenidos por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) los coordinadores y activistas del capítulo zuliano de Transparencia Venezuela: los periodistas Jesús Urbina y María José Túa. Así como los dos corresponsales brasileños Leandro Stoliar y Gilzon Souza de Oliveira, quienes se encontraban recopilando información en las instalaciones del segundo puente sobre el lago de Maracaibo o Puente Nigale, ubicados en Maracaibo, estado Zulia. Esta obra es ejecutada por la empresa brasileña Odebrecht y es responsabilidad del Ministerio del Poder Popular para Transporte Terrestre y Obras Públicas


Según informaciones, una comisión del SEBIN los detuvo y los escoltó hasta la sede del SEBIN, en Maracaibo, para tener una entrevista. Al llegar les quitaron los teléfonos celulares.



Transparencia Venezuela exige la liberación inmediata de los activistas y periodistas detenidos; y rechaza esta detención arbitraria por parte del SEBIN.
Hacemos un llamado a la Defensoría del Pueblo para que se presenten en el lugar de la detención y se garantice el derecho al trabajo, a la contraloría social, a la libre información.


Transparencia Venezuela 



CNP | Comunicado Urgente 

ante la detención

de periodistas en el estado Zulia

Feb 11, 2017

SECCIONAL ZULIA

De acuerdo a información suministrada por la organización Transparencia Internacional, este sábado 11 de febrero a las 12:00m, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) procedió a detener a los periodistas zulianos: Jesús Urbina Serjant y María José Túa, coordinador y activista de Transparencia Venezuela capitulo zuliano, así como también resultaron detenidos dos periodistas de Brasil: Leandro Stoliar y Gilzon Souza de Oliveira. El equipo de periodistas se encontraba realizando una investigación en las cercanías a la obra del Puente Nigale ejecutada por la constructora brasileña Odebrecht, ubicada en la zona norte del estado Zulia.


De acuerdo a la información que se ha logrado recabar la comisión del SEBIN los detuvo y los escoltó hasta la sede del SEBIN en Maracaibo. Al llegar a la sede del órgano de inteligencia los despojaron de sus teléfonos celulares.

En razón de ello, el Colegio Nacional de Periodistas, seccional Zulia, expresa su contundente rechazo a la arbitrariedad cometida por funcionarios del SEBIN, al retener sin razón alguna y mantener incomunicados a los referidos periodistas y exigen su inmediata libertad, así como la devolución todos sus equipos y pertenencias personales. De igual forma el material objeto de la investigación debe ser restituido íntegramente.

Obstruir la labor de los periodistas, detenerlos y pretender ocultar el material periodístico obtenido no alterará ni tapará la verdad. Exigimos al SEBIN y a todos los cuerpos de seguridad del Estado respeto hacia la labor de los periodistas. Y de igual forma exhortamos al poder ciudadano y judicial a respetar el debido proceso de los ciudadanos detenidos.

Por la Junta Directiva del CNP Zulia

Leonardo Pérez Álvarez. Secretario General
Maracaibo, 11 de febrero de 2017
 
Colegio Nacional de Periodistas
PROVEA
postaporteñ@ 1727 - 2017-02-12 






POSTALINAS

MVD : ENCUENTRO DE LUCHADORXS POR LA TIERRA Y CONTRA EL CAPITAL


Les invitamos a encontrarnos en este lugar encantador que hoy capital y estado pretenden arrebatarnos con sus megaproyectos ecocidas

Para ver en qué andamos, qué se ha hecho y sobretodo qué podemos hacer frente a esta nueva ofensiva de proyectos devastadores de la naturaleza con los que el gobierno apuesta a superar la crisis económica en curso.


Para intercambiar ideas y experiencias de lucha. Para coordinar, potenciar, seguir construyendo alternativas.

Minería, transgénicos, regasificadora, puertos, carreteras portuarias, trenes, polos logísticos, urbanización, gentrificación, negocios inmobiliarios, saneamiento, dragados, basureros navales y militarización asechan nuestros barrios.

Si compartís nuestras inquietudes, estaría bueno que te acercaras y participaras de esta propuesta que permanece abierta.

Ah! Traé carpa, cuchara y algo para el guiso vegano!

¡SOMOS SEMILLAS DE LUCHA AL VIENTO!

¡LA TIERRA QUE NOS PARIÓ!

Sábado 18 y domingo 19 de febrero – Punta Yeguas – Oeste de Montevideo



(En el marco de la semana de agitación y propaganda anárquica contra el IIRSA)









‘Israel alberga a prófugo expresidente peruano con apoyo de EEUU’


EE.UU. informó a Perú que no detendrá al prófugo expresidente Alejandro Toledo y que facilitará su viaje a los territorios ocupados por Israel


“Las autoridades de Estados Unidos informaron a Perú que permitirán al prófugo expresidente peruano Alejandro Toledo abordar en las próximas horas un avión desde California hacia Israel”, informó el sábado la agencia de noticias Reuters, citando a una fuente del Ministerio del Interior peruano.


Eso pasa mientras el nombre de Toledo se ha agregado a la lista de los criminales ‘más buscados’ del país sudamericano, que urgió a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) capturarlo por haber cobrado supuestamente 20 millones de dólares de sobornos de la constructora brasileña Odebrecht. Actualmente se encuentra activada en 190 países una notificación roja de la Interpol para su captura.


Las autoridades de Estados Unidos informaron a Perú que permitirán al prófugo expresidente peruano Alejandro Toledo abordar en las próximas horas un avión desde California hacia Israel”, informa la agencia de noticias Reuters, citando a una fuente del Ministerio del Interior peruano.


Incluso, Perú ofreció una recompensa de 30.000 dólares a quien brindara información sobre el paradero de Toledo. Responsables de Odebrecht han confesado a la Justicia estadounidense haber pagado 29 millones de dólares a funcionarios de Perú entre los años 2005 y 2014. Ese período comprende los Gobiernos de Toledo (2001-2006), Alan García (2006-2011) y Ollanta Humala (2011-2016).


Al principio presentaron Francia como su último paradero, pero luego indicaron que Toledo podría estar en EE.UU., donde ejercía como investigador en la Universidad de Stamford. La fuente, que pidió el anonimato, indicó a Reuters que Washington no quiere arrestarlo por razones desconocidas, mientras el Gobierno del presidente Pedro Pablo Kuczynski estaba presionando para que cambiara de opinión.


Se espera que Toledo haya abordado la noche del sábado a las 23H00 (hora local) el vuelo 954 de United Airlines junto a su esposa, Eliane Karp, rumbo a los territorios ocupados palestinos, lo cual carece de un tratado de extradición con Perú y podría complicar el proceso de su detención. Pero, aún no hay informes que confirmaran su partida.


Cabe mencionar que Karp tiene ascendencia judía y nacionalidad israelí. Además, su amigo Josef Maiman, a quien el Ministerio Público acusa de ser su testaferro en la recepción de sobornos de la empresa Odebrecht, ha nacido en los territorios ocupados palestinos.


A pesar de que el ministro del Interior de Perú, Carlos Basombrío, ha reconocido que “lo más probable” es que Toledo se encuentre a bordo de un vuelo a los territorios ocupados palestinos, las autoridades israelíes han afirmado que no dejarán entrar al expresidente peruano salvo que solucione sus asuntos con su país. 

 HISPANTV 12/2/17 / bhr/ktg/tqi/rba


- postaporteñ@ 1727 - 2017-02-12

No hay comentarios: